Guerra de Dioses

Capítulo 12

Lucifer

Zeus ha logrado poner a todos los Hijos de los Dioses y a la manada fuera de combate. Comienzo a reír porque el estúpido dios ha intentado el mismo truco conmigo.

-¡Zeus!¡Soy el rey del infierno!- exclamo con alegría- ¡Puedes con estos crios pero no conmigo!

Me mira con odio y luego observa a Dorado que sigue peleando con Rojo. Aunque Bairon está fuera de combate, Rojo le va a seguir defendiendo.

Mis demonios estan preparados para atacar a todo aquello que se les ponga por delante, están sedientos de sangre y yo les voy a dar lo que me piden.

-¡Hijos mios! - grito al cielo.- ¡Atacar a Dorado!

No se lo piensan ni una milésima de segundo y comienzan a rodear a Dorado. El humo negro lo envuelve quemandole la piel, pero ese fuego el dragón no lo puede absorber, es un fuego infernal. Rápidamente va accediendo al interior de su cuerpo a través de los orificios de la nariz, los ojos y la boca.

Dorado comienza a emitir ruidos de angustia y dolor. Mis demonios lo estan devorando por dentro.

Rojo ha aterrizado cerca de Bairon y lo esta olisqueando para comprobar que sigue vivo y que solo esta chamuscado.

-¿¡Que le haces a mi dragón!?- grita Zeus al borde de la desesperación.

Le sonrio con suficiencia, se creía que no iba a saber defenderme contra él.

-Mis amigos están devorando poco poco a Dorado, le están absorbiendo toda su energía. - le explico aun con la sonrisa.

Me mira con odio, pero no puedo devolverle la mirada porque el final de la vida de Dorado me distrae. Observo como el dragón suelta su último aliento antes de desaparecer por completo.

Mis demonios le han devorado hasta los huesos.

Zeus tiene la cara desencajada, pero le dura poco y reacciona con rapidez. Del suelo aparecen cadenas que se atan a mi en las muñecas, pies y cuello, evitando que me mueva.

Me echo a reír.

-¿¡Pero que haces, idiota!? - pregunto aun riendome. - Por mucho que me ates mis demonios siguen libres. Además, cuando quiera me puedo liberar.

Comienzo a moverme para liberarme con facilidad, como siempre. Pero me es inútil y para colmo recibo un calambrazo que me recorre todo el cuerpo, ¿¡Qué mierdas pasa!?

Ahora quien se reír es Zeus.

-¿¡Te crees que soy estúpido!? ¡Están hechas con agua sagrada! ¡Nunca te podrás liberar!

Le miro con asco y respeto al mismo tiempo, no creía que un dios iba a saber eso.

Zeus se levanta de su trono y se va acercando a mi, Rojo ha reunido a todos los Hijos de los Dioses en un espacio donde los pueda defender. Ese dragón me va a impedir matarlos si sale vivo de la Guerra de Dioses.

Zeus se para a dos o tres pasos de mi.

-¿Por qué les ayudas? Tu dios es Hades, tendrías que estar con él.

Este dios es listo para algunas cosas pero estúpido para otras.

-Porque yo seré el dios. - sonrío con malicia. - Ha perdido facultades, ya no tortura igual que antes, ya no es tan sanguinario ni oscuro. Ya no merece ser nuestro dios.

-Pero eso no es culpa suya. - dice el dios, enfadado, en la defensa de su hermano.- La humanidad ha dejado de temerle, por ello ha perdido un poco de poder.

-Culpa suya o no, voy a acabar con él. - le confieso escupiendo las palabras de mi boca.

-Vais a acabar mal. - dice con odio Zeus. - Tú y tus amiguitos los Hijos de los Dioses, esos bastandos que deberían haber muertos antes se nacer.

Este no sabe lo que se le viene encima, cree que somos fáciles de matar. Aunque con lo fácil que han caido estos imbéciles no le culpo de creerlo.

Suspiro distraído sin prestar atención al ser que tengo delante, que con un chasquido de sus dedos puede matarme.

El dios alza las manos y antes de poder divisar que sucede, todo se vuelve negro.

-Cuando se despierten jugaré un poco mas con ellos. - ríe a pleno pulmón.

Escucho estruendos a los lados, es como si estuviese saliendo algo de la tierra, ¿pero qué?

-Este muro evitará que salgáis corriendo.

Son sus últimas palabras antes de dejarnos solos, a ellos inconscientes y fuera de combate, a mi encadenado, a oscuras y encerrados.