Kirishima caminó por las aceleradas calles de la ciudad. Pronto pudo observar el edificio blanco que se cernía ante él. Entrar fue muy fácil con su identificación de héroe; los pasillos se sentían fríos y con una sensación extraña de maldad, no sabe por qué. Apresó el paso y se dirigió al ascensor para terminar con lo que sea que esté pasando lo más pronto posible. En la comisión de héroes, el elevador funciona solo; hay gente monitoreando la caja de metal para que lleve a las personas al lugar designado y ningún otro. Cuando por fin se abren las puertas de metal, un guardia de seguridad aparece en la visión de Red Riot y lo escolta sin decir palabra alguna.
Cuando es guiado a una habitación que parece emitir una vibra lujubre, Kirishima se pregunta si es una verdadera sensación o solo el peso de sus pecados acumulándose en su piel. Empuja la puerta que parece ser de roble y recuerda cuánto le gustaba la madera; era un olor que solía desprender Katsuki cuando se encontraba feliz y extasiado, un aroma que solo se presentaba con Izuku, nunca con él.
Una vez dentro, por fin lo nota: Mina y Kaminari se encuentran en ese lugar.
Ambos lucen impacientes, sentados en el sillón central de la oficina, que parece ser de una suavidad inmensa y aun así no les resulta cómodo por las miradas que portan. Kirishima piensa que parece encontrarse en una pesadilla muy elaborada, suelta el aire que no sabía que contenía y se permite poner una máscara de confianza en su rostro.
Camina a paso lento adentrándose en la sala, observa al comisionado general, Matsuoko-san, el cual estaba sentado en la silla de cuero dando la espalda a los héroes, mirando por el ventanal de cristal que dejaba filtrar toda la luz del día. Kirishima piensa que el sol brilla demasiado por alguna extraña razón; tal vez sea un delirio, tal vez sea una ilusión.
—Ni siquiera me voy a molestar, entreguen sus licencias en este momento, serán revocadas —habló fuerte y claro la voz del comisionado. La ilusión se fragmenta en ese instante, los rayos del sol parecen frenarse de golpe y una tonalidad de grises se esparce en el lugar consumiendo todo a su paso, hundiendo a todos en miseria.
Los tres héroes solo pueden mirarse entre sí, compartiendo pánico y terror.
—¿Disculpe? —inquirió Mina confusa, poniéndose de pie en ese instante. Parece tomar el mando como ya es costumbre; su aroma es agrio y potente, como un perfume de violetas y frutas podridas. Vomitivo si le preguntan a Eijiro.
Kaminari la imitó a toda prisa, poniéndose de pie de inmediato, trastabillando con su propio ser. Kirishima sintió una opresión en su pecho, la cual reconoció como ansiedad; sintió su mundo temblar un poco. Parecía como si el eje de su vida se hubiese ido a la mierda en un segundo.
—Lo que escucharon —replicó la voz de Matsuoko, fuerte y clara desde otro extremo de la habitación. El comisionado había estado tras una de las cortinas del ventanal y no en la silla central como ellos habían pensado. Aunque justo en ese momento, más bien caminaba hacia el centro de la habitación, extendiendo su mano en busca de que los héroes entregasen sus licencias.
Mina estaba perpleja, no entendía nada; su boca se abría en una "o" perfecta y, de cierta manera, parecía un poco pálida. Su aroma titubeó, volviéndose de miedo por un segundo, pero logró recomponerse de inmediato.
—¿¡Por qué me están quitando mi licencia?! ¡Exijo una respuesta! —exclamó la pelirrosa con furia en su voz, los colmillos de alfa asomándose poco a poco, impactando con la carne de su labio inferior que parecía a punto de romperse por la presión.
En ese momento, la silla de cuero dio un giro mostrando a una persona con una mascarilla quirúrgica y cabellos largos azulados. Su peinado era todo desastroso, con mechones sobresaliendo por su cara en distintas posiciones, pero la mirada roja firme que mantenía le daba un toque de seriedad que infundía mucho respeto.
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Delirios de un todo [KatsuDeku]
FanfictionLa vida de Izuku se derrumbo en un instante, no pudo hacer otra cosa mas que mirar en silencio el evento que le destroso la vida. Katsuki por otro lado aun no sabe que su vida se fue al carajo, y parece que no va a descubrirlo pronto. En un mundo...