Yo soy Marcela Valencia, la nueva

XVIII

- ¿Dinora? ¿Otra vez? Esa mujer no se cansa. Quiere acostarse con todo el mundo, pero no se da cuenta que nadie la soporta.

- Habrá que soportarla hasta el lanzamiento. Cecilia lo sabe y por eso no se atreve a hacerle un desplante.

- Estás demasiado enterado de la situación, a mí Cecilia no me contó nada. Me va a oír cuando regrese.

- Si anoche hubieras estado en tu departamento, tal vez te lo habría contado - dijo alzando las cejas-. Te llamó, pero tal parece que no pasaste la noche allí.

- Qué Presidente tan chismosa - tomó un bocado de su almuerzo.

- También te hubieras enterado de que Marcela se le desapareció toda la noche.

Soltó la bomba para ver la reacción de Anita, quien casi se atraganta con la comida después de escucharlo. Gerardo se burló y le pasó un poco de su bebida.

- ¿Qué dices?

- Lo que escuchas. Cuando llegó la enfadosa de Dinora, Marcela se alejó y se perdió entre la gente. Al parecer la vieron hablando con con una mujer de vestido negro, pero hasta allí llega la información que le dieron a Cecilia; y la que nosotros tenemos, no se ha comunicado para contarme si ya la encontró o no.

- Estás jugando ¿no? ¿Marcela? ¿Marcela Valencia? ¿La misma que con su sola presencia te invita a que desaparezcas de su vista?

- Me quedé tan sorprendido como tú, sobretodo porque Patricia nos dijo que no acostumbra a tener sexo casual.

- Siempre hay una primera vez, Gerardo. ¿Qué mejor que en la playa? Pero debo admitir que estoy sin palabras, yo pensé que ocurriría una gran reconciliación entre esas dos... con las sábanas de por medio, tú me entiendes -le guiñó un ojo.

- Sabes que Cecilia aún está escéptica con Marcela.

- Y con justa razón. Hacemos bien en no decirle la verdadera razón por la que su ex vino para acá.

- Me preocupa que algún día se llegue a enterar. Si lo hace, me gustaría que Marcela fuera quien le dijera todo.

- ¿No has sabido nada más?

- No, únicamente que mantiene una relación con la actual presidente, Beatriz Pinzón, si mi memoria no me falla. Ah, cierto, financieramente EcoModa va a la alza. Ojalá tuviéramos esa suerte.

- Mientras Alicia no nos dañe la fiesta todo estará bien. Lo admito, Gerardo, Marce nos cayó del cielo, si la tuviera enfrente la besaba.

- Tú quieres besar a cualquiera que te parezca atractivo.

Anita le sonrió divertida a la vez que su celular comenzaba a sonar, era Cecilia, al parecer llegaban esta tarde a la Ciudad de México. "Te llamo a ti para compensarte, porque sé que a estas alturas Gerardo ya te habrá contado todo y a nuestra llegada no quiero escuchar tus reclamos de por qué no te llamé a ti anoche", le explicó. Vaya que la conocía bien, ya había pensado en mil maneras distintas para decirle que era una mala amiga.

- Eso no me detendrá, mi amor. Mi vida no tiene sentido alguno si no logro ver tu rostro fastidiado por mi personalidad encantadora, eres tan atractiva cuando estás enfadada que no voy a renunciar al espectáculo. Por cierto, Cecilia, ¿encontraste a Marcela? ¿La rescataste de brazos ajenos y la envolviste entre los tuyos?

Cecilia colgó.

Regresaron a Amapola. Tenían el tiempo contado para hacer los preparativos necesarios en el showroom. La Presidente quería ver los diseños en cuanto pusiera un pie en la empresa, así que Anita reunió a las modelos para ensayar la pasarela un par de veces más. Tenía preparada una sorpresa para Cecilia. Mientras repasaba las caminatas de las modelos, Gerardo le hacía sugerencias, las cuales no aceptaba porque él era de números, no de modas. Al parecer la música estaba bastante alta, pues ambos se percataron de una cabellera rubia que se esforzaba por no ser interceptada.