Capitulo 2.

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El día transcurrió muy rapido, ya pasaban las cuatro de la tarde y Lana hizo su aparición por la empresa con Luna de la mano, saludo amable a los trabajadores que pasaban por los pasillos algunos corriendo con un motón de papeles bajo el brazo.

Dio dos golpecitos en la puerta del despacho de Borja, pero la niña no espero a un "pase" de parte de su padre, entro como un huracán, corrió a los brazos de su padre, quien dejo de hacer lo que estaba haciendo frente a la computadora para atraparla al tiempo que se levantaba .

- ¡Papi, papi! - grita cuando la toma en sus brazos y le da un sonoro beso en la mejilla.

- Hala cuanta energía - le hace cosquillas y la niña suelta una risa chillona y patalea.

- Ya Luzu déjala - sonríe acercándose para darle un corto y rapido beso en los labios - solo veníamos a saludar ya que no me llamaste para comer.

- Lo siento tengo mucho trabajo - le besa la mejilla a la niña y la baja - estaré en casa para cenar lo prometo.

- Ok, is fine - responde Lana tomándole la mano a la niña - see you later honey - esta vez no hubo beso de despedida.

Lana salio en silencio de la oficina de su esposo, caminó por los pasillos con la niña de la mano, al doblar en la esquina del pasillo se topó con un elegante y apuesto abogado.

- ¡Lana! Que sorpresa - baja la mirada hasta donde una niña cabellos cobrizos lo miraba tímida - mira nada mas a quien tenemos aquí -se agacha hasta la altura de la pequeña - ¿no hay beso para el tío Frank? - la niña sonrió y se abalanzo a los brazos del abogado dándole uno de esos sonoros besos - ay que rico beso - le dio un beso en la pequeña cara de la niña y miro a Lana desde esa altura - ¿no quieres pasar a mi oficina a hablar?

- ¿a hablar? No Frank, solo vine a saludar - sonrió mirándolo a medida que el abogado se iba levantando del suelo para quedar frente a frente, o casi ya que el abogado era varios centímetros más alto.

- ¿segura que no quieres hablar? - la miro fijo, tal y como un abogado lo haría frente a un acusado.

La rubia dudo unos segundos y Frank lo notó, pero tan rapido como vino la duda se fue y volvió a ser la misma de siempre.

- I'm sure - sonrió con tranquilidad, se acerco al abogado y deposito un beso en la mejilla de este - ire a ver a Samu y Guille

- Toca primero si no quieres llevarte una sorpresa - aconsejo Frank sonriendo - Adiós Lunita - le hizo una seña con la mano a la niña la cual correspondió de la misma manera - nos vemos Lana, ya sabes cualquier cosa estoy aquí - vio como la mujer se alejaba con su hija de la mano y giraba en la siguiente esquina del frío pasillo, se metió las manos en los bolsillos y dio media vuelta para seguir su camino.

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Ya era la hora de que todos se fueran a casa, pero había uno que a pesar de su promesa de llegar para cenar con su linda familia, no se había movido de ese escritorio y aun tecleaba mirando fijo la pantalla frente a el, a pesar de estar consciente que ya había pasado justo quince minutos desde que las puertas del edificio cerraran, los trabajadores habían tomado sus cosas y se habían largado, hasta el maniático de Samuel se habia ido temprano junto a su esposo para llegar a casa y descansar junto a los gemelos. Pero Borja no quería irse, tal vez faltaría a la cena a propósito, discutiría con Lana como siempre, iría al cuarto de su pequeña, la arroparía y le pediría disculpas mientras esta estuviera dormida, se acostaría en ese incomodo sofá y trataría de dormir pensando en como cojones recoger los pedazos de su matrimonio.

Boss (Spinoff) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora