El día del taller.

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¿Acaso me llevaba a un lugar privado?

No, ideas mías, deja de pensar en eso Guillermo.

Seguí mi camino, me senté a lado de él y simplemente baje la mirada, no soportaría verlo a los ojos, bien dicen que es la ventana del alma, pero no creía mucho en eso ya que no veía nada en los ojos de otras personas, más que tristeza o vacío, bueno, eso pensaba yo la verdad es que jamás fui capaz de preguntarles que les pasaba.

-Hey, ¿porqué tan distante Guillermo?

-No, solo que jamás me habían sacado de clase.- dije sin mas.

-Pero siempre hay una primera vez para todo, ¿no?.

-Sí, pero siempre fui un chico aplicado y no puedo creer que en mi primera semana ya me hayan sacado una vez.

-Y vete acostumbrando, si te piensas llevar conmigo no solo será de química de donde te sacarán.

-¿Quién te dijo a ti que tenía interés en juntarme contigo?.

-Bu-bueno, digo, somos españoles, y sería algo obvio que nos llevásemos como amigos y pues...- dijo nervioso, ¿porqué?

-Bueno sí, pero no me llevo con gente como tú, sigo teniendo esa pequeña impresión que eres de los chicos "Populares" que solo vienen a joder a la gente o cualquier otra cosa.

-Pues compañero te equivocas, no soy así y ahora mi objetivo es hacer que cambies de idea sobre mi, verás que lo lograré.

-Claro tío, cuando lo logres llámame por teléfono.

-No sería mala idea, dame tu numero para hacerlo.- ¿QUÉ?, ¿MI NÚMERO?

-Pero estas de joda, ¿no?.

-Claro que no o es que no me quieres dar tu numero.

-No tengo porqué dártelo, simplemente eso.

-Bueno, bueno, eres un chico difícil, pero para mi eso no es problema.- Me guiñó el ojo y se levantó dándome la espalda.

Samuel era demasiado dioso hasta para mi y desde ese ángulo solo despertaba cosas que jamás imaginaba sentir por un chico. Simplemente estoy confundido, he dicho mil y una veces que soy hetero, ¿qué pasaría si no?, la gente me vería raro y todos mis amigos me dejarían de hablar, pero no tengo que llegar a esos extremos ya que no soy homosexual, simplemente hay un chico extremadamente sexy en mi escuela que hasta el chico más hetero de todos se volvería gay.

-Bueno Guillermo.- Dijo volteándose.- Me darás tu numero, te enviaré un mensaje y dependerá de ti si me contestas, si lo haces quiere decir que estarías dispuesto a ser mi compañero español y me dejarás mostrarte que no soy la persona que tu piensas.

- ¿Y si no?.- Dije mirándolo de forma retadora.

-Pues dejaría de molestarte con esto y tomarías tu camino y seguirás pensando lo que quieras de mi.

-Bueno, teclea tu numero.- Me dio su celular, inserté el numero y lo guardé.

-Pero que eres terco, toma ya, solo pierdes el tiempo.

-Sé lo que hago e intentar conocerte no es ninguna perdida de tiempo.

¿Acaso eso fue un cumplido? Dios, este chico debe de estar acostumbrado a ligar con chicas que hasta me trata como una o es... no, creo que él ya está muy centrado en sus gustos.

-Bueno, bueno, cambiemos de tema. ¿Cómo terminaste aquí?

-Pues mis padres se vinieron acá por cosas del trabajo, ambos trabajan de lo mismo y tuve que venir con ellos, no quería quedarme en España, estar lejos de la gente que te quiere algún día te dejaría un vacío extraño.

Siempre tuyo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora