Capítulo 3

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2016

Kurt llevaba 14 años posponiendo su casamiento con Courtney Love. No quería dar el sí en el altar y dejar atrás completamente aquellos recuerdos con la única persona que lo había hecho feliz de verdad. Y en el fondo aún sentía que las cosas se iban a arreglar e iban a volver a ser igual de simples que antes: Cuando Kurt estaba con Axl, Nirvana existía, Krist era su amigo y no tenía una opresión en su estómago recordándole que tarde o temprano iba a explotar y llevarse todos esos recuerdos con él a la tumba.

Pensaba en lo estúpido que fue aquella tarde en el estudio de Guns N' Roses por decirle la verdad al pelirrojo y terminar de hacer pedazos su ya delicado y herido corazón. Pero ya no podía tener aquél secreto atragantado y carcomiendo su cabeza con la culpa de no haber actuado ese fatídico día. 

Aunque después de revelar que había sido espectador de aquél show de los horrores todo parecía igual o aún peor. Y ya no sabía nada de Axl desde entonces.

Tampoco quiso saber nada más de la música, porque sin Krist, Nirvana ya no era nada igual. La banda que hizo realidad aquella fantasía de ser una estrella de rock había desaparecido entre la joven multitud de fanáticos, que con el tiempo fueron creciendo y olvidándose de ellos. Nadie parecía recordar el nombre Kurt Cobain.

Así que ahora vivía en el anonimato, en una pequeña casa en las afueras de Seattle junto a Courtney y su pequeña hija de tres años, Frances Bean. Ella había sido la única que trajo luz a la miserable vida del ex músico.

*****

10 de enero. En tan sólo cuatro días Dave Grohl cumpliría 47 años y en su mente confeccionaba una larga lista con todos los amigos a los que debía invitar a su fiesta.

Ahora mismo se encontraba en la cama matrimonial de una lujosa y desordenada habitación de hotel. Pantalones, camisetas, ropa interior, todas esa prendas estaban regadas por el suelo de aquella suite. A su lado descansaba plácidamente una cabellera rubia que parecía no percatarse de los besos que el morocho dejaba en su espalda y su cuello.

—¿Vas a despertar o no? Tenemos cosas que hacer hoy.—susurró Dave en su oído, mientras corría varios mechones de cabello que caían sobre la cara del contrario.—Te levantas, me ayudas con unas cosas y luego puedes volver a la cama, Taylor. Te lo prometo.

El rubio suspiró pesadamente y luego se giró para posar sus cansados ojos de color avellana en los de su compañero.

—TÚ tienes cosas que hacer, Dave. Será TÚ cumpleaños, no el mío.—hizo énfasis golpeando el pecho del contrario con su dedo índice.

—Pero tú eres mi invitado de honor, lo sabes.—dijo el morocho coquetamente y acercó su rostro al de Taylor para intentar besarlo, aunque la palma de la mano de este sobre su boca no le permitió llegar a su objetivo.

—Si yo soy el invitado de honor, ¿por qué tu esposa es la que siempre anda de la mano contigo y te besuquea en público? Dime.—soltó un tanto molestó y luego sacó su mano de los labios de Dave para que contestara, pero este no tenía nada para decir al respecto. 

Cuando hablaban de sentimientos, Dave siempre callaba; mientras que Taylor abría su corazón ante él y se decepcionaba al no obtener lo mismo a cambio.

—¿Otra vez con eso, Tay?—preguntó el morocho rodando los ojos, cansado de que siempre acababan discutiendo luego de haber pasado grandes noches juntos.

—Lo siento, Dave. Pero ya estoy un poco harto de esto.—contestó el rubio levantándose de la cama con una sábana enroscada en su cintura. Luego señaló con sus brazos todo el panorama a su alrededor.—Esto no es lo que yo tenía en mente cuando admití que quería estar contigo. No me parece justo ser tratado de esta forma cuando yo siempre estuve ahí para ti.

Dave asintió con su cabeza, escuchando con atención y entendiendo a lo que el chico quería llegar con sus palabras. Pero a veces Taylor parecía vivir en un cuento de hadas y al morocho le resultaba difícil explicarle que había cosas que por más que uno desee con el alma no podrían ser posibles.

—Y es fácil para ti. Tienes a tu mujer, a tus hijas, a tus amigos, a la banda...—el rubio enumeraba con sus dedos a medida que hablaba.—¿Y yo qué?—sus ojos se llenaron de lágrimas.—Yo sólo te tengo a ti unas cuántas noches al año, a escondidas de todos y en hoteles cinco estrellas pero vacíos de significado.

Antes de que las lágrimas comenzaran a caer, Dave se levantó de la cama y envolvió el cuerpo de aquél hombre en un cálido abrazo.

—Lo resolveremos, ¿si?—susurró en su oído mientras acariciaba sus rubios cabellos con una mano y su espalda desnuda con la otra.—Te prometo que todo se arreglará pronto.

Pero en su mente no pensaba en Taylor y en cómo reparar su frágil corazón. Pensaba en su cumpleaños, en sus amigos y en cómo varios de ellos no soportarían verse cara a cara luego de tantos años separados.

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¿qué les parece todo hasta ahora?👀 les prometo que los próximos capítulos serán más largos.


Estranged «Nirvana+GN'R»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora