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El Rey reía viendo a su hijo y a su nieta jugar a un par de metros mientras sujetaba una copa de vino, Aemma era tan feroz como su madre, fue notorio cuando empujó al príncipe y tomó su dragón de madera para jugar con ambos dragones miniatura.

— Poseen casi la misma edad, Majestad, si se crían juntos podrían llegar a ser inseparables — Dijo Rhayna, viendo de reojo a Alicent.

—Además cuentan con los apellidos correctos, dragones... creo que harían una pareja hermosa, su majestad— Secundó Jason, apretando suavemente la mano de su esposa.

Rhaenyra sonrió por lo bajo, intentando menguar sus leves e imperceptibles risas con su copa, Alicent no parecía muy feliz con la discreta proposición, pero sabía cuáles eran las tradiciones Targaryen así que no dijo nada.

— Un compromiso hecho desde niños podría funcionar tan bien como conmigo y Jason, o mi madre y usted, mi Rey — Habló directamente, viendo a los ojos a su padre mientras bebía de su vino.

— Aegon y Aemma se ven adorables juntos, congenian muy bien — Dijo Jason.

Su Padre realmente no se resistió, aceptó casi en seguida, tan rápido como los niños quedaron comprometidos el castillo entero lo supo, Lady Aemma Lannister y el Principe Aegon Targaryen se casarían cuando llegaran a la edad, acordaron que Lady Aemma viviera en la Fortaleza un mes después de su décimo tercero onomástico.

— Detesto los barcos — Se quejó Rhayna sujetándose de las orillas de madera de la enorme estructura.

— Sabes que no es necesario que vinieras, hermana — Comentó Rhaenyra, viendo cómo su rostro se volvía pálido y parecía aguantarse sus ganas de vomitar.

— ¿Y dejarte sola con tu prometido? Tengo que amenazarlo como hicieron tu y mi padre con Jason antes de la boda — Bromeó antes de que no pudiera resistirse más y vomitará hacia el mar.

— Tienes razón, te ves justo en las condiciones correctas para amenazar a alguien — Rió por lo bajo dando círculos con su palma en la espalda de su hermana.

— Con las preferencias de nuestro primo no necesita ser una amenaza muy severa — Bromeó nuevamente, sonriendo burlonamente antes de volver a vomitar.

— ¿Estás bien? Usualmente no estás tan mal en los viajes en barco.

— Me temo que últimamente he estado muy sensibl... — Y vomitó de nuevo.

Shaen se apresuró a ella, quitándole una cubeta a un sirviente y dándosela mientras apartaba su cabello — ¿Desea que le haga un té para los mareos, princesa? — Cuestionó y Rhaenyra fue quien respondió al ver que su hermana no pudo contestar.

Al final su doncella la llevó a su habitación para que descansara, faltaba poco para llegar a tierra firme, ya podían ver el castillo de la serpiente marina.

— ¿Cuándo fue la última vez que sangró, princesa? — Cuestionó acomodando las almohadas delicadamente bajo su cabeza.

— No lo sé, Shaen, no tengo cabeza para pensar en eso — Dijo, cerrando los ojos con molestia, pero de repente los abrió con sorpresa, dándose cuenta de lo que se refería — No puede ser, no fue hace mucho que nació Taryan.

— Puede, princesa, y aún más con alguien que tiene su libido — Dijo con gracia, provocando que Rhayna rodará los ojos.

— Solo ha pasado una Luna desde la última vez, puede que solo sea un retraso — Dijo incrédula, poniendo su mano sobre su frente y cerrando sus ojos — Avísame cuando estemos en tierra.

La criada convertida en doncella asintió, dió una leve reverencia y se marchó, logró dormir en el corto tiempo que estuvo en su recamara, pero en sus sueños vió formas que le recordaron a sus visiones, visiones que habían disminuido con el pasar del tiempo, solo llegaban pocas y contadas veces en los últimos años.

DEMONIO BLANCO • Rhaenyra x OC x Daemon •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora