"Le digo adiós por un momento a esta historia que fue como un sueño, una historia solo para los dos, una historia que guardare siempre"
Llevaba varios minutos corriendo sin parar, el dolor en sus piernas era intenso a nivel que las sentía arder, el viento en su cara golpeaba y las lagrimas no dejaban de caer. Sentía que alguien corría tras él pidiéndole que lo esperara pero no podía, no quería detenerse, había pasado mucho tiempo esperando ese momento.
Había esperado mucho tiempo el día en que por fin sería libre.
Al momento que las las calles por las que avanzaba comenzaron a resultarle familiares su corazón se sacudió con fuerza y nada tenía que ver con el esfuerzo físico que estaba realizando, la emoción comenzaba a despertar e invadirlo, una sonrisa asomó en sus labios al tiempo que de un manotazo apartó las lágrimas que nublaban su visión.
Cuando finalmente estuvo delante de la puerta que tan familiar le resultaba caminó hasta ella, tocó el timbre y solo entonces se permitió doblarse en dos, apoyando ambas manos sobre sus rodillas luchando por recuperar el aliento.
- Buenas noches - llama su atención la voz de una mujer haciendo que se reincorpore rápidamente -, ¿En qué puedo ayudarle? - lo cuestiona una vez pudo hacer contacto visual con el joven parado en la puerta de su casa.
- Esta... e-esta - intenta hilar una frase pero es en vano, la falta de aire no le permitía hablar.
- ¿Buscas a alguno de los antiguos dueños? - pregunta entonces la mujer haciéndolo reaccionar.
- ¿Antiguos dueños? - chilla entonces
- Es que con mi esposo acabamos de mudarnos, hace una semana de hecho.
- No puede ser - alcanza a decir antes de que sus ojos volvieran a llenarse de lágrimas y su labio temblara anunciando el inevitable llanto -, ¿Sabe donde podría encontrarlos? - logra balbucear con un hilo de voz.
- Me temo que no, no alcanzamos siquiera a conocerlos - responde frunciendo el ceño preocupada -, la familia de enfrente se encargo de gran parte de los trámites, al parecer son muy amigos.
- ¿Mis papás? - ríe nervioso entonces
- ¿Eres el hijo de los Lee entonces?
- Lamentablemente - murmura apartando las lágrimas -. Gracias... eeh, cualquier información que tenga de la familia que antes vivía aquí me ayudaría mucho.
Dicho eso y luego de despedirse volteó, por primera vez en mucho tiempo estaba nuevamente frente a la fachada de la que una vez consideró su hogar. No quería volver allí sin embargo parecía estar obligado.
- ¡¿QUÉ HICIERON CON ÉL?! ¿DÓNDE ESTÁ?! - grita furioso una vez estuvo cara a cara con quienes una vez consideró sus padres.
- ¿Acaso crees que somos criminales Dongmin? - cuestiona su madre con los brazos en jarra.
- ¿Qué haces aquí? - interfiere su padre quitándose los anteojos de lectura -, Tu ciclo no terminaba hasta dentro de cinco meses...
- Sucede "padre" - empieza destilando desprecio en sus palabras -, que soy mayor de edad ahora, puedo hacer lo que se me pegue la real gana.
- Dongmin - advierte la mujer
- ¿DÓNDE ESTA?
- Eso no te lo diré - dice simplemente el hombre sin siquiera inmutarse -, se fueron porque quisieron y por nosotros esta perfecto.
- Papá... por favor - llora entonces
- ¿Ahora me llamas "papá? - niega con la cabeza -, Tienes dos opciones Dongmin: uno, abandonas los estudios y arruinas tu futuro por ese maricón; dos, te vas a estudiar administración de empresa como siempre lo planeamos.
- Tengo dos condiciones - dice entonces el castaño tragándose la rabia y reprimiendo las lágrimas una vez más.
- ¿Por qué habría de ceder?
- Porque necesitas un hijo al que heredar tu puta empresa y ese soy yo
- Veo que creciste, dime, ¿Cuáles son esas condiciones?
- Voy a estudiar lo que tu quieras pero en Londres, y él - señala al rubio que finalmente lo había alcanzado y esperaba frente a su casa -, se viene conmigo y ustedes pagaran sus estudios también.
- Bien - acepta su padre sin siquiera detenerse a pensarlo, la cara de su madre al contrario fue otra pero no se molestó en decir nada.
Ambos pasaron esa noche en la habitación de Dongmin, lugar que hace no muchos años le resultaba el lugar mas acogedor de esa casa, la realidad actual no podía estar más lejos de aquello. Odiaba tener que quedarse en ese lugar, detestaba la cercanía de sus padres y por sobre todo le generaba rechazo el saber que vivirían los próximos años con el dinero asqueroso de ellos.
- Un día podrás hacer el tuyo propio Min - lo aconsejó entonces el rubio abrazándolo con fuerza para calmarlo, secando al igual que siempre una a una sus lágrimas.
La semana y mes siguiente se la pasaron preparando todo para irse juntos a Londres y el castaño no paró de buscar a quien hace años había perdido, lo buscó por todos los lugares que vinieron a su mente sin tener ni una pista de él.
Así, desesperanzado y con el alma rota partió de Corea de la mano de la única persona en el mundo que lograba mantener sus pies en tierra.
Bueno, mi presentación de lo que será "It's always been you" Espero que el prólogo les haya gustado.
Ya saben que ayudan mucho al votar dejando su estrellita, pronto volveré con el primer capitulo.
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It's always been you
FanfictionSi hay alguien que tiene claro que de un corazón roto nadie muere ese es Dongmin, pero también sabe que aunque el dolor que causa no te mata, se queda, hace casa en tu cuerpo sumiéndote en una agonía diaria, hasta que eventualmente aprendes a vivir...