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Maia

No estoy segura hasta qué punto fue tan inmadura que nada más terminar el casting saliera casi corriendo. Cuando el director dijo corten sentí la mirada de Oliver, no sé exactamente porque se me quedó mirando pero de igual forma me sentí incómoda y la mejor forma de huir de sentirme así fue irme directa a mi cuarto.

Masomenos ya se me ha quitado la incomodidad pero ahora tengo vergüenza por haberme ido de esa forma.

Salgo de la habitación para ir a la zona de mesas esperando que no haya nadie. Bajo las escaleras como si fuera lo más pesado del mundo y eso que son unos pocos escalones.

En cuanto pisó el último escalón mi móvil vibra por lo que me paró en seco para mirarlo, encontrándome con un mensaje de Jenna, exactamente una fotografía la cual al abrirla me doy cuenta que soy yo bajando las escaleras, no entiendo de dónde sacó la fotografía por lo que se debería de estar en su cuarto, por no decir que mientras bajaba observe el entorno y no vi a nadie, optó por escribirle un mensaje, pero antes de poder enviarlo recibo otra fotografía, en este caso es ella ¿junto con Oliver? Se que trabajan juntos pero se me hace raro que me mande una foto de ellos dos juntos en la cual estan haciendo el tonto.

—¡Maia! —esa voz... me suena demasiado, levantó la cabeza del móvil y no veo a nadie por ningún lado— Maia realmente estás ciega —esta vez el tono de voz me hace pensar que se trata de un chico.

No mentiré, estoy bastante confundida, muevo la cabeza de un lado a otro pero sigo sin saber de dónde viene la voz, miró fijamente a la farola del centro y me parece ver algo que sobresale, por lo que decido acercarme, al llegar a esta observo detenidamente.

—¡Bu! —unas manos me agarran de la cintura haciendo que me sobresalte — ¿Tanto miedo te doy? —murmura muy cerca de mi oído.

Me quedo analizando sus palabras mientras muevo bruscamente la cabeza, chocando con la barbilla de esta persona. Rápidamente me suelta la cintura para agarrarme la barbilla. Mientras me sujetaba la zona de la cabeza que sufrió el golpe me alejo de la persona, dándome cuenta así de que se trata de ¿Oliver?

—¿Oliver?

—¿Si Maia?

—¿Por qué narices me agarraste así de la cintura?

Le fulminó con la mirada mientras me paro a pensar en lo que dije, la pregunta aquí es, ¿De dónde he sacado tanto calor para hablarle así?

—Vaya, vaya, si la pequeña florecita tiene pinchos... —se suelta la barbilla y da varios pasos hacia mi fijándome así de que lleva una camiseta de tirantes de deporte blanca y unos pantalones vaqueros oscuros y me gustaría decir lo contrario pero con sus músculos y su forma de vestir son una combinación realmente perfecta. Al dar el último paso hace que nos quedemos en la misma distancia que hace apenas un minuto.

—Si... ¿Algún problema?

—Mmm no —el silencio llega a nosotros mientras está pensando supongo que una excusa que decirme— solo lo decía porque me has sorprendido.

—No me importa, de todas formas, ¿Que confianza tienes conmigo para darme un susto?

—No sabía que dar sustos a mis compañeros de rodaje sea un delito.

—Agg —lo vuelvo a recorrer con la mirada, por mucho que quisiera decir que antes no decía la verdad que solo me había confundido con lo que vi, se me hace imposible negar lo sexy que se ve.

Me alejo lo más rápido que puedo de él pero esto me dura poco ya que vuelvo a sentir que alguien me sujeta una parte de mi cuerpo, esta vez se trata de mi antebrazo.

Si tan solo fuera valienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora