La reunión con los ejecutivos de Cuellar Textiles salió mejor de lo que esperaban, se mostraron flexibles ante los pagos porque confiaban en el proyecto de Cecilia, también porque sabían que si Ana Carré trabajaba con sus telas tendrían un gran punto a su favor y su empresa de textiles se vería beneficiada. Que las cosas marcharan tan bien les permitía olvidarse un poco de los problemas que atravesaban. El lunes Gerardo se ocupó de contactar a Ricardo y reservar el salón donde harían el lanzamiento, no sin antes recordarle que fuera muy discreto, pues no querían arriesgarse a que la noticia llegara a los oídos de Alicia Boqué.
Ana estaba a pocas horas de llegar y pretendían programar una junta para actualizarla con la situación de la empresa lo cual ponía nerviosa a Cecilia, pues temía que Ana hiciera comentarios imprudentes frente a Marcela, sobre todo porque era de las pocas personas que estaban enteradas de su relación con la colombiana.
— Lo más probable es que esté de vuelta en menos de dos horas — dijo cuando Gerardo ya se había bajado del auto— , así que ve preparando todo para comenzar la junta en cuanto lleguemos, si no lo hacemos así Anita se cansará de esperar e irá directo al taller y sabes que de ahí nadie la puede sacar.
— No te preocupes que yo tendré todo listo.
Se despidió de ella y la vio alejarse en el coche. Al mismo tiempo un taxi se detenía frente a las puertas de Amapola; de él bajaron Marcela y Patricia, la primera lo ignoró descaradamente mientras que la segunda volvía a lanzarle miradas coquetas. Esperó a que ambas entraran, esta vez no tenía ganas de molestar a ninguna de las dos.
— Joaquín ¿sabes si ya llegó Raquel? — preguntó al guardia que custodiaba la entrada.
— Sí, señor, hace como media hora.
Dio las gracias y entró. Buscó a Raquel para pedirle que juntara todos los papeles y los muestrarios de telas que habían recibido de Cuellar Textiles, estaba seguro de que Ana querría verlos detenidamente.
— ¿Tienes los estados de los puntos de venta?
— Los tiene la secretaria de la señorita Valencia.
Suspiró con molestia. Patricia no le desagradaba en lo absoluto, incluso le parecía divertido que tratara de acercarse a él de una manera tan obvia y provocativa, pero comenzaba a cansarle que cada interacción con ella estuviera plagada de insinuaciones románticas. Él prefería los acercamientos civilizados y amistosos. Mientras se dirigía al escritorio de Patricia observó cómo al darse cuenta de que él se acercaba se arregló la falda para que pareciera que era más corta de lo normal. Dudó en hablar con ella, pero necesitaba los documentos con urgencia.
— Patricia, necesito que me entregues los estados de los puntos de venta del último mes.
— Claro. Permíteme, por favor.
Se levantó de su asiento para buscar los papeles en los gabinetes de atrás aunque no estaban ahí. Su intención era, y por supuesto Gerardo no tardó en darse cuenta, mostrar las piernas de las que siempre ha estado orgullosa. A estas alturas su paciencia comenzaba a extinguirse y decidió que tenía que resolverlo de una vez. Patricia finalmente encontró los papeles y se los entregó, mientras los revisaba ella trataba de hacer notar su cuerpo a toda costa. Gerardo apartó la vista de los documentos y la miró directamente, con firmeza pero sin despegarse de la amabilidad que lo caracterizaba.
— Esas técnicas no funcionan conmigo ¿sabías? —dijo tranquilo— Te daré un consejo —Patricia estaba quieta de la impresión, no se esperaba la respuesta de Gerardo—, ¿por qué no intentas ser una amiga primero? Te aseguro que por ese camino tendrás más suerte — le guiñó un ojo y devolvió la mirada a los documentos.
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Yo soy Marcela Valencia, la nueva
FanfictionMarcela Valencia, junto con Patricia Fernández, deja Colombia después de que Beatriz Pinzón Solano quedara como la presidente legítima de Ecomoda. Ambas viajan a México con la esperanza de empezar de nuevo. Con el propósito de continuar con su vida...