2. ¿Una barrera que nos separa?.

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Se encontraba sobre una nube y se miraba tan solemne; perdido en sus propios pensamientos mientras observaba la cuidad, presentí que en su mirada había una pizca de tristeza, fue un instante, un breve instante y se desvaneció, antes de hacerlo me dirigió una mirada de compasión que fue tan conmovedora hasta el punto de desear volver a verlo. Me sentía sola y lo único que hacía durante los días y noches era volar, descrubir nuevos lugares para finalmente volver a la cuidad y observar a mi familia; en casa todo marchaba igual, no notaban que en realidad no era yo quien estaba a su lado, era un recipiente.
El tiempo seguía su curso, no lo volví a ver, pero una tarde nublada , sorprendentemente vi a otras personas volando, llevaban ropa blanca inmaculada, cabellos blancos y ojos rojos cristalinos, a simple vista era como ver a angeles, pero no los de las historias o novelas, angeles de otro mundo. En sus manos sostenían un jarrón negro con pinturas que parecían de oro, yo los espiaba en secreto, ocultándome entre las nubes, ellos arrojaban un polvo dorado sobre las ciudades, polvo que se convertía en una especie de barrera que separaba el Cielo de la Tierra, me quedé impactada y volé hasta mi casa, al llegar intenté bajar hasta ella y no pude, esa barrera lo impedía, me distanciaba de mis seres queridos, sentía como caían las lágrimas en mi rostro, pero¿por qué, no había deseado estar en el cielo? Fue mi decisión, entonces, ¿por qué dolía?.
Con mis ojos rojos por tanto llorar lo ví, parado en el mismo lugar que la primera vez, solo pude mirarlo de lejos porque no tenía fuerzas suficientes para acercarme, y tan preciosa vista me consumía la poca vitalidad que poseía, esa noche lo último que recuerdo fue mirarlo, al despertar no sabía dónde me encontraba.

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