2002
Había pasado un largo tiempo desde que Axl Rose se había alejado de los escenarios. Tenía 40 años y su cuerpo no era el mismo de antes, su energía tampoco. Su cabello estaba más corto y unos cuántos kilos de más eran notorios en la parte de su abdomen.
Tampoco su vida era la misma de antes. Desde hace unos cuatro años no salía de su lujosa casa salvo para ir tomar aire fresco en el amplio jardín detrás de esta. Y la única persona con la que interactuaba era su asistente, el cuál iba a hacer sus compras todos los meses y le traía todos los artículos necesarios para subsistir.
Sabía que este no era una buena forma de vivir, pero se había alejado del mundo por la simple razón de que había dejado de confiar en él y en cada una de las personas que lo habitaban.
Y aún amaba la música, seguía escribiendo y tocando el piano, pero no podía subirse a un escenario. Se trataba de convencer a sí mismo diciendo que había pasado de moda, que ya nadie conocía a Axl Rose, pero no era así. El mundo entero deseaba que Axl Rose saliera de su cueva y muestre lo que era el verdadero talento.
Pero ya no tenía a su banda. No quería volver a tenerla tampoco. Hace años no se comunicaba con ninguno de sus compañeros de Guns N' Roses. Estaba al tanto de Slash, Duff y Matt Sorum, de la banda que habían formado junto Scott Weiland: Velvet Revolver. Y ver con la facilidad que había sido reemplazado volvía a Axl más inseguro sobre su regreso al escenario.
Pero hace tiempo no sabía nada de Izzy y temía jamás volver a oír de él.
Y ahora que se encontraba sentado en el sofá de su amplia sala de estar, mirando por la ventana cómo las gotas de lluvia caían en el suelo sin parar, el pelirrojo no podía evitar recordar a Kurt y aquellos momentos que habían pasado juntos en esta misma sala siendo felices a escondidas como dos trágicos amantes.
Kurt Cobain también estaba escondido del mundo. Nirvana ya no existía y no sabía nada más de él desde aquella fuerte discusión en el estudio.
Axl lo extrañaba con cada fibra de su cuerpo, pero aún la herida en su corazón no cicatrizaba lo suficiente como para volver de rodillas a pedir otra oportunidad. Aún si él no era el culpable de su separación, lo amaba tanto como para perder su dignidad y decirle cara a cara cuánto lo necesitaba de nuevo a su lado.
Y la puerta sonó. Axl no esperaba visitas, ningún invitado tocaba esa puerta desde hace años.
—Maldita sea.—murmuró por lo bajo.
Se levantó del sofá, se acercó a la ventana y por detrás de las cortinas intentó espiar de quién se trataba esta inesperada visita. Lo único que pudo ver fue un auto color gris estacionado afuera, pero no tenía idea alguna sobre el propietario de este y no se podía imaginar a nadie tampoco.
Y la puerta volvió a sonar, así que no le quedó más opción que acomodar un poco su despeinado cabello con sus manos y atender el llamado
—¡Ábreme, vi tu sombra por la ventana, sé que estás allí dentro!—oyó a un hombre gritar del otro lado, pero no podía distinguir a quién le pertenecía esa voz.
—¡Ya voy, ya voy!—exclamó Axl, cansado de oír el timbre y los golpes en la puerta.
Puso su mano en la perilla y contó hasta tres, armándose de valor para encontrarse con quién quiera que fuese aquella persona. Su cuerpo estaba tenso, su corazón palpitaba con fuerza y empezó a sentir pequeñas gotas de sudor empapando su frente.
Pero se relajó por completo al ver que se trataba de un viejo conocido: Dave Grohl.
—¿Tú? ¿Qué haces aquí?—preguntó el pelirrojo un tanto aliviado, pero sobre todo confundido por la presencia de esta persona frente a su puerta.
Dave aún se veía joven, pero ahora su cabello estaba corto y una fina capa de barba cubría su rostro. La sonrisa que acostumbraba a llevar en su cara también se había ido.
—¿Podemos hablar?—fue directo.
Axl asintió un tanto extrañado por la situación y se hizo a un lado para dejar al chico pasar. Sin necesitar ningún tipo de indicación, Dave llegó a la sala de estar en la que el pelirrojo se encontraba cuando tocó a su puerta y se sentó en el sofá más grande. Axl se dirigió al que estaba ocupando minutos atrás y se sentó también, con ambos codos apoyados en sus rodillas y con sus oídos bien abiertos para escuchar lo que su invitado tenía para decir. Pero este solamente miraba sus manos y jugaba con sus dedos, dándole vueltas al asunto que traía para discutir en su mente y sin saber cómo ponerlo en palabras.
Y Axl comenzaba a preocuparse.
—Dave, ¿vas a decirme a qué viniste?—preguntó, pero no obtuvo respuesta alguna. Su corazón nuevamente comenzó a latir con fuerza. Se imaginaba lo peor. Y masticaba las palabras en su boca, porque no tenía el valor de preguntar y temía oír la respuesta:—¿Kurt está bien?—soltó casi en un susurro, respirando con un poco de dificultad y sintiendo las palmas de sus manos sudar por los nervios que la situación le estaba provocando. Pero Dave no respondía, así que volvió a preguntar:—Dime la verdad, ¿Kurt está bien?
Hace mucho tiempo no sentía esto: el miedo.
—Esperaba que tú pudieras decirme.—contestó el pelinegro finalmente, con una notoria indignación en el tono de su voz.—Hace años no sé una mierda de ustedes dos, realmente me preocupé.
—Se nota.—soltó Axl un poco más relajado y riendo con sorna.—Cuéntame: ¿cómo está tu banda, los Foo Fighters?—preguntó fingiendo curiosidad.
Dave negó con su cabeza y rió fríamente, incrédulo por la reacción de Axl y su intento de dar vuelta las cosas.
—¿Acaso quieres convertirme en el villano de esta historia?—preguntó enfadado. El pelirrojo alzó sus hombros y sonrió con burla.—¿Qué carajos se suponía que hiciera? Ustedes desaparecieron de mi vida sin dar explicaciones, así que seguí adelante con mi vida y formé mi banda. No intentes volverme el malo de la película porque no lo soy.
El pelirrojo suspiró y asintió con su cabeza. Realmente Dave no se merecía esto, no cuándo él era el único que estaba al tanto de su relación con Kurt y en todo momento le mostró su apoyo.
—Lo siento, Dave.—se disculpó.—Yo no quise...—el pelinegro lo interrumpió.
—Pero lo curioso es que ambos desaparecieron el mismo día.—expresó.— Yo siempre tuve la esperanza de que se habían ido juntos... Sin embargo, no fue así.
—Pasaron cosas. Yo...
—Y ayer recibí una carta de Kurt.—contó mirando al suelo. No podía ver a Axl a los ojos cuando iba a decirle esto, porque sabía que iba a herirlo:—Él volvió con Courtney... Y se va a casar con ella.
En ese momento el pelirrojo sintió como su mundo se venía abajo nuevamente.
—¿É-el se v-va a casar?—preguntó con apenas un hilo de voz.
Dave asintió con una clara tristeza en su rostro.
—Por eso decidí buscarte.—admitió.—Yo necesito saber lo que pasó entre ustedes dos.
En ese preciso momento, en la mente de Axl se armó un intenso debate: ¿debía contarle su trágica historia a Dave o mantener el secreto guardado hasta la tumba?
Pero luego de pensarlo unos segundos, llegó a la conclusión de que ese chico había sido el único que luego de tantos años había salido en su búsqueda y tal vez sólo en él podía confiar a partir de ahora.
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¿qué creen que pasará? ¿qué opinan de kurt?
quiero comentarles que en mi perfil pueden encontrar una historia llamada Internado Woodstock. tiene muy pocos votos y pocos leídos, así que les agradecería mucho si pasan a leerla. hay mclennon, está kurt, jim morrison, etc, etc... les va a gustar.
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Estranged «Nirvana+GN'R»
FanfictionLa esperanza es lo único que a veces logra mantenernos vivos en los peores momentos, pero cuando la perdemos, terminamos sumidos en la oscuridad. Axl lo sabía y no podía salir de ella. Amores trágicos, una vida llena de desgracias, adicciones y ment...