Katsuki normalmente es una persona matutina, le agrada levantarse antes que el mismo sol para ya estar listo cuando este viene saliendo, así su día rinde más, o al menos es lo que él piensa y no dejará que nadie lo convenza de lo contrario. Pero ese día precisamente siente que no quiere ser una persona funcional.
Da varias vueltas en la cama, trata de encontrar una posición cómoda pero no ocurre así que se despierta por completo, su mente está confusa, y nota una pequeña vibración constante en algún lugar cercano, no identifica de donde proviene hasta que ve su mesita de noche y observa su celular que no para de sonar notificación tras notificación.
Pero es su día libre, no quiere pararse de la cama del todo aún, no es algo normal en él pero tampoco algo que afecte atrozmente su rutina así que se permite continuar descansando aunque sea solo con sus ojos cerrados. El sueño de morfeo lo ha abandonado.
Escucha pasos suaves como de alguien que va de puntillas, el aroma de su compañero le avisa que solo es él y es hasta ese momento que Katsuki recuerda que duermen juntos, a veces olvida por completo la existencia de a quien tiene por pareja y aquello le resulta malditamente extraño.
La mañana es fría, tal vez el calor de un cuerpo a su lado le ayude a entrar en calor, nunca ha sido una persona que guste del frío después de todo.
Las sábanas se mueven, el colchón se hunde conforme la persona se acomoda a su lado y aun cuando Eijiro lo está abrazando, Katsuki sigue sintiéndose extremadamente frío. No tiene sentido, pero muchas cosas en su vida no la tienen últimamente así que no reniega y atrae más al hombre a su lado en busca de calor. Se acuestan juntos por aproximadamente unos 30 minutos antes de que Katsuki decida que es hora de levantarse.
El frío no disminuye en ese tiempo, ni en el resto del día a pesar de que el tipo del clima comento, que seria un dia cálido soleado.
Después de ir al baño, Katsuki piensa que ya debe ser un adulto funcional y entre maldiciones porque su celular sigue sonando, se acerca a inspeccionar de cerca de que se trata totto. Toma su celular y claro que es la vieja bruja que lo trajo al mundo, claro, el día de hoy es su cumpleaños, la mujer está cumpliendo un centenario o alguna mierda así, jamás lo sabrán, su quirk le hace tantos malditos favores que solo la vuelven engreída y por consiguiente detestable.
No abre los mensajes, decide ignorarla, tenía planeado ir a verla, no tenía que joderlo tanto.
Se pregunta si debe llevar con él a Eijiro, después de todo, es su pareja, la persona que lo apoya, ya lo dijo ante Japón, ahora es tiempo de que su madre también lo sepa, así que sacude al pelirrojo para despertarlo y le dice que se arregle. Su familia es pequeña, nunca hacen cosas extravagantes en los cumpleaños, es una comida pequeña al medio día donde todos comparten anécdotas y pasan un rato tranquilo hasta que la primera guerra de insultos y maldiciones se desata.
La última vez, Izuku le había jalado el cabello para que se comportara con su madre, quien lo miró con aire de superioridad luego de aquello, pero fue memorable y divertido.
Mira hacia la cama en busca de las pecas que le gusta contar por las mañanas y es recompensado con la sonrisa más brillante del omega pelirrojo que está en su cama, su alfa se retuerce en su interior de manera violenta, casi inhumana, piensa que todo es un malentendido y se deja guiar por su olfato, tomando una calada profunda del aroma en su cama, pero cuando el aroma que llega a el es de camelias y no de pino, corre al baño a vomitar sentimientos enfermizos revueltos con mariposas muertas de un amor pasado que ya no recuerda.
¿Qué carajos? No conoce a nadie que huela a pino, ¿Qué le pasa a su alfa? ¿Qué le pasa a su mente? ¿Qué le pasa a su cuerpo?.
Delira un poco y un mucho.
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Delirios de un todo [KatsuDeku]
FanfictionLa vida de Izuku se derrumbo en un instante, no pudo hacer otra cosa mas que mirar en silencio el evento que le destroso la vida. Katsuki por otro lado aun no sabe que su vida se fue al carajo, y parece que no va a descubrirlo pronto. En un mundo...