CAPITULO 17

94 16 5
                                    

Salí huyendo. No sé en qué momento tomé mi conjunto y tomé un taxi para ir a casa. Cuando llegué Jisung estaba en la puerta, esperando por mí, en mi teléfono celular tenía más de veinte llamadas perdidas, de las que pude contar.

Todos se quedaron tranquilos cuando les dije que había tenido una buena noche, si saben a lo que me refiero. Nadie puede juzgarme si todos sabían de la existencia de Panorama y quién estaba encaprichado conmigo.

Ahora me encuentro en mi oficina.

Un sinfín de solicitudes de otros accionistas descansan en mi escritorio. Algunos nombres se me hacen conocidos de otras empresas. Pero toda decisión la tomara el comité conmigo, y al final es mi decisión.

No he visto a Jeno en dos días.

Fue extraño que no se apareciera en la puerta de mi oficina el lunes por la mañana. En cambio, su asesor y abogado, discutieron un par de cosas conmigo.

Todo marcha bien, de momento.

Pero no sé nada de él y cada vez que mi puerta se abre siento que él aparecerá en cualquier momento.

Y cada vez que mi teléfono suena, es su voz que me imagino.

—La he cagado, Haechan.

—Mierda, no me digas que...

—Exactamente eso, Jeno y yo nos acostamos. Después de serle fiel a la memoria de un hijo de puta mentiroso como Renjun. He vuelto a estar con alguien.

Haechan no dice nada. Pero su risa nerviosa me dice que no era lo que esperaba escuchar.

—Pensé que habías estado con alguien en Panorama. Pero no me imaginé que fuera él, además de ser un hombre bastante intenso, es tu socio.

—No estuvimos en Panorama. Me llevó a su apartamento Pearl. No iba con esa intención. Una cosa llevó a la otra y joder... La he cagado.

Mi frustración me mata. Tengo unas malditas ganas de llorar pero me contengo. Haechan se da cuenta enseguida y se asusta.

—¿Él no te hizo daño? ¿O sí?

—Por supuesto que no.

—Entonces tuvo que haber sido un mal polvo como para que estés tan afectado.

—Ojalá. El tipo coge mejor de lo que cualquier persona espera. O un viudo como yo. Pero no, la he cagado grande. Porque sabe quién soy y dónde estuve esos seis años de los que nadie en el mundo habla.

—Mierda.

—Sí, una mierda.

Haechan sigue en lo suyo y yo me quedo viendo las paredes blancas de mi oficina. Haechan se empeña en contratar diseñadores para que cambien cada rincón de Starblack, como si eso fuese suficiente. Aun puedo sentir la colonia de Renjun por doquier. Y ése será siempre mi castigo.

El teléfono que descansa en mi escritorio suena y atiendo enseguida.

—Sí, Haechan.

—Tienes un paquete, Jaemin. ¿Quieres que te lo lleve?

—Sí, por favor.

Mientras divago en mi ordenador y me pongo al día con correos electrónicos y más, un enorme ramo de flores, con un florero elegante se asoma por la puerta.

Maldito Jeno.

—No me digas—Me pongo de pie—¿El señor socio arrogante?

—Sí—Apenas y veo la cabeza de Haechan, coloca las flores sobre la mesa del fondo y aunque no quiera admitirlo. Me encantan.

𒉽𝚂𝙲𝙴𝙻𝙴𝚂𝚃𝚄𝚂𒉽|| ᴺᴼᴹᴵᴺDonde viven las historias. Descúbrelo ahora