~Capítulo 18
Después de esa noche todo paso muy rápido…hable con Alan para que tuviera claro que estaba con Federico y aunque nos separaríamos cuando nos fuéramos del país quería que supiera que de momento le quería a él pero aun así, el no parecía entender.
“-Alan, tengo que hablar contigo, sobre lo que me dijiste a noche-le dije a la mañana siguiente mientras que mi hermana estaba duchándose.
-Pues, dime, soy todo oídos.
-Quiero que sepas que estoy con Federico, me gusta mucho, y…si, le quiero-lo último era más bien para convencerme a mí que a él mismo.
-Sí, eso ya me lo dijiste, pero eso no tiene nada que ver que luche por ti. Ya te lo dije, me gustas. Vamos a irnos juntos fuera del país ¿por qué no probar que pasaría entre nosotros?
-Porque no quiero probar nada de qué pasaría entre nosotros. Así de fácil. Es tu primo con quien estoy saliendo, sois familia.
-Ya ¿y?
-Da igual, Alan. Solo decirte, que no intentes nada, porque no lo conseguirás-me levante de la silla y el hizo lo mismo para ponerse al lado mío y susurrarme a la oreja.
-No me rendiré-después de eso, se marchó’’
Lo último que me dijo me dejo un poco atontada, por decirlo así. ¡Se lo había dejado clarito! ¿Por qué no razonaba y tiraba la toalla? A, no, que era Alan, el chico que se sale con la suya. Pasando a otro tema, cada vez se aproximaba más el día de la graduación y con ello, el día de mi “huida”. Había dejado el término de “plan” porque le había cogido tanto asco a esa palabra que ya no podía decirla. La había aborrecido, así que ahora había pasado a la “huida”.
¿Y que conllevaba que se acercaba también el día de la huida? El día que se tendría que realizar la boda y con eso, mi hermana me estaba dando por saco cada día para que le ayudara a elegir vestido de la boda, de qué color podrían ser las flores que adornaban el lugar donde se iba a celebrar-que de momento desconocía-y hasta como debían ser los manteles de las mesas. ¡Venga ya! ¿El color de los manteles de las mesas? ¿A quién le interesa de qué color sea? ¡Con que haiga comida encima ya es suficiente!
Y bueno, en el tema de Federico…estaba muchísimo más tiempo con él. Federico ya había asimilado que no tenía otra opción por irme con él así que, quería aprovechar el mayor tiempo para estar a mi lado y yo, contra más tiempo pasaba con él, peor lo pasaba porque sabía que dentro de poco me iría.
Que estuviera con Federico no significaba que dejaba de lado a mis amigas. ¡Mi gran apoyo! Nunca las dejaría apartadas. Y bueno, ellas ya se habían enterado de mi “huida”. Cada vez que lo recordaba no podía aguantarme que unas lagrimillas cayeran por mi cara. ¡Dios! ¡Me estaba transformando en una sentimental!
“-Chicas, hay una cosa que os quiero contar-les dije después de salir de clases
-¿Algo relacionado con Federico? ¿Cómo vas con él? ¿No te abra roto el corazón? Si te a echo algo malo mira, voy para allí y…-empezó a sacar conclusiones Sabella y yo no pude reprimir una carcajada.
-No, Bella. Con Federico todo va de maravilla, me trata genial.-sonreí tontamente al recordarlo.
-¿Os habéis acostado?-saltó Alejandra con soltura
-¡No!-grité llevándome la mano a la boca-¿Cómo puedes pensar eso? Llevamos muy poco saliendo para llegar a tal punto.
-Pero… ¿te gustaría que tu primera vez fuera con él?-pregunto Irina
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Como dos gotas de agua
Literatura FemininaSarah Laurent. Su vida era "normal" hasta que una noche conoce a un joven llamado Alan que le hace despertar la curiosidad por ese chico. Su hermana Sandy y su padre vuelven después de estar 5 años en Londres. Estos acontecimientos, aunque no parece...