Capítulo 11

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De vuelta en casa, y cansado por el largo viaje que no resolvió nada, Dave se acomodó en el sofá de la sala a beber un refresco. Tiró su cabeza hacia atrás y cerró los ojos, disfrutando el silencio que reinaba en su hogar a esta altura de la noche. Sus hijas descansaban arriba en sus respectivas habitaciones, suponía que su esposa igual.

—Me estás evitando, ¿no es así, Dave?—la voz de Jordyn lo hizo pegar un salto en su lugar y unas cuanta gotas de su refresco mancharon su camisa.

—Maldita sea, me asusté.—dijo el pelinegro alarmado, con una mano en su pecho.

—Lo siento.—se disculpó la mujer, acercándose al sofá y sentándose a pocos centímetros de su esposo.—Pero siento que estás evitando lo inevitable.

Dave asintió, cabizbajo, sin mucho para aportar. 

—No sé cómo explicarte lo que siento ahora mismo. Tengo muchas cosas en mi cabeza.—admitió.

—Solo dime la verdad.—dijo la rubia, casi en forma de súplica, sus ojos llorosos buscando los de su marido.—Necesito oír de tus labios lo que sientes. Aceptaré la realidad.

—Lo amo. Amo a Taylor.—soltó Dave, alzando la vista, armándose de valor para enfrentar a su esposa por primera vez en 20 años.—Formé una hermosa familia junto a ti, pero siempre lo amé a él y me siento una mierda por mentirte durante tanto tiempo. Lo siento.—Jordyn escuchaba con atención, en silencio, procesando la información.—Tienes derecho a odiarme, a estar enojada, a insultarme, a pedirme dinero o a llevarte a las niñas si quieres... Me dolería, pero lo entiendo, porque lo que yo te hice no estuvo bien. Aceptaré mi destino.

—No estoy... No estoy enojada, Dave.—la mujer rompió el silencio. Posó una mano sobre el hombro del contrario y le dio un delicado apretón.—Solo... No sé, tal vez, me hubiese gustado saberlo de otra forma.

—Lo sé.

—Y formamos una familia hermosa juntos.—ambos sonrieron, con nostalgia.—Yo sé que siempre nos has priorizado a nosotras, es por eso que no me molesta que por una vez te priorices a ti mismo... A lo que sientes realmente.

A lo único que pudo atinar Dave fue a lanzarse sobre su esposa y envolverla en sus brazos. Era la mujer de su vida a pesar de todo, la única que podría haber entendido esta situación y sus confusos sentimientos. 

*****

—¡¿Le dijiste la verdad?!—el rubio abrió sus ojos azules como platos al escuchar las noticias de su amigo. Con una mano sostenía a su bebé y con la otra le daba unas palmadas en la espalda.—Te felicito, oficialmente saliste del clóset.

Dave rió, y tomó a Frances entre sus brazos para depositarle unos besos en sus mejillas, mientras Kurt colocaba unas tazas sobre la mesa y servía café para ambos. Los dos se encontraban solos en la casa del rubio, poniéndose al día, aunque solo habían pasado 36 horas sin verse. 

—Tú deberías hacer lo mismo con Courtney.—sugirió Dave, en voz baja, temiendo que la rubia acabe antes de tiempo en la peluquería y los sorprenda.—¿O acaso sabes que Axl y tú...?

El rubio se sentó y dio un trago a su café antes de contestar. 

—Bueno...—pensó.—Algo le dije, no todo.

Dave posó sus manos sobre las pequeñas orejas de la bebé y susurró:

—¿Sabe que Axl y tú cogían como conejos?

—Eso no...—el rubio sonrió, con un atisbo de melancolía.—Ni siquiera le dije que era Axl Rose, para empezar.

La sonrisa en el rostro de Dave se borró. Le dio un sorbo a su café y observó a su amigo con atención. Notaba lo apagado que Kurt se encontraba desde la conversación con Axl y no podía evitar preguntarse si ellos podrían resolver las cosas también o si ya era demasiado tarde.

—Yo sé que necesitabas de Courtney en ese momento tan delicado de tu vida... Pero, no la amas, jamás lo hiciste.—Kurt asentía con cada palabra que escuchaba y agradecía la sinceridad de su amigo en todo momento, pero sus consejos siempre llegaban cuando él ya se había equivocado.—Entiendo que durante el tratamiento necesitabas de alguien que sostenga tu mano y te diga que todo iba a estar bien, pero no la amas, viejo. Solo desperdicias lo que resta de tu vida junto a ella.

—Voy a morir de todas formas, no tengo mucho tiempo.

—No digas eso, no frente a ella.—el pelinegro señaló a la bebé, sonriente a pesar de los días contados de su cariñoso padre.

—Es cierto. Con suerte recordará mi rostro en unos años.

Una solitaria y silenciosa lágrima rodo por la mejilla del rubio e impactó sobre la mesa. Apreciaba lo optimista que trataba ser Dave, pero era difícil ser positivo con un pronóstico tan negativo. El rubio entendía que debía vivir cada día con la sensación de que podría ser el último. Los médicos ya habían hecho demasiado para retrasar el tragico final, pero el cuerpo de Kurt estaba cansado y dolorido, ya no podía aguantar un tratamiento más por mas de que este lograra prolongar su vida un par de semanas o meses más.

—Yo le diré que eras genial, no te preocupes con eso.—Dave sonrió, tratando de ser positivo, pero conteniendo las lágrimas para evitar hacer sentir aún peor a su moribundo amigo.—La cuidaré como si fuera mi propia hija... ¿no es así?—besó nuevamente la mejilla de la niña y esta rió por las cosquillas que la barba del morocho le provocaba.

—A veces pienso que fui un egoísta por querer traer una niña al mundo cuando no voy a poder verla crecer... Y Courtney... Maldita sea, pobre mujer. La condené a cuidarme durante mi enfermedad y a criar a una niña sola.—se lamentó Kurt, negando con su cabeza repetidas veces.

—Eso... Bueno, eso si es un tema complicado.—su amigo suspiró, pensativo.—Yo entiendo que querías una hija, pero... Podrías haber pasado tus últimos días junto a una persona que amas de verdad. 

—Ya sé a lo que vas...

—Aún puedes hacerlo.—Dave lo alentó, dándole el coraje necesario al rubio para enfrentarse por una última vez a sus profundos sentimientos.

—¿Y qué le diré a Axl? Le diré que me estoy muriendo para que sienta lástima por mi y me de una última oportunidad de hacer las cosas bien.

—Podría funcionar, si.—el contrario rascó su cabeza, pensativo.

—Claro.

—Incluso, si le dices la verdad, tal vez evites esa fatídica y desesperada reunión de Guns N' Roses. Él dejaría todo a un lado por ti.

—No lo creo, Dave. Ya dejó muy en claro lo que siente.

—Si tú dices...

—No quiero mendigar y rogar que me amen cuando claramente ya no siente nada más.

—Pero él te ama.—dijo Dave, con seguridad.

—Y aunque lo haga, no puedo volver con Axl, ya no. Porque cuando me muera volveré a dejar una herida en él y solo será peor.

—Pero...

—Basta de peros. Mi vida no es tan sencilla como la tuya y mi situación con Axl tampoco. Ni siquiera tengo ganas de molestarme en evitar esa maldita reunión de Guns N' Roses porque solo es entrometerme en un tema que no corresponde, perdiendo tiempo que puedo pasar junto a mi hija o junto a ti, que son, tal vez, las únicas dos personas que aún me aprecian.

El pelinegro se quedó en silencio unos segundos, pensando en solucionar problemas ajenos cuando aún no había resuelto los suyos con Taylor.

—Yo hablaré con Axl.

—¿Qué?—el rubio lo miró, intrigado.

—Cuando tú desapareciste de mi vida esa vez, yo acudí a Axl en busca de respuestas, creyendo que estabas junto a él . Esta vez haré lo mismo y trataré de cambiar el rumbo de los acontecimientos.

—¿Y luego?

—Luego... No sé, tal vez iré a hacer el amor con Taylor, si es que aún se digna a hablarme.

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capítulo cortito pero quería subir algo💘 alguna teoría?

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⏰ Última actualización: Sep 02 ⏰

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