Siempre Te Amaré

Cap. 9 Debo irme

Amaris:

— Sky detente. — Sube y baja como loco por las escaleras, llego a la cocina me detengo en la entrada. — Sky te puedes lastimar. — Se detiene y se hace a mi lado, le sonrió. — Buen chico.

— Te prepare panqueques, espero que te gusten, se que las cosas han sido complicadas y no quiero que te sientas presionada.

— Entiendo. — Sonríe dejando el plato en la mesa, sale con su bolso apresurada.

— Cuídate, y pórtate bien Sky. — Dice desde lejos, él ladra y da vueltas.

— Debes estar hambriento, supongo que Ascian ya salió como siempre, aquí tienes. — Sirvo su comida y me siento a comer los panqueques. — Admito que están geniales.

Termino de arreglarme y salgo afuera, Max esta en su auto esperándome junto con Scarl.

— Hola y los demás?. — Preguntó al no ver a los chicos.

— Ya le pregunté y ni siquiera me respondió Ece. — Se queja Scarl viendo sus uñas rosas.

— No irán hoy, ya sabes. — Asiento levemente  mi cabeza.

— Lindo color.

— Gracias, eh tengo noticias. — Dice bajito para que Max no escuche, pestañeo. — Iré a Italia la próxima semana.

— ¿Que?. — Me tapa la boca, Max nos mira por el espejo con una ceja elevada. — Bien. — Me alejo un poco calmada.

— ¿Repasaron para la evaluación?. — Dice nerviosa cuando bajamos.

— Si déjame devolverte la pregunta hermanita tú repasaste?. — Dice con un mano en el costado y la otra en el bolso.

— Claro que sí. — Sonrió negando al ver su cara.

— Mentirosa. — Max me despeina y se va para la cancha.

— ¡Max! Quede mal?. — Digo acomodando mi cabello.

— No, pero de veras que trate de repasar. — Chilla zapateando en el pasto.

— Te creo Scarl, es química aunque si vas a explotar el salón me avisas para no ir. — Ríe pasamos los pasillos y llegamos al salón.

— Buenos días, hoy será el examen, se hará en parejas...

Termina de hablar y Scarl ya está a mi lado, entra Max y se hace solo, la puerta se vuelve a abrir y entra Jack uniéndosele, nos sonríe de lejos.

— Mitosis, mira. — Señaló la máquina, capta mi señal y mira.

— Mitosis es fácil distinguirlo. — Dice en vos baja aguanto la risa.

Continuamos hasta el final, suena el timbre y salimos después de entregar la hoja, camino hacia mi casillero, lo miro esta extraño como si lo hubieran abierto, lo abro y pongo mis manos en la cara tapándome los ojos estresada.

— Mas aviones. — Murmuró para mi misma, los saco y los tiro a la cesta, será mejor no guardar nada de valor ahí, lo cierro después de sacar el libro.