Capítulo 8

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—Cariño, puedo explicarlo...—Dave se separó del rubio rápidamente y trató de acercarse a su esposa para tomarla de las manos.—Lo que viste no es...

—Sé lo que vi, Dave, no soy estúpida. Hace tiempo sospechaba de ustedes dos.—afirmó ella con una pequeña lágrima rodando por su mejilla, fulminando con su mirada al rubio escondido detrás de Dave.—Me iré a dormir y hablaremos en la mañana.

Ella quería creer que esta escena era producto de la gran cantidad de alcohol que había ingerido a lo largo de la noche, pero era tan real como el fuerte dolor en su pecho. Esta imagen confirmaba sus sospechas respecto a Dave y a la extraña relación que mantenía con Taylor de una vez por todas. Pero se sentía una tonta, porque toda la evidencia estaba allí y ella no fue capaz de verla hasta el día de hoy.

—No, amor, hablemos ahora...

—No, Dave. Iré a dormir.—volvió a decir, con un tono más molesto que el de antes.—Espero que pases un gran cumpleaños con tus seres queridos.

Dicho eso, desapareció del cuarto dando un fuete portazo que estremeció a Dave y lo hacía temer aún más de la charla que tendrían mañana.

—Mierda.—susurró, refregando su rostro con ambas manos.—Estoy acabado.

Pero no había que lamentarse ahora, ni echarle la culpa a nadie, no cuando el único responsable era él por vivir una vida doble y no decidir cuál de estás prefería mantener.

Se dio la vuelta al oír el cuerpo de Taylor moverse y sentarse sobre el lavabo con su cabeza gacha, más avergonzado que preocupado por toda la situación.

—Yo sabía que esto pasaría.—admitió casi en un inaudible susurro.—Ahora ya no podremos vernos nunca más.

—¿Qué?—preguntó Dave sin comprender las palabras del contrario.

—Cada vez que todo parece mejorar entre nosotros tú vuelves corriendo hacia ella. Esta no creo que sea una excepción.

El morocho negó con su cabeza repetidas veces y se acercó a Taylor para tomarlo entre sus brazos, con fuerza, como si de esta forma pudiese evitar que el otro se alejara de él.

—Tengo miedo, Taylor.—admitió en su oído. Agradecía haber escondido su cabeza entre el hueco del cuello y el hombro del rubio, para que este no vea las lágrimas que habían empezado a caer por su rostro.—Tengo miedo de perderte a ti y tengo miedo de perderlas a ellas.

—Lo sé, lo sé...—Taylor asintió y tomó el mentón del contrario para obligarlo a ver sus ojos. Su corazón se encogió al notar lo hinchado que se encontraba a causa de las lágrimas y la clara tristeza que reflejaba.—Yo también tengo miedo de perderte, pero... Es difícil esto.—no encontraba las palabras, no sabía si era a causa de los nervios o simplemente no quería decir algo de lo que después podría arrepentirse.—Yo te amo demasiado, Dave.

—Yo también te amo, te amo mucho.—contestó Dave y enseguida plantó unos cuantos besos en los labios del rubio, rogando que estos fueran suyos para siempre.

Quería que Taylor Hawkins fuese el primer y último hombre al que besó en su vida.

—Lo sé.

—Eres lo mejor que...

—Pero olvídate de mi, Dave.

—¿Qué?—el morocho frunció el ceño.—No, jamás podría. ¿Qué mierda me estás pidiendo?

—Entre ellas y yo, debes elegirlas a ellas, porque son tu familia. Yo no soy nada y no puedo darte la vida que ellas te dan.

—Puedo estar con mi esposa y con...

Estranged «Nirvana+GN'R»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora