Muevo la cabeza como un molinillo. Ah, no. No, no, no. No sé lo que pretende pero no pienso colaborar. Ya le he ayudado una vez. No estoy dispuesto a volver a arriesgarme. No quiero morir.—Yo le conozco —insiste en explicarme, como si creyera que así va a hacerme cambiar de opinión—. Vive en mi vecindario, con sus padres y su hermano menor. Siempre ha sido una persona normal, educada, de las que sujetan la puerta a los mayores y les llevan las bolsas de la compra.
—¿Sí? —cuestiono—. Pues se ve que ya no.
—No podemos bloquearnos. Entiendo que la situación es impactante pero hay que hacer algo.
—No. —Me zafo del agarre del pie y me tumbo en el suelo—. Yo ya hice "algo".
Le escucho protestar y referirse a mí como "niño de Primaria egoísta" pero le ignoro. Me da igual lo que diga. Lo hay que hacer es esconderse hasta que la policía aparezca y le reduzca y ya está. Todo lo demás es ponerse en peligro a lo tonto.
—¿Ji Tae Moo?
Pego un bote. Termino sentado otra vez, con el rostro desencajado. ¡Mierda! El muy estúpido se ha ido a hablar con aquel loco. ¿Es que quiere terminar como su amiga? ¿Qué pretende? ¿Jugar a los héroes?
—Eres Ji Tae Moo, del Segundo A.
El aludido se vuelve, con una sonrisa de oreja a oreja. Está demasiado cerca. Con ese disco volador, la distancia entre ambos es del todo insuficiente.
—No sé lo que te ha pasado pero todavía no es tarde para parar y encontrar alguna solución.
Desde luego, si algo está claro es que Tae Hyung es un temerario de mucho cuidado. Pese al evidente peligro en el que está, es capaz de quedarse quieto, con una templanza que no es normal.
—¿Te apetece que hablemos? —prosigue—. Quizás pueda ayudarte a salir de ésta.
—Tae. —El agresor le reconoce—. Tae, por fin. Por fin vienes. Por fin.
El corazón se me sube a la garganta. No me suena bien.
—Suelta ese chisme, por favor. Deja que se vaya esa mujer, ¿de acuerdo?
—Pero siempre quise hacer esto. —Los ojos del estudiante centellean en un brillo maníaco—. Siempre, Yoon Gi. —Se le acerca—. Además, ya estás aquí. —Hace rodar el disco—. Tu eres a quien necesito bendecir.
El aludido no retrocede. ¡Ay, Dios! ¡Pero por qué se empeña en encararle! ¡No es momento de hacerse el valiente!
Me incorporo. No sé cómo me las arreglo para que el cuerpo me obedezca y corra hasta el mueble de ruedas repleto de ropa y ni mucho menos cómo reúno el valor necesario para cogerlo, con lo que supone para mí meter las manos en esas telas plagadas de bacterias, pero lo hago y lo empujo contra aquel loco. Aunque me había prometido no intervenir, no puedo dejarle.
El perchero le da de lleno en las costillas. La dureza del golpe le hace perder el equilibrio. Cae al suelo. La gente sale de sus escondites y se dispersa, huyendo caóticamente en todas direcciones, cortándose el paso y empujándose, pero yo, pese a que soy el primero que quiere escapar, me mantengo en el sitio.
—¡Me estás impidiendo cumplir el designio! —El chico me busca con las pupilas enturbiada de ira—. ¿Cómo te atreves a interferir? ¡Te voy a matar de la peor forma!
Un intenso frío me agarrota brazos y piernas. Algo oscuro trepa por la pared. La risa invade mis tímpanos con más fuerza que nunca y, esta vez, me habla.
"Jung Kook".
Se me eriza la piel. Cierro los ojos.
"Jung Kook, ¿me ves?"
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APOCALYPSE 《TaeKook》 [#PGP2024]
Horror❝ La cordura es la perdición del mundo ❞. Jung Kook padece TOC y para él no es sencillo adaptarse a una sociedad que le tacha de excéntrico y loco pese a sus continuos esfuerzos por mejorar e intentar integrarse. Sin embargo, cuando serie de extrañ...