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Narrador omnisciente

Neji se encontraba en la fiesta de compromiso del Hokage, se mantenía pensativo sobre sus futuras acciones. Si bien, había llegado a la conclusión de que debía de conversar con Tenten sobre lo que le estaba pasando con ella hace varias semanas atrás, el problema se presentó a la hora de pensar en su discurso y es que no hallaba como expresarse y explicar lo que sentía.

No sabía que le pasaba con ella, pero sabía que algo pasaba cada que se encontraba en su compañía. Que cada mirada y cada risa que ella le dedicaba hacía que su día se tornara de cálidos colores, como si se iluminara de una luz solar brillante. Que últimamente ha pensado en ellos, en cómo no importaría que el mundo entero desapareciera con que ella siguiera estando a su lado.

Pero la duda no lo abandonaba y su realismo lo golpeaba lo suficiente para derrumbar su ensoñación, porque... ¿que tal si ella no era para él? ¿Que tal si no funciona y desaparece? ¿Que tal si lo arruina y la pierde?

Un pensamiento  que aparecía como avalancha, llevándose toda su valentía de confesarse, porque... si llegaba a perderla, no solo perdería a su mejor amiga, a su refugio... a su hogar, perdería a su mundo entero.

Era eso. Claro que la idea de que ella lo rechazara también era un factor que no podía ignorar.

Tenía miedo. Debía de reconocerlo. Tenía miedo de abrirse a ella, de mostrarle sentimientos que nunca habían estado presentes hacia alguien más, y que ella no lo correspondiera, lo que provocaría que se arruinara por completo su amistad de años, la confianza que se tenían y la comodidad que compartían.

Podría optar por esconder sus sentimientos. Es bien sabido que lo había logrado hasta hace unas semanas, tal vez porque había sido ignorante del creciente cariño hacia ella que estaba secretamente dentro de su ser.

–Pareces perdido. - Neji dirigió su atención hacia el chico que se acercaba, comenzando una conversación.

Lo estoy.

–He estado buscando a Tenten, pero creo que aún no ha llegado. - el Hyūga asintió al no percibir el chakra de su compañera en la ceremonia.

–No debe de tardar, Lee. Sabes lo impuntual que es. - comentó con algo de queja.

–Hai. - soltó una risita. –Pero así la queremos, ¿no?

Si.

Dibujó una leve sonrisa hacia su compañero, hasta que algo o, mejor dicho, alguien, captó su atención en la entrada del lugar, alguien que hizo que colocara su mano cerca de su pecho por reflejo, ahí donde se podía sentir el latir de su corazón.

Ella había llegado. Y su belleza había provocado una exaltación dentro de él.

Lee dirigió su mirada hacia donde él la tenía y levantó la mano para que ella los visualizara y se acercara. En el rostro de su compañera se dibujó una sonrisa y se dirigió hacia ellos con algunas interrupciones dado que algunos invitados la saludaban.

Tal vez debería decirte como me siento.
Tal vez eso acallaría el latir incesante de mi corazón.
Aquel que en cada latido me ruega a gritos que te lo diga.

One-shots NejitenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora