Mi perfecta elección.

Capítulo 13 | Verdad en la niebla.

Abrace la almohada una última vez y luego estiré mi cuerpo por toda la cama, creí que sería incómodo despertar en su cuarto, pero lo único incómodo es esta sensación de cansancio y deshidratación. La habitación seguía un poco oscura, frote mis sienes con suavidad, porque hasta la más mínima acción tenía peso. Un baldado de recuerdos fríos chocaron en mi mente ¡Dios, besé a Pablo y había dejado que Al tocara mis labios! ¿Pero qué fue lo que pasó en ese club? Sentí náuseas y no por haber besado a dos chicos en una sola noche, sino porque el sabor del whisky mezclado con vodka aún seguía en mi paladar. Pasé mi mano por mi cabello intentando recordar más escenas bochornosas, pero no había nada, mis recuerdos llegaban por partes cuál rompecabezas.

Caminaba por la casa con mi mano izquierda haciendo sombra en mi frente, buscando el aliento necesario para terminar mi día.

Mensaje de mamá.

Mensaje de Clara.

Mensaje de Alex.

No me sentía capaz de responder a sus mensajes, no en este momento, lo único que deseo es beberme una jarra de jugo. Apoyé todo mi peso en el mesón central de la cocina.

— El joven Pablo me dijo que le diera esto, apenas se despertara — la Sra. Olivia me acercó un vaso con un líquido verde y viscoso.

— ¿Estás segura de que esto se puede beber? — respondí con una mueca de desaprobación.

La mujer rubia solo asintió y sonrió al mismo tiempo.- Claro que sí.

— ¿En serio él te ha pedido que prepares esto tan horroroso? — Ya me había limpiado los labios, intentando que mi cuerpo no rechazara la bebida.

— De hecho lo ha preparado él mismo —afirmó ella mientras seguía con los preparativos de lo que sería: mi almuerzo.

Hastiado dejé el vaso sobre el mesón, no he sido capaz de beberme todo el batido, he intentado luchar con su sabor, pero su aspecto de vómito de ogro me había ganado. Al deslizar la puerta corrediza que conduce al patio, me encontré con un cielo gris y bajo el mismo un sexy odioso que entrenaba sin camisa. Recosté mi espalda en la pared y desde mi lugar lo observaba en silencio, él notó que lo miraba, pero no detuvo sus saltos, aun así de vez en cuando me sonreía con sus lindos ojos miel.

El viento hacía que el agua en la piscina se moviera, me abracé a mí mismo y quise volver a dentro, pero me detuve para poder apreciar el atractivo tatuaje que tiene en su abdomen, las gotas de sudor que se deslizaban por su piel, trazaban líneas sobre el mismo ¿Era la cabeza de un venado? Sí, al parecer lo era, sus cuernos tienen forma de raíces o de rayos, no lo sé con exactitud.

Pablo término de enrollar el lazo por su antebrazo, sus manos gruesas me hicieron recordar que fueron las mismas que me tomaron por mis caderas, las mismas que me empujaron hasta llegar a su cuarto.

— ¿Bebiste el batido? —no se oía agitado.

—Sí... Gracias.

— ¿Te gustó? — Preguntó mientras dejaba sus mancuernas a un lado.

—  Ya me gasté un litro de enjuague bucal intentando quitar el sabor tan desagradable del whisky, ahora supongo que tu batido es su competencia.

—  Eres un llorón, el sabor es lo de menos y para tu información ese batido va a ayudarte con tu resaca - continuó organizando su desorden fitness.

— Por favor no me lo recuerdes.

El chico sexy me miró de reojo — ¿Qué, no quieres que te recuerde?

Rodé mis ojos - solo olvida todo lo que paso anoche.

Pablo tomó su bolso de entrenamiento y se acercó donde yacía parado mi cuerpo — También la parte en la que ...