El silencio

3. Incertidumbre

Horas más tarde, la pareja seguía nublada por los acontecimientos. El director del FBI, Connor McCoy, dio una rueda de prensa. Expuso que era una secta. Los dos tenían un sentimiento extraño, nunca vivido. Estaban contentos por saber quien eran supuestamente los autores, pero a su vez asustado por si podían atacar de nuevo. La policía seguía en la escena del crimen intentando recabar más información. Tenían una gran cantidad de ropa. Los forenses se la retiraron para poder sacar algún resto genético. Así estuvieron semanas viendo si en la ropa podían sacar algo de información. El trabajo de los forenses no resultó efectivo. Les comunicaron que no encontraron nada en sus ropas.

Días después la noticia corrió por toda la prensa del país. La prensa empezó especular con la investigación creando falsos rumores. Trascendió tanto la noticia, que abrió las portadas de la prensa durante semanas en todas las partes del mundo.  Eso hizo que la investigación fuera más lenta, donde los beneficiarios fueron los asesinos.

Tras conocer la noticia, el padre pidió a su jefe que le concediera días libres. El objetivo del padre era involucrarse en la investigación. En esos días libres se acercó a la comisaria de Massachusetts a conocer el caso más de cerca. Pero la policía le rechazo su petición de colaborar. El padre recordó que tenía un par de contactos en la policía, donde podía sacar la información que necesitaba para poder empezar. Llamó a su primer contacto. Era el subinspector Wright. A lo que él no respondió la llamada. Insistió varias veces, pero no hubo respuesta. Así que recurrió a su segundo contacto. Era el oficial Brown. Cogió la llamada, pero le dijo que él estaba retirado. No podía meterse en investigaciones ya en curso.

Al no tener a nadie con el que se pudiera apoyarse en su investigación. Empezó a viajar al lugar de los hechos. Cogió muestras de sangre en la carretera. Las analizó. Eso hizo que pudiera llegar a un par de forenses.