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— Harriet, ten cuidado no camines por el borde de la montaña y caerás.— advirtió Lewis mientras caminaban.— El plan es que no te compras una piernas antes de tu cumpleaños.
— Estoy bien, no es la primera a vez que caminamos por estas montañas.
— ¡HARRIET!— gritó Rafaela cuando su hija resbaló y cayó luego de la advertencia de Lewis.
— Yo voy, quédate aquí.— ordeno el moreno corriendo hacia abajo de la montaña.
— Si, claro dejen sola a la que no sabe caminar por Africa.— exclamó Rafaela.— Creo que vi ese árbol seis veces mínimo.— la mujer se volteó al oír una pequeña y suave risa.— Hola, pequeño.
— Si quiere, puedo llevarla hasta las cabañas.
— Ay por favor.— sonrió enternecida cuando el pequeño le ofreció su mano.— ¿Como te llenas pequeño?
— Toussaint.— respondió guiando a Rafa por un camino seguro.— Tu eres la piloto.
— ¿Eres un pequeño Fan, eh?— el pequeño asintió sonriente sin despegar sus ojos del camino.