Capítulo 4.(fragmento2.)

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Claudia los miraba extrañada, no sabía por que estaban tan nerviosos con solo su presencia.

- Solo vine a por mi marido - sonrió mirándolos.
- ¡¿A Frank!? - gritaron los tres al mismo tiempo.
- Si...a Frank... - respondió ella volviendo a mirarlos extrañada y comenzó a caminar hacia la oficina.
- ¡No puedes! - dijo Guillermo posándose frente a ella para detenerla.
- ¿Por qué no?... -se detuvo mirando al achinado.
- ¡E... Esta ocupado! - gritó el bajito parándose al lado de su amigo nervioso, antes de que Claudia preguntara algo más, Samuel se sumó quedando al lado de su esposo.
- En una reunión, con Borja y un empresario Turco - aclaró Samuel tranquilo, serio y creíble.
- ¡Eso! - gritó Alex nervioso a lo que recibió una mirada de repimienda por parte de Guillermo.
- ¿Y por qué tanto grito para decirme eso? - ríe mirándolos a los tres, tenía que creerles, pero la verdad su comportamiento sobre todo el de Alex no era para nada fiable, pero Samuel era Samuel y el si se veía tranquilo - ¿Y por qué tu no estas con ellos? - preguntó mirando a Samuel.
- Porque no puedo, mejor dicho no podemos - le tomo la mano a Guillermo, se miraron y sonrieron - de hecho ahora mismo nos íbamos, un gusto Claudia, luces preciosa - comenzaron a caminar para retirarse, pararon y miró a Alex - deberías llevar a Claudia a casa, Frank se va a demorar bastante.
- Claro... Claro - respondió el más bajito mirando a Samuel como diciendo "malditos, me dejarán sólo" - ¿vamos?- miró hacia arriba, sip, hasta una mujer era mas alta que él, le ofreció el brazo mostrándose caballero, y también para que no se escapara y fuera corriendo a la oficina de Frank, el infiel.
- Gracias - sonrió tomando el brazo del más bajito y los cuatro caminaron en dirección contraria a la oficina del moreno.

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Ambos hombres solo eran manos jalando ropas, besos apasionados y caricias que quemaban
Borja tomo a su amante y lo sentó en su escritorio, beso el cuello de este y bajó por el pecho al tiempo que lo recostaba sobre el mueble, tomó los pantalones y los sacó a tirones junto con los bóxer, separó las piernas del moreno y se posó entre ellas, cuando estaba a punto de introducirse en éste, el moreno lo frenó.

- E... Espera - susurró con la respiración agitada - apenas me estoy recuperando de mi primera vez esta mañana...
- ¿Primera vez? - preguntó sorprendido el empresario - ¿eras virgen? ¿F... Fui tu primero?
- Que si coño... - respondió sonrojado - debes ser cuidadoso, debes ir lento y prepararme...
- Dime como...

El moreno le tomó la mano y la acercó a su boca, lamió dos dedos sin dejar de mirar a su amante en todo momento. Cuando terminó de ensalivar los dedos, Borja los retiró de su boca, había intuido lo que debía hacer a continuación, bajó los dedos hasta el orifico del moreno e introdujo uno de los dedos de manera lenta y cuidadosa, a lo que éste respondió con un gemido.

Cuando el otro dedo estaba dentro y se movían con libertad, Luzu supo que ya estaba listo así que los retiró con delicadeza, se inclinó sobre su amante y lo besó, fue un beso profundo, apasionado pero con un sabor distinto, saber que fue el primero para ese hombre bajo su cuerpo le provocaba nuevos sentimientos en el corazón de Luzu.

Las manos de Frank bajaron por su espalda en caricias al tiempo que correspondía el beso, sus piernas se enredaron en las caderas de Luzu y esa fue la señal para que continuara lo que había empezado.

Y así fue como Luzu se introdujo en su interior, esta vez de manera lenta y cuidadosa, Frank gimió sintiendo a su amigo dentro de él, apretó las caderas de éste con sus piernas y comenzó ba mover sus caderas, Luzu también comenzó a moverse, lento al principio, pero pronto sus movimientos se sencronizaron y las embestidas se volvieron rápidas y certeras.
El clímax estaba apunto de llegar a los cuerpos de estos dos amantes, se besaron profundo, Frank arañó la espalda de Luzu cuando éste acelero las embestidas sintiéndose al borde del orgasmo. Entonces pasó, después de unas cuantas estocadas más Luzu llegó junto con Frank,éste último entre sus vientres, se abrazaron fuerte y Borja se dejó caer sobre el cuerpo de su amigo, tratando de regular su respiración, ambos tenían una tonta y cómplice sonrisa de satisfacción.

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Cuando la noche estaba llegando, los amantes se dispusieron a salir del edifico, cometiendo el error de principiantes.
Regla número uno de amantes: pase lo que pase, después de un encuentro furtivo, nunca, pero nunca salgáis juntos de, ya sea, un motel, auto, casa de uno de los dos y en este caso trabajo, juntos, jamás.
Les faltó salir de la mano y dándose besitos cariñosos, Borja llevaba una sonrisa de oreja a oreja y Frank silbaba alguna melodía pos-sexo o algo así, era feliz y de satisfacción.
Entraron juntos al estacionamiento, cuando encontraron el auto de Borja estacionado junto al de Frank, vaya pringaos los dos, cometieron el segundo error.
Regla número dos de amantes: Jamás besaros en público o en un lugar público.
Se dieron un apasionado beso pos-sexo, se miraron fijo, se sonrieron y ambos subieron a sus respectivos autos, se miraron a través de las ventanillas de estos y Frank fue el primero en encender el motor y partir.
Borja se quedó un momento más, se colocó el anillo de matrimonio de nuevo y es que desde lo sucedido hoy, no podía verse con Frank llevando la alianza en su dedo, encendió el motor y se dispuso a salir de su empresa, lo que no sabían es que alguien los estaba observando.
Lana, encendió el motor de su Mini Cooper rosa pálido y salió también del edificio, en un semáforo en rojo, donde se detuvo, su cerebro logró asimilar lo visto hace unos minutos atrás, apretó el volante y rompió en llanto, un llanto furioso, lleno de dolor, asco, decepción y humillación.

Boss (Spinoff) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora