El silencio

18. Siempre un paso por delante

Al mismo tiempo que los raptados fueron llevados a la sede central, el líder de los D.E.P. cogió el vuelo más temprano para regresar lo antes posible a Nueva York. Estaba viviendo en un infierno. Todo su plan se fue a la mierda.

Mientras llegaron a la sede. Había vigilado la diligencia mínima tres personas. Todos tenían ametralladoras. El de la azotea tenía un francotirador. Entraron a la casa. Se notaba un aire muy tenso. Iban caminando atados de pies y manos con una cuerda. Los secuestrados veían a los lados muchas personas con chaleco antibalas y armadas. Marrakech sentía el verdadero miedo. Se temía lo peor. Torturas y deformaciones era lo que suscitaba por la cabeza del joven delincuente.

Tras horas esperando, los armeros subieron con los secuestrados al piso de arriba. Se encontraron con el líder de los BAN. Se presentó como el Señor Censu. Miro la hora eran las cinco y media de la mañana. Quiso empezar preguntando - ¿por qué?. Os habéis destrozado la vida por un simple asesinato que ibais a cometer. No lo puedo entender. Dijo con risa irónica.

A esa hora salía el avión Texas-Nueva York. Siempre en este tipo de movimientos iban los últimos para ver quien entraba. Esta vez no. Tenían un miedo en el cuerpo que no lo podían controlar.

En el avión le vinieron pensamientos destructivos. Porque siempre a él e infinidad de pensamientos que empezó a hacer a calar en su personalidad. Se pudo tranquilizar con la película que pudo ver. Ironman 2. Era su película favorita.

Al llegar a Nueva York. Solo quería irse a su casa y relajarse con un baño calentito. Se despidió de su compañero. Pero lo que él no sabía que le perseguía un coche. En el avión había miembros de la banda. Para que no se notara de más tenía una distancia mínima de dos coches. Cuando llegaron a casa apuntaron la dirección. Se la pasaron a Sr. Censu. Esperaron varias horas. Decidieron entrar las tres personas que estaban en el coche.