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Apenas eran las cuatro de la tarde cuando Sunoo se hallaba en el cuarto de baño de su departamento, preparándose para en unos minutos irse a trabajar a la cafetería. Miraba con atención su reflejo en el espejo, recordando todo lo que había sucedido la última vez con Heeseung.

—¡¿Qué?! ¿Aquí?—sus manos que estaban en mi cintura, se distribuyeron, una bajó hasta mi tracero el cual apretó con fuerza y la otra se metio por debajo de mi sudadera—¡Estamos en la escuela!

***

—¿No se te hace exitante?

***

—¿Hay alguien ahí?—tocaban con insistencia la puerta.

Heeseung y yo nos miramos alarmados, mi boca estaba abierta por el espanto.

Mordí mi labio inferior, apenas estaba con ropa interior lo que me permitía ver con mayor claridad esa mordida en mi cuello. Estaba confundido, lo que había ocurrido en la sala del consejo me había hecho sentir incómodo ¿qué sucederá si las cosas siguen yendo de esta manera?

 Estaba confundido, lo que había ocurrido en la sala del consejo me había hecho sentir incómodo ¿qué sucederá si las cosas siguen yendo de esta manera?

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Sunoo suspiró justo frente a la pequeña pantalla de la caja, su turno había iniciado hace una hora y aún no podía sacarse a Heeseung de la mente. Dejó caer la cabeza hacia adelante, desanimado, y Jungwon, quien estaba justo detrás, se percató.

—Hey, Sun ¿qué pasa con esos suspiros?—dejó el café que estaba preparando a un lado y llevo ambas manos a su rostro—¡¿Ya no te gusta trabajar conmigo?!—Jungwon hizo un puchero.

—No, por supuesto que no es eso...

—¡Entonces levanta el ánimo y a trabajar!—Jungwon rápidamente se enderezó, sonriéndole de manera animada a Sunoo—¿Quieres que te prepare un mocha latte? es tu faaaaavorito.

—No es necesario.

—¿Entonces quieres hacer la danza de la buena vibra de Yang Jungwon?—pasó sus brazos por sobre su cabeza e hizo un corazón con sus manos.

—¿Qué es... eso?—Sunoo lo miró extrañado.

—¡¿Cómo no conoces esta danza?! Te llena inmediatamente de buena vibra—Jungwon comenzó a mover sus brazos de manera extraña—. Yo te enseñaré, así que ven, hagámoslo.

—Nah...—el pelinegro le dió la espalda, dispuesto a teclear unas cosas en la caja cuando sintió que Jungwon lo agarraba por el cuello de la camisa, jalandolo hacia atrás.

—¡Vamos! ¡De prisa! ¡Sigue mi ritmo! ¡Tienes que hacer esto para que levantes tu ánimo de nuevo!

—¡Jungwon! ¡Vas a romper mi camisa!—Sunoo trato de liberarse, pero los ojos de su amigo se fueron directos a aquella peculiar marca que había quedado a la vista, gracias a que la camisa de Sunoo se había arrugado—. La encargada se molestará si ve que mi uniforme está desordenado—logró que Jungwon lo soltará, pero este pareciera que había entrado en una especie de shock.

BJ Ethan - heesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora