Capítulo 6. (fragmento 2.)

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Borja se llevó la mano a la cara, la sangre le tiñó los dedos cuando palpó su labio roto. Se levantó algo mareado por el golpe, se limpió la sangre y cuando miró al abogado, los insultos y las ganas de devolver el golpe se fueron.

Ambos permanecieron en silencio, por lo menos unos minutos, sólo mirándose en medio del frío. Tal vez había mucho que decirse, mucho que aclararar, pero Borja era el que tenía que dar el paso, Frank sólo se estaba limitando a esperar, esperar por una señal, una mínima señal y todo cambiaría para ambos.

Entonces Borja empezó a caminar hacia el abogado sin dejar de mirarlo, los labios se Frank se entre abrieron y su mandíbula dejó de estar tensa, lo estaba haciendo, estaba dando la señal, todo iba a estar mejor, el corazón de Frank comenzó a latir más fuerte, pero no se movió de su sitio, esperó dejando que de su boca sólo saliera su cálido aliento que al contraste con el frío, salía en forma se humo de su boca.
Sólo un poco más, Borja estaba dejando las dudas cuando...

- ¡Hey! Par de maricas -tocó la bocina el chofer del taxi- ¿quien de los dos se va a subir? O se van a subir los dos me da igual, pero no me hagan perder el puto tiempo.

Borja se detuvo de golpe.
Se podía sentir la atmósfera romántica o lo más parecido a eso romperse en mil pedazos. Ambos miraro al chófer, pero fue Borja el que respondió.

-Espere unos minutos por favor.
- Cinco minutos - dijo el taxista mirándolo serio.
- Diez y le pago un poco más de la tarifa normal - el hombre sonrió asintiendo.

Ambos amigos dieron un sonoro suspiro, se volvieron a mirar pero esta vez el abogado no vio la misma chipa en los ojos del empresario, tragó saliva, todo se había ido al carajo tan rápido, tan fácil. Así de frágil era fuese lo que fuese lo que pasaba entre ambos, bastaba con que un hombre, un tipo cualquiera interrumpiera para que Borja cambiara de parecer.

Borja no se apartó del taxi, incluso tenía la manilla de la puerta tomada, listo para subir apenas la cosa se ponía aún más tensa.

- Es mejor hacer como si esto ni hubiese pasado, tu vas a ser padre, Claudia es una muy buena mujer - hizo una pausa pensando que Frank diría algo, pero no dijo nada, se mantuvo quieto en su lugar, si no fuese por que apretaba los puños, hubiese pasado como uno de estos artistas callejeros que se disfrazan de estatuas humanas - tu vida es perfecta, no quiero que la arruines por mi culpa. Nunca quise involucrarte en todo esto, debí haber buscado cualquier otra persona - volvió a hacer una pausa, pero nada, ni una reacción - Eres mi amigo Franker, eso jamás va a cambiar, por eso he tomado una decisión.

Cada palabra eran cuchillas para Frank, pero ahí estaba, quieto, en silencio, escuchando cada estupidez que salía de esa boca, cada pretexto. Se merecía otro buen golpe. Podría molerle la cara a golpes y nada cambiaría, Luzu seguiría eligiendo a Lana y a su hija.
No iba a obligarlo, no iba a forzarlo a decidir lo contrario, era mejor callarse, era difícil, muy difícil, trataba de ignorar ese dolor agudo en el pecho, las ganas de llorar, de gritar.

- ¿Qué has decidido? - quiso saber el abogado, se forzó por sonar neutral hasta un poco indiferente.
- Elijo a Lana, a mi hija, a mi familia y quiero que tu también lo hagas. No quiero perder tu amistad, no quiero ver lastimada a Claudia, no quiero ocasionar problemas en tu vida, en tu vida junto a ella.
- Ya callate - su tono de voz se oyó extraño - no trates de sentirte menos culpable, elijas lo que elijas, aunque sigamos siendo amigos, de todos modos nos acostamos, dos veces, Borja - tenía la mandíbula apretada - digas lo que digas, aún que trates de convercerte a ti mismo, lo que paso hace unos días atrás en mi oficina fue real...
- Franker... Yo...
- ¡Fue real mierda! - gritó y no pudo más, las lágrimas acompañaron ese grito - yo lo sentí real, pero no me quieres ocasionar problemas -sonrio amargamente y se secó las lágrimas con el dorso de la mano.
- Lo siento mucho Franker pero sigo enamorado de mi esposa.
- Pues déjame decirte una última cosa entonces.
- ¿Qué?
- Vete a la mierda - se dió la vuelta y camino hasta su Jeep, subió si decir nada ni mirar atrás, encendió el motor y se largó de allí.

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Manejó lo mas rápido posible, frenó de golpe en una luz roja, las lágrimas le nublaban la vista, le dolía el pecho, de su garganta salían sonidos guturales típicos de un llanto que te ahoga, quería gritar, maldecir, golpear cualquier cosa, arrancar este dolor punzante que ahora lo sofocaba, le quitaba el aire y le hacia doler la garganta con el esfuerzo.
Ni con Guillermo se había sentido tan miserable, pero con Luzu todo era distinto, todo, cada detalle, tal vez era por esa fina línea entre la amistad y el amor que ambos habían atravesado, bueno ambos no sabía, pero si sabía que el sí la había atravesado, lo había hecho y se había aferrado a la idea de que Borja se divorciaría. Fue muy ingenuo pensar eso.

Cuando llegó a su casa, entró lento, camino con cuidado hasta el cuarto que compartía con su esposa, la vio dormir muy tranquila, ajena a todo, se sacó los zapatos, los pantalones y la chaqueta, se metió bajonlas cobijas y la abrazó por detrás. Cerró los ojos y sintió el aroma de su mujer, tan femenino y delicado, tan diferente al olor que un hombre puede desprender. El olor masculino de Luzu sólo serían un amargo recuerdo al que tenía que huir lo más lejos posible y Claudia no sería suficiente.

//////

Tocaron a la puerta de la oficina de Luzu, quien estaba distraido pensando en la noche anterior, pensando en su amigo. Golpearon la puerta con más fuerza, lo cual sirvió para sacarlo de su trance.

- Adelante
- Buenos días señor Luzuriaga - era una de sus secretarías, entró de manera tímida apretando contra su pecho un pequeño sobre blanco - vengo a dejar esta carta para usted - la extiende y Borja la toma dándole una sincera sonrisa.
- Una carta para mi, ojalá traiga buenas noticia - tomó el sobre y miró el remanente, alzó la mirada hasta su secretaria, fue tan serio y sorprendido que asustó a la muchacha
- ¿Pa... Paso algo señor?
- Son malas noticias -abrió el sobre y leyó la carta - hijo de puta...-golpeó la mesa asustando a la muejer.
- ¿Que ocurre? - se limitó a preguntar sin sonar demasiado fizgona.
- Es una carta de renuncia, Frank Garnes, el renuncia a la empresa y a sus acciones....

Continuará...

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Si tienen problemas para escuchar la canción es Truble de Coldplay.
El final del capítulo es un poco deja vu para las que leyeron Boss xD lo siento es que eso le da drama a un fanfiction de oficinas y esas cosas.
Gracias por todo, ahora no sólo por los votos y los comentarios, si no que también por los mensajes privados.

Boss (Spinoff) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora