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¿Cómo me sentía después de haber visto a mi hermano teniendo sexo? No sabría describirlo, pero era una extraña sensación de asco y excitación. Una combinación muy difícil de procesar, la cual me había hecho esconderme en mi habitación luego de todo ese espectáculo.

Eso había sido hace ya una semana, el tiempo suficiente para darme cuenta de que YoonGi no me provocaba solamente miedo, sino también atracción y eso estaba demasiado jodido. Desde el inicio sabía que mi hermano era guapo, me llamaba la atención y en cualquier otra situación me hubiese gustado para algo más, pero somos familia y también reconozco que no es precisamente un santo.

YoonGi parecía ser consciente de que yo tenía esa pequeña debilidad por su atractivo, probablemente por eso se comportaba así conmigo y no había nada más de fondo. Pero hay otra parte de mí, la lunática, que me dice siente algo muy parecido por mí, que yo le gusto o algo debe haber porque siempre tiene esos momentos extraños en los que me insinúa algo más.

Esta semana me había hecho también muy cercano a los Jung, ya que eran los únicos con los que podía hablar tranquilamente y hoy era cuando los hermanos venían a darnos clases. Sinceramente, no sabía cómo vería al hermano de JungKook, SeokJin, porque había interferido en su momento con YoonGi y no estaba seguro de si lo escucho gemir mi nombre.

Esa parte, en la que mi hermano se masturbaba viéndome fijamente y decía "JiMin" con su ronca y excitada voz... Simplemente era imposible de olvidar. Noche tras noche me dije que debía borrarlo de mi cabeza, pero cada vez que lo intentaba sentía un calor en el vientre que me hacía querer tocarme a mí mismo y esa no era la solución.

No debía sentir absolutamente nada por YoonGi.

Referente a los wendigos no he descubierto nada más y el libro que había encontrado en la biblioteca el día que tuve mi primera sesión con JungKook había desaparecido. Busqué más libros parecidos o con información sobre esos mitos, leyendas, cuentos, como quieran decirles, pero no había ninguno que hablara de ellos y me rendí.

El bosque llamaba mucho mi atención y no exactamente de buena manera, podía verlo por mi ventana, de hecho, por varias de la mansión y siempre sentía que había alguien mirándome a la distancia. Me estaba volviendo loco con tantas cosas extrañas ocurriendo a mi alrededor y que los señores Min no dieran ni señales de humo me ponía peor porque llegaba a imaginarme que no regresarían jamás.

—JiMin, ya llegaron.— dice YoonGi tras mi puerta.

—Voy.— respondo al instante, me pongo de pie y salgo encontrándome con él, quien lleva sus manos en los bolsillos de sus pantalones y su cabello negro desordenado —¿No bajaremos — pregunto para que reaccione.

YoonGi asiente, aunque lo hace después de barrerme con la mirada y me hago pequeño al sentir sus penetrantes fanales encima de mí. Alza su pálida mano y me toma el rostro, su palma caliente reposa un instante y poco a poco la va bajando hasta mi camisa de botones para tocar mi torso.

Me doy cuenta de que tengo los primeros botones desabrochados y doy un paso hacia atrás para cerrarlos. Cuando terminó, levantó la mirada, pero YoonGi ya no se encontraba. No le tomo importancia, probablemente se haya enojado porque rehuí a su tacto de nuevo, así que bajó las escaleras hasta el primer piso, donde me encuentro con los hermanos Jeon.

—JungKook.— saludo alegremente, deteniéndome al ver que ve a su hermano mayor, SeokJin, quien me mira con ojos bien abiertos por nuestra similitud.

Ambos tenemos cabello rubio, piel blanca, labios esponjosos, mejillas rellenas, cuerpos curvilíneos, aunque él es más alto y ciertamente los rasgos son levemente distintos. Intento no buscarle un doble sentido al hecho de que nos parecemos un poco y que casualmente YoonGi se lo haya follado pensando en mí. No, para nada, no debe haber ningún motivo tras eso.

—Debemos estudiar antes del atardecer.— interviene YoonGi carraspeando.

Mi mirada se dirige a él, lo veo sonreírme, de esa manera dulce y tierna en que muestra sus rosadas encías, como si el muy maldito no fuera un puto enfermo psicópata que ha asesinado a quien sabe cuántas personas.

—Sí, deberíamos estudiar.— repito sin darme cuenta de que los hermanos solo me ven fijamente a mí.

—Tienes razón.— dice la suave voz de SeokJin y titubea sin ver siquiera a mi hermanastro —Vamos... YoonGi.

Y es así como ellos se marchan rumbo al tercer piso, a la sala de estudio, mientras que yo sigo en estado de shock. Al parecer, JungKook se da cuenta y se acerca para tronar sus dedos en mi rostro, intentando que salga de mi tortura mental.

—¿Tu hermano y yo nos parecemos?— es lo primero que suelto porque sinceramente no puedo más, necesito que alguien me diga si solo estoy viendo cosas que no.

JungKook mira hacia otro lado, sus mejillas se tornan rojizas y asiente, aparentemente abochornado porque, aunque él no presenció el encuentro sexual de nuestros hermanos mayores, quizás sí pudo escucharlos antes de que me fuera corriendo.

Yo no vuelvo a preguntar nada, me encamino a la biblioteca y hacemos lo mismo que la sesión anterior, pero con una materia distinta. No estuve prestando la atención adecuada y lo sabía, era porque mi cabeza estaba en otra parte. Más justamente en el tercer piso de la mansión, donde probablemente YoonGi y SeokJin se encontrasen follando de nuevo.

—¿De casualidad viste un libro negro que estaba aquí la semana pasada?— le pregunto a JungKook cuando nos ponemos de pie para recoger todo y acompañarlo a la salida, esta vez sin deseos de buscar a su hermano mayor.

JungKook niega —¿De qué era?

—Solo mitos, me llamó la atención porque tenía enredaderas y...— me callo al instante porque si describiera el libro y el contenido le estaría diciendo que le mentí sobre saber de los wendigos.

—Creí que no te gustaban esas cosas.— comenta, mirándome con cierta burla.

—No me gustan, solo que cuando me dijiste lo de los wendigos quise buscar más información y no encontré.— me excusé, alzando los hombros para restarle importancia, aunque en realidad deseaba que dijera más.

JungKook se detiene justo a mitad de camino, mira las escaleras y la puerta para asegurarse de que SeokJin y YoonGi no están cercas de nosotros.

—Los wendigos se sienten atraídos por personas perdidas, sobre todo en los bosques y son caníbales. También son espíritus malignos que poseen a los que pecan de gula y codicia, a quienes asesinan a sus propios.— dice, tomándome del antebrazo para acercarme a él y susurrándome lo último muy de cerca.

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Bien, les repito para que quede claro, los wendigos son en sí espíritus que pueden poseer personas, mayormente después de haber realizado canibalismo... 

𝖂𝖊𝖓𝖉𝖎𝖌𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora