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"Debes regresar a casa, más cálida que el corazón que la abandonó"





Hacía un día precioso, la temperatura era cálida sin llegar a ser molesta, las personas a su alrededor caminaban apuradas en busca de su vuelo y propias responsabilidades, él los observaba con una pequeña sonrisa nostálgica, hacia mucho, muchísimo tiempo que no veía tantos Coreanos, específicamente hace poco más de cinco años cuando dejó Corea y ya no volvió.

Caminaba hacia la salida del aeropuerto agarrado a una pequeña valija y a diferencia de la ansiedad que sintió durante las mas de doce horas de viaje en ese momento estaba en paz, después de todo no era tan malo volver, él ya no era el mismo que se fue con el corazón partido, no, ese Dongmin había crecido y aprendido a defenderse

- Todo se ve tan diferente - susurra el rubio a su lado agarrándose de su brazo como era costumbre -, lo único que se mantiene es lo apurados que se ven todos siempre.

- Es verdad - asiente y lo atrae un poco más hacia él -, aquí ya nada ni nadie es el mismo.

- Trabajaremos duro y llevaremos una vida tranquila - asegura el mas bajo con una sonrisa de seguridad en sus labios y los ojos brillosos de ilusión -. Esta vez seremos felices Min.

- Eso espero Myungjun - replica y desea con todo su corazón que así sea -. Sé que cada uno tiene su propio piso aquí pero ¿Te quedas conmigo esta noche? no quiero estar solo.

- Te iba a pedir lo mismo - ríe al tiempo que llama a un auto levantando sus manos, agitándolas en el aire -. mañana llegaran los de la mudanza con nuestras cosas, debemos estar despiertos temprano.

La zona en la que iban a residir los tenía sorprendidos, si bien era la más costosa la habían elegido por ser una de las más seguras en Seúl y obviamente junto con eso iba el lujo, los detalles caros y las personas que vivían para presumir su dinero. 

En el espacioso ascensor que los llevaría hasta su piso Myungjun se agarró aún más fuerte al brazo de Dongmin, cuando sus ojos se encontraron en el espejo que tenían en frente sonrieron. Habían pasado tantos años sin separarse que se convirtieron en el lugar seguro del otro, donde estaba Dongmin seguramente encontrarían a Myungjun y viceversa. Tenían el tipo de relación en la que con una sola mirada se entendían, entre ellos no hacía falta palabras aunque cuando se encontraban juntos en el mismo espacio rara vez eso sucedía, es que la especialidad del rubio era hablar hasta por los codos y el que a su lado se encontraba siempre le seguía la corriente en todo lo que por su mente pasara. 

Ese día no era así, ese día el que reinaba era el silencio. Si bien la decisión de regresar a vivir a Corea había sido tomada hace más de un año, decirlo y hacerlo eran cosas diferentes y ambos tenían asuntos que los había hecho irse, ambos tenían un pasado que resolver aunque claramente no lo mencionaban, esos asuntos que no abandonaban la mente de ninguno ya estaban mas que hablados, no creían necesario tocar el tema en ese momento. 

- Este será tu departamento - habla el más alto señalando una puerta frente a ellos -, y aquel el mío - agrega guiándolo hasta el final del pasillo para pasar una tarjeta de acceso sobre la tira metálica y abrir la puerta -. Ya no viviremos juntos pero seremos vecinos, de mi no vas a librarte tan fácilmente. 

- Lo mismo digo Lee - replica Jun sentándose sobre la maleta que Dongmin empujaba dentro del departamento -. Solo sugerí que cada uno tenga su espacio porque ya era hora, nada más... de todos modos me la pasaré metido aquí - finaliza y ambos ríen por lo bajo.

It's always been youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora