Agencia Sion, Tokio, Japón.
2 semanas antes del ranking de mitad de año.Himiko Toga había sido repudiada por sus padres oficialmente cuando tan solo tenía 14 años de edad.
Sabe que muy probable fue desde antes, pero lo ocultaron. En su temprana adolescencia fue cuando conoció por completo el rechazo. En aquel tiempo pensó que era un fallo de la sociedad, una persona sin derecho a existir, un glitch destinado a desaparecer porque no encajaba en ningún lugar; al menos esos eran sus pensamientos hasta que conoció a Tenko y a Touya.
El inicio de Sion había sido más que turbulento; ella no sabe si sus padres alguna vez se enteraron de lo que fue de su vida, si ignoraron el hecho de que una de las más grandes heroínas a nivel mundial tenía un don similar al de su hija o si simplemente lo supieron y no les importó, no lo sabe, y no quiere saberlo si es sincera.
Muchas veces se encuentra pensando en ellos, pero aún no descifra de qué van realmente sus sentimientos porque son muchos los que la aturden, así que mejor lo ignora, abre las cortinas de la ventana que mira hacia la avenida principal y suelta un suspiro. El día parecía ir tranquilo, las cosas ya se habían calmado lo suficiente en el cuartel general, por lo cual una cosa parecida a la paz reinaba en el lugar.
La agencia no era solo un edificio de trabajo; estaba diseñado para ser la vivienda de todos, ya que ninguno se quería arriesgar a ser seguido a sus hogares luego del trabajo por los paparazzis y que se descubriera su identidad.
Era mucho más fácil para todos vivir en el mismo lugar, aunque cada quien tenía su espacio. La agencia era lo suficientemente grande para que cada uno reclamara su propio piso como un departamento individual, exceptuando a Tenko y Touya, que dormían juntos y, claro, a Kai y Eri, que igual compartían lugar, aunque la pequeña ya tenía 17 años de edad; seguía siendo la bebé del grupo y, sobre todo, la protegida principal de Kai.
Toga era joven; se había decidido que ella sería la miembro más joven del escuadrón, aun con la existencia de Eri con ellos por lo peligroso del trabajo. Kai sobre todo no la quería en la línea de fuego, pero la niña era obstinada. Comenzó a trabajar su don cuando se quedaba sola y todos salían en misiones con tal de ayudar a las personas, y cuando lo logró, se le apoyó en su sueño de ser heroína.
Tal vez si hubiese tenido una infancia normal, la niña hubiese querido ser doctora, cantante o pintora. Pero le había tocado ser criada por un montón de personas perturbadas jugando a ser héroes de película, y supone que esa idea la impulsó.
La albina había sido una de las personas más jóvenes en la historia en obtener su licencia de héroe. Hacia tan solo 3 años concluyó sus estudios y se graduó como heroína bajo supervisión directa de otro héroe en toda regla, pero al inicio se pensó que se debía esperar un poco más, ya que era muy joven y sus evaluaciones psicométricas habían levantado sospechas, pero al final del día se había hecho una excepción para ella debido al grupo que la respaldaba y su impresionante manejo del don que tenía, que servía de mucha ayuda en batalla.
Todos saben que Eri es la única razón por la cual Kai estaba en Sion, o al menos en un inicio. Puede decir que ahora todos en el escuadrón tienen un vínculo más allá que los une, pero en un inicio Kai solo ingresó por Eri.
Toga estuvo desde el inicio, sabe la historia de esos dos mejor que la suya propia y le dan ganas de vomitar cada vez que la recuerda. La vida es una cosa en verdad curiosa, llena de gente que actúa de maneras impensables en nombre de cosas tan estúpidas como lo es el amor.
Ella siempre le quiere preguntar a Eri si es feliz con su vida, pero no lo hace porque teme la respuesta que obtendrá... y ahora mismo solo se pregunta si ese es el destino que a Kaito le espera por igual.
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Delirios de un todo [KatsuDeku]
FanfictionLa vida de Izuku se derrumbo en un instante, no pudo hacer otra cosa mas que mirar en silencio el evento que le destroso la vida. Katsuki por otro lado aun no sabe que su vida se fue al carajo, y parece que no va a descubrirlo pronto. En un mundo...