capitulo 21

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Luego del aviso prematuro de parte de la diosa Artemisa, una luz dorada en forma de circulo descendió y tomo la forma de un Porsche 918 de color rojo como la sangre, de allí una puerta se abrió y dio lugar la aparición de un hombre.

Un cabello dorado besado por el sol, ojos azules tan claros como los cielos y una sonrisa que calmaba cualquier ambiente tenso. Un hombre de aspecto nórdico, contraria a la creencia griega. En cierta forma, era una apariencia ideal para sociedad, alto, guapo e inteligente.

Un dios en todas las maneras posibles.

—Adivinad quien ha llegado para encender las llamas de la voluntad—Exclamo el hombre con una voz que irrito a la diosa de la luna, y que causo alegría en los semidioses.

—Guau, ¿eso es un auto volador? —pregunto gritando Nico di Angelo con toda la inocencia de un niño además de asombro por lo increíble que era ver un auto descender de los cielos.

El rubio mantuvo su sonrisa, asintiéndole al niño de forma energética.

Artemisa suspiro irritada, su frente ceñida en desagrado, luego procedió mirar de reojo a sus cazadoras, notando como vigilaban con cautela al Uzumaki, quien no parecía importarle nada.

—Apolo—llamo la diosa, fue un tono suave y serio.

El hombre llamado Apolo le dirigió la atención con esa sonrisa.

—tengo que un favor que pedirte—imploro la deidad femenina.

—Lo que sea, arty.

Artemisa ignoro esa última palabra, y procedió abrazarlo como si fuera la última vez que lo vería.

—llévate a estos mestizos y a mis cazadoras—miro de reojo a Bianca, ella tenía potencial para ser parte de la caza—. Tengo una misión que completar, y nadie ira conmigo.

Las cazadoras quisieron negar su solicitud, sin embargo, su palabra era la ley, por lo que optaron no resistir y se resignaron asentir de mala gana. Zoe estaba preocupada, no sabía que misión haría su señora, no obstante, sabía que era una misión tan peligrosa que alejo a sus cazadoras y a ella, su teniente.

Paso un tiempo, Apolo llevo a los niños a través de un colectivo, que anteriormente fue alguna vez un Porsche 918, el viaje fue tranquilo, con algunas complicaciones nada severas.

Como una hija de Zeus manejando con miedo e imprudencia a causa de un tonto dios alegre.

Boruto observo indiferente, sin embargo, no pudo evitar sonreír. Los niños parecían despreocupados por el mundo que los rodeaba, a pesar de ser débiles contra los monstruos, ellos sonreían como si no hubiera mañana.

El dios noto esto, y sonrió sin decir nada.

No era el momento de tener una conversación con aquel mortal que tiene su curiosidad enganchada. Un humano con un futuro indescifrable, para un dios de las profecías era algo inquieto, incluso las moiras le molestaron para que investigara.

Si era o no un enemigo del olimpo, estaba todavía por verse.

Fue difícil para el dios, mantenerse cuerdo y tranquilo, cuando aquella profecía se mencionó hace meses, un sentimiento de cautela le dijo que tenía que cuidar sus acciones.

Esperaba que Zeus controlara su paranoia.

Por otro lado, las cazadoras observaban con recelo al Uzumaki, no hace muchos, se enteraron de las historias increíbles que le rodeaban a ese humano, más específicamente la historia de su predecesor.

El legado de la profecía(Cancelado, remake:  "El que se rebela" )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora