Capítulo 9

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Ninguno de los dos antiguos compañeros de Nirvana podía conciliar el sueño en la noche. Kurt pensaba en el misterioso mensaje que había recibido en su teléfono y deseaba conocer la identidad del remitente. Dave, por su parte, estaba desvelado en su cocina, leyendo un libro de ciencias que su hija había dejado sobre la mesa, buscando distracción en el sistema digestivo para no pensar en Taylor y en su esposa.

Pero a pesar del cansancio y las ojeras, ambos acordaron por mensaje de texto encontrarse para hablar por la mañana.  Y al día siguiente, el café estaba lleno de la luz matutina que se filtraba a través de las ventanas, haciendo que el ambiente pareciera un poco más cálido que la noche anterior. Kurt y Dave se sentaron en una mesa en la esquina, alejados del bullicio. A pesar de la decoración alegre del lugar, ambos estaban sumidos en una profunda preocupación.

El rubio fue el primero en hablar, rompiendo el silencio incómodo:

—¿Quién crees que haya mandado ese maldito mensaje? —preguntó, mientras revolvía su café sin tomar un sorbo.

Dave negó lentamente con su cabeza, su mirada fija en la taza frente a él.

—No sé, también estuve pensando en eso toda la noche. El mensaje menciona algo sobre Slash y Axl, y la forma en que el remitente habla suena como si estuviera muy afectado por lo que pasó. —el ex baterista miró a Kurt con una expresión preocupada.—¿No crees que podría ser Izzy? Solo él tendría el contexto suficiente para saber lo que realmente sucedió entre Axl y Slash.

Kurt frunció el ceño mientras consideraba la posibilidad.

—Izzy...—repitió, pensativo.—Puede ser. Él estaba muy cerca de todos nosotros durante esos días. 

—Es el único nombre que se viene a mi cabeza al leer la inicial al final de ese texto.—afirmó el pelinegro, bebiendo un trago de su caliente infusión, buscando algo de energía para enfrentar el día en esa pequeña taza de color blanco.—Y si no es él... ¿Quién?

—Eso es lo que más me preocupa. Que alguien sepa lo suficiente sobre nosotros como para extorsionarnos.—el rubio suspiró y tomó sus sienes con ambas manos, su cabeza comenzaba a doler. Era demasiado para asimilar en tan pocas horas. 

—Y si... ¿Y si dice algo de mi? ¿De Taylor?—preguntó Dave, preocupado, bajando la voz e inclinándose sobre la mesa, con la sensación de que cualquiera era un sospechoso a partir de ahora.

—Es una posibilidad.

—Maldita sea.

Dave golpeó la palma de su mano sobre la mesa, haciendo un fuerte ruido al chocar con la madera y atrayendo un par de miradas curiosas hacia ellos. Tenían tantas cosas por resolver que una vida no parecía tiempo suficiente.

—Pero, no creo que sea otra persona.—aseguró el rubio, tranquilizando a su compañero.—No tenemos que volvernos paranoicos. A veces la opción más obvia es la respuesta correcta.

—¿Y esa respuesta es Izzy?

—Ajá.—el rubio dio un trago a su café, ya frío por estar tanto tiempo sobre la mesa.—Tenemos que buscarlo y hablar con él.

Dave tiró su cabeza hacia atrás y largó una risa burlona, como si hubiese escuchado la estupidez más grande del mundo.

—Buscar a Izzy, claro... ¿Y luego qué, Kurt?—inquirió. El contrario escuchaba con atención.—Primero: no sabemos donde mierda vive...—enumeraba con sus dedos a medida que hablaba.—Segundo: no sabemos si él es realmente el autor de ese mensaje. Y tercero: aunque fuese él quién escribió todo eso y lo encontremos en algún pueblito cualquiera de Estados Unidos... ¿qué haremos después?—el rubio agachó su cabeza. Dave tenía razón en todo, Kurt quería actuar por inercia, pero no había un plan.—¿Pensaste en las enormes consecuencias que habría si esto se conoce, Kurt? Nuestras vidas estarían arruinadas. 

Estranged «Nirvana+GN'R»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora