Todo es un asco

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 ~Capítulo 15

Después de la charla con Alan no tuve más remedio que volver a mi casa. Durante el trayecto ande pensado todo el rato sobre el plan ideado por los hermanos Clawson. Era un plan de locos, pero contra más pensaba en su idea, veía que era la única solución para salir de ese lío. No había más salidas pues, mi padre ni loco iba a romper ese trato solamente porque su hijita no quería casarse. Aun lo que no me entraba en la cabeza era como Sandy había aceptado a esa proposición. ¿Se le había ido la cabeza a mi hermana? Ya ni la reconocía. La veía diferente, no era la hermana por la cual yo lloraba para que volviera junto a mí y así jugar las dos a muñecas o solamente para pelearnos del que queríamos ver en la tele. Era una chica que tenía otras ideas y que, por mucho que fuéramos hermanas, el cariño que tenía hacia mí, años atrás, habían desaparecido.

También pensaba en Federico. Para la primera vez que encuentro a una persona que no me deja abandonada como mi familia y me apoya, ¡ahora la tenía que dejar yo por ese estúpido contrato! Pero más bien, me preocupaba que fuera a pensar sobre mi huida. Vale, si, lo acepto. Estaba decidida a salir del país y dejar a mi familia y amigos para no tener que arruinar mi vida con una persona que sé que nunca llegaría a amar. Puede sonar cursi, pero no querría compartir mi vida con una persona que yo no quisiera aunque le cogiera cariño, yo aún soñaba con encontrar ese chico que me robara el aliento cada vez que lo viera y que me hiciera sentir sensaciones especiales. Quería a Federico y aun pensaba que esas sensaciones se podrían manifestar en cualquier momento. Como decía mi madre, tiempo al tiempo.

Nada más llegar a la puerta de mi casa, volví a coger aire y piqué al timbre. Con las prisas de irme había olvidado las llaves. En menos de un minuto mi madre me habría la puerta y se lanzaba a mis brazos para abrazarme, pero esta vez, no la correspondería al abrazo.

-Cariño, me has tenido preocupada-se apartó de mi-¿por qué has tardado tanto?

-Necesitaba pensar mama. Esto me supera-me sincere. En mi mirada esta vez, intentaba no transmitir ningún sentimiento, sentirme fuerte, también delante de mi madre.

-Sé que esto es duro…pero conocerás al chico con el que te casaras y cambiaras de opinión. Odiaba que este día llegara, que te enfadaras y hasta que huyeras-trague saliva-pero por lo visto quieres seguir adelante ¿no?

-Si mama, quiero seguir adelante.

La parte principal del plan de Alan era que convenciéramos a las familias que al final admitíamos casarnos. Así no dudarían ni un momento que quisiéramos hacer alguna locura como no se ¿irse del país? Suena hasta a broma.

Mi madre me sonrió tiernamente y me acaricio la mejilla

-Lo siento por esto cariño, el contrato lo firmo tu padre hace más de 14 años. Yo no pude hacer nada.

-¿Ni siquiera convencerlo de que no lo hiciera? ¡Venga ya mama!

-Lo intenté, de verdad, pero no hubo solución…Yo también quiero que tengas una buena vida y si te casas, la tendrás. Lo tendrás todo a tu alcance, la vida para ti, estará solucionada.

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-Vale mama, ya está-le aparté para encaminarme a mi habitación, que, al llegar, Sandy estaba sentada en mi cama con los brazos cruzados.

-Hola Sarah-fue lo único que me dijo cuando abrí la puerta. Vi que todas sus cosas estaban bien puestas de nuevo. Como si nada de lo que había tirado fuera de mi habitación hubiera pasado. Mi rabia se apodero de mí en segundos, pero volví a inspirar e intente relajarme lo que más pude.

-¿Dónde fuiste? Sé que no quieres casarte y menos dejar a Federico, que por cierto, lo siento hermana. No era mi intención besarlo pero es que…me siento atraída por el ¿sabes? A también creo que no tendré que dejar claro que quien se casa con Alan soy yo. Tú con John que tiene nuestra edad que, aunque no está nada mal, no tiene en comparación con Alan, pero igualmente es un buen partido, eso te lo aseguro.

Como dos gotas de aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora