Capítulo 6: Bienvenidos al reino de la Literatura

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- Buen día, hija.

- Abuelo, buen día.

- Veo que ya vas de salida.

- Sí, no quiero llegar tarde - toma su bolso.

- Disfrutas la escuela. Es bueno.

- ¿Querías algo, abuelo? - levanta la vista para mirarlo. Alto, realmente alto, con su cabellera blanca, que refleja el paso de los años, bien peinada.

- Quiero que después de tus clases vayas al reino de la Literatura. Creo que te encantará.

- ¡Claro que sí! - da un salto de alegría.

- Anina - Daisy aparece en el umbral de la puerta - Buen día, señor Ed.

- Buen día, Daisy.

- Nos vamos, abuelo.

Ambas caminan por la ciudad. A pesar de ser temprano hay acción. Los autos andan de acá para allá y las personas caminan a paso apurado para llegar a sus empleos.
Desde el día del gran ataque, ya hace 4 años, la necesidad de empleados y encargados aumentó causando casi un completo caos. La población disminuyó y no había quien ocupará esos puestos.

- El reino de la Literatura - observa la luz del amanecer que se refleja en las ventanas de los negocios - Me preguntó, ¿qué cosas interesantes habrá?

- Sé que te gusta leer - sonríe - Iremos después de clases con los chicos.

Anina calla un momento. Marco y Luis siempre están con ellas. A cada reino que viajen ellos irán. ¿Y si tienen amigos y no pueden pasar tiempo con ellos? ¿No sería egoísta apartarlos solo para que vayan con ellas?

- Daisy, ¿no crees que Marco y Luis prefieran quedarse?

- ¿Por qué?

- Ellos deben tener amigos.

- Aunque nunca los he visto hablar con nadie más.

- ¿Qué tal si ya no han salido con ellos por estar con nosotras?

- ¡Es verdad! Nunca les preguntamos.

- Hay que hacerlo entonces.

Enfrente sus amigos ya estaban en la entrada esperándolas.

- Hola chicos. ¿Qué creen? Saldremos de nuevo. Esta vez al reino de la Literatura.

- Súper. He escuchado que es interesante ese lugar. ¿Cuándo? - habla Marco sin dudar.

- ¿Seguros? ¿No tienen planes o algo así?

- No. Tía nos dejará ir.

- ¿No tienen amigos con los que quieran pasar el rato? No sé... ¿Ir a comer o jugar videojuegos?

- No. De hecho, no tenemos.

- Ustedes son... Nuestras únicas amigas - confirma Luis.

- ¿¡Qué!? ¡Estrellas!

- Claro que hemos tenido amigos pero se mudaron o se fueron a cumplir sus sueños.

- ¿No han intentado hacer nuevos? - cuestiona Daisy sintiendo lástima.

- Sí. En la Tierra éramos diferentes. Al participar en deportes habían quienes nos creían presumidos por nuestra habilidad. Cuando llegamos aquí y al tener estos poderes es difícil ocultarlos - cuenta Marco sin aparentar tristeza.

- Así que mejor nos alejamos un poco. Pero no significa que estemos solos - Luis sonríe.

Ambos atraviesan un brazo por los hombros del otro.

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