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"Pero solo soy humano y sangro cuando caigo, soy solo humano y me caigo y me rompo. Tus palabras en mi cabeza, cuchillos en mi corazón"






A diferencia del resto de personas que caminaban a su al rededor evidentemente molestos por la temperatura elevada y sus cuerpos pegajosos Myungjun estaba disfrutando ese día, realmente estaba ansioso por gastarse parte del pago de su primer mes de trabajo en ropa nueva. El calor húmedo podía ser una molestia si, estaba de acuerdo en eso con la masa de gente pero es que esas temporadas traían consigo una cosa que el rubio amaba mucho: ropa de diversos colores para hacer combinaciones a gusto, cómoda, ligera y elaborada con materiales naturales. Así que si, para él todo valía la pena tan solo por eso, además de qué empezaban las temporadas de playa que obviamente amaba.

Se quitó los anteojos de sol al encontrarse parado en frente al gran y espejado edificio donde tantas veces soñó hacer sus compras cuando era un adolescente, suspiró pensando que le gustaría que Dongmin lo hubiera acompañado pero no hubo modo de sacarlo de la cama esa mañana.

- Él se lo pierde - susurró chasqueando la lengua, porque no había forma en la que Myungjun retrasara aquello.

Su corazón pareció palpitar aún más emocionado en cuanto puso los pies dentro mirando hacia arriba los siguientes pisos llenos de tiendas, sin poder contenerse camino apresuradamente hasta las escaleras mecánica aguantando las ganas de subir él los escalones para llegar más pronto al primer piso.

Las sonrisas eran naturales para él ese día, cualquier cosa por más mínima lo invitaba a sonreír y el rubio no dudaba en hacerlo. Su paso por la primer tienda en la que entro en busca de accesorios desató a la bestia loca por las compras que siempre había tenido en el interior más nunca pudo ser porque, bueno, Myungjun vivió casi rozando la pobreza hasta antes de lograr estudiar en el exterior gracias a Dongmin.

Estaba decidido en realidad, llevaban el total de fines de semanas desde que llegaron encerrados en sus departamentos, ese era el sábado en el que costara lo que costara iba a arrastrar a Dongmin a un club y el traje a juego que tenía en sus manos era el que iba a regalarle para estrenar. Consistía en un conjunto compuesto por una camisa azul cielo más básica blanca y pantalones beige para el castaño, en cambio para él los colores escogidos eran un poco más brillantes, el amarillo se hacía notar y coronó su outfit con un precioso pañuelo que se ataría al cuello probablemente.

Todo iba de maravilla, cuando salió del primer puesto después de estrenar su nueva tarjeta se encontró cuestionándose si luego de visitar unos locales más que tenía en mente sería buena idea almorzar con Dongmin en alguno de los restaurantes de comida rápida que habían en ese lugar. Con una sonrisa de determinación palpó sus bolsillos hasta dar con su celular, iba a tomarlo entre sus manos cuando la risa de alguien a lo lejos resonó tan fuerte en su cabeza que sintió romperse en mil pedazos... una vez más.

Terror

Pánico

Por su sistema recorrían tantas sensaciones negativas ante el recuerdo de quien lo asustaba a niveles impensados que no tardo en sentir su cuerpo mucho mas pesado y sus piernas entumecidas, inspiró profundamente varias veces en un intento por poner en práctica la técnica que tantas veces había practicado con su psiquiatra.

"No vas a morir Myungjun, aunque así lo sientas te prometo que eso no va a pasar"

Escuchó resonar en su cabeza la voz de aquella pequeñita mujer que tanto lo había ayudado pero no fue capaz, no, en cuanto paseó desesperado su temerosa mirada en búsqueda del dueño de aquella carcajada que estaba acabando con todos sus avances sintió morirse al verlo, luego de tantos años... ahí estaba, de la mano con una preciosa mujer, sonrientes, ambos muy felices.

No supo de donde sacó la fuerza de voluntad para salir corriendo justo unos segundos antes de que pudiera ser visto, probablemente podría agradecer más tarde a la adrenalina que recorría por todo su cuerpo al sentirse en peligro nuevamente. El caso era que en esos momentos se encontraba encerrado en uno de los cubículos del baño, temblaba, todo su cuerpo temblaba de tal modo que sus movimientos se veían reducidos, le dolía tanto el pecho que sentía limitaba el ingreso de aire hasta el punto de sentirse tan ahogado que pensaba en cualquier momento se iba a desmayar.

- Puta madre - se quejó al sentarse sobre la tapa del inodoro elevando las piernas a tal punto que pudo abrazarlas y apoyar en ellas su cabeza.

It's always been youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora