Solo quería reafirmar una vez más algo que ya sabía, todo el plan de rescate me había tomado más de solo quince minutos. Aparté la vista del reloj que estaba pegado en la pared. Empezaba a prepararme para lo que estaba por venir, posiblemente fue intuición, pero reconocí el sonido de esos tacones, posteriormente reconocí esas sombras que dejaron de serlo cuando halaron toscamente de la cortina.
— ¡Ahí estás! — se acercó mi madre con prisa y me apretó con sus brazos. Me quejé del estrujón — ¡Lo siento! ¿Te duele?
— Descuida — dije con poco aliento. Estaba cansado de estar sentado en esta camilla.
— ¿Cómo te sientes?— me preguntó Andrew, acercándose para acariciar mi hombro.
— Estoy bien — no quería preocuparlos, pero por la forma en la que mi madre examinaba mi cuerpo, era obvio que ella sí lo estaba—. ¿Saben algo nuevo de Leila o de su padre?
— Ellos están bien — me explicó mi madre mientras me revisaba—. ¿En qué estabas pensando, hijo?, lo que hiciste fue irresponsable y peligroso.
Pensé en explicarlo todo, pero estaba decaído y los analgésicos me tenían un tanto somnoliento, necesitaba otra excusa.
—¡Doctor! — llamé al hombre, apenas lo vi pasar, él era el único que podía sacarme de apuros—. Ella es mi madre y como ya está aquí usted puede darme de alta, ¿verdad?
Al doctor soló le causo gracia mi afán—. ¿Así qué ustedes son los padres de este testarudo?
— Yo soy su madre — se dieron la mano y la charla entre ellos se alargó.
— ¿Podrías, por favor, intentar averiguar qué paso con Leila y su padre? — Para ese entonces mi madre debió abandonar la unidad de enfermería, al ser mi tutora tenía que firmar autorizaciones. Estaba a solas con Andrew, así que me animé a pedirle ayuda—. No sé mucho de ellos, tampoco han querido darme más información, por favor, te lo pido.
Sus labios pensaban decirme lo que todos me habían dicho, pero mi preocupación lo hizo cambiar de parecer.
— Tu amiga está bien, la están interrogando — respondió sin rodeos —. Probablemente, hagan lo mismo contigo.
— Ya.
Él no tuvo que explicarme esa parte del interrogatorio, entendía perfectamente.
— ¿Y qué hay de su padre?
Andrew, sacando las manos de sus bolsillos, se cruzó de brazos.
— Detuvieron la hemorragia por el golpe. Nada grave, claro, su estado de inconsciencia es más por la cantidad de alcohol que bebió que por el mismo trauma. Están esperando que despierte.
— Bien... Gracias — bajé la mirada al suelo como si intentase asimilar que en quince minutos todo había cambiado.
«—Ha sido una noche larga...» Mi padrastro permaneció hablando, sin embargo, no tenía mi atención. Mi mente me había llevado de vuelta a ese momento en el que Henry me tenía atrapado con todo su peso. Me estremeció esa imagen de él, sonriendo listo para golpearme de nuevo.
— ¡Hey, Dani!— mi padrastro se llevó una mano al pecho para señalarse, para que yo lo reconociera—. ¡Soy yo!
Él se veía igual de confundido.
—¡Lo siento! ¡De verdad, lo siento! — me disculpé por haber empujado de forma involuntaria su mano fuera de mi cabello.
— No pasa nada, tranquilo.
— De verdad, lo siento mucho, fue...
Me estaba quedando sin aire.
— Tranquilo. Solo respira, okay, respira. Hazlo conmigo— Y eso hice—. Bien hecho— funcionaba, estaba intentando respirar de nuevo con normalidad—. No es necesario que me expliques, yo entiendo, esta noche has pasado por mucho ya.
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Mi perfecta elección.
RomansaComo siempre una vez más estoy aquí rompiendo mis promesas, me prometí no cruzar ese límite porque somos prohibidos, porque Pablo no es solo un extraño, es mi hermanastro, luché cada día intentando minimizar lo que sentía por él, deseando borrar la...