Delirios de un todo [KatsuDeku]

Capítulo 9. Loto

Izuku vestía un traje sastre que dejaba en claro el hecho de que los rezagos del embarazo se habían ido y solo quedaba una vez más su cuerpo de héroe. A cada uno de sus lados, una figura imponente le flanqueaba por completo, por la derecha Geten, quien vestía completamente su traje de héroe. Todos los héroes que componían el famoso equipo "Sion" usaban distintas máscaras para cubrir sus identidades. La de Geten era una capucha especial que cubría su rostro completamente y una máscara inferior que cubría su boca y nariz, dejando solo a la vista sus ojos azules que en ese momento brillaban con intensidad.

Por la izquierda, iba una mujer de estatura promedio usando un traje sastre completo; blazer sobre una camisa blanca y falda lápiz a juego. Usaba una máscara negra que cubría su boca y nariz, y su flequillo descendía por casi el completo de sus ojos, por lo cual no se reconocía su persona. Aunque parecía ser alguien formal, su peinado alborotado de dos moños en la cabeza le hacía lucir un poco infantil, pero igual de imponente simple y sencillamente por el aura que emitía.

El pequeño Kaito llevaba puesto un pequeño traje bombacho color gris tenue; iba dormido, por lo cual ni se enteraba de lo que estaba pasando, y los 3 esperaban que así continuaran las cosas.

Los susurros por el pasillo no eran nada discretos. Todos mantenían sus ojos fijos en el héroe Deku, sus dos acompañantes y, claro, en los cabellos rubios alborotados del menor que parecía tan tranquilo, aunque todos en el lugar podían ver como el caos se desataba.

Cuando por fin ingresaron a la sala donde habían sido citados, las 3 personas cubrieron sus narices por instinto, mientras que el pequeño Kaito se removió incomodo en su lugar. El olor a camelias era demasiado potente, impregnando cada espacio del lugar. Izuku tosió un poco para luego levantar la vista y observar cómo Kirishima estaba a un lado de Katsuki.

Izuku no había visto al alfa desde aquel día fatídico donde su vida se fue a la mierda. Pensó que tal vez tendría un conflicto de emociones cuando por fin se cruzaran de frente, pero nada de eso pasó. El rubio se miraba en un estado deplorable, la persona a la que Izuku algún día amó no estaba más en ese lugar o tal vez solo pensaba aquello porque sus gafas color rosado se habían deslizado de su rostro y ya no veía las cosas con ese filtro de amor. El hombre se veía envejecido desde la última vez. Estaba sentado en una silla usando su traje de héroe, exceptuando por los guantes en forma de granada que descansaban a un costado en el piso.

Izuku pensó que en el piso es donde merecía ir siempre el alfa, y luego dejó salir su aroma completamente y Geten se encargó de mezclar su aroma con el de Izuku, asegurándose de que todos en el lugar captaran el hecho de que Izuku no estaba solo. Toga, al ser Beta, solo se limitó a sonreír a su lado. El Omega agradeció que trajera puesta su máscara porque él de primera mano sabía cuán aterradora podría ser la mujer sin así intentarlo. No se imagina en esa situación donde claro que lo intentaría

El juez no tarda mucho en aparecer, mira a todos los presentes y suelta un suspiro para caminar a su lugar designado. Izuku piensa que es lo justo.

—Señor Midoriya, me honra su presencia, aunque debo decir que el no acudir a la primera audiencia da mucho que pensar —sentenció el juez mirando al Omega, quien dejó salir una risa nerviosa.

—No fue intencional. El traslado me tenía ocupado y perdí el hilo del tiempo. Pero aquí estoy, no tengo nada que ocultar —responde Izuku con encanto. El juez le regresa la sonrisa de manera casi cómplice, pero luego tose y continua su interrogatorio.

Tanto Katsuki como Izuku, con sus respectivos acompañantes, se encuentran en lados opuestos de la sala. En algún punto Katsuki se puso de pie luciendo muy incomodo y tenso; su mandíbula pareciera a punto de tronar peligrosamente. Izuku por su lado parece estar en un día de campo, sentado comodamente mientras el bebe en sus brazos parece moverse cada cierto tiempo comodo en su lugar, buscando más y más aroma de su madre.