Cap 27. Hora del baño.

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Fue a ver cómo estaba la bebe ya que seguía llorando. cuando llego la arropo y meció su cuna.

-Acabo de hablar con mamá, dice que te ama mucho y te manda un beso, no tardará en volver…

Tn contrató una niñera para poder ir a sus terapias y tener un descanso, Esto le caía como anillo al dedo en ocasiones, amaba a su hija y haría todo por ella, pero el mundo era demasiado últimamente para ella. Además podía ir con Nana sin la bebe y eso también era un alivio. Desde que comenzó a ir a Terapia y contrató a la niñera sus amigas y su familia estaban más tranquilas.

-Oye y… ¿Cómo te está yendo en terapia? -pregunta casual mientras vigila a su hijo que chapotea en la alberca.
-Bien, justo ahora lo que más me preocupa es el tema de Nana. Mi terapeuta insiste en que debemos trabajar en mi depresión pero siento que para eso tengo más tiempo. Ha intentado entrar en el tema, pero siempre terminó llegando a Nana de nuevo.
-Entiendo… ¿ya aceptaste más su enfermedad y el tiempo que le queda?
-Si… -Su estado de ánimo aún era triste cuando hablaba sobre ello. -Pero igual va a doler.
-Claro, no hay manera en que no duela… pero no entiendo, ¿Cómo es que siempre vuelves al tema Nana?
-Pues siempre me persuade para hablar de otras cosas, sobre mis padres, sobre Hailee y su ausencia, su apoyo en esta situación pero siempre vuelvo a Nana.
-Y siempre vuelves ahí ¿porque lo estás evitando o porque no quieres lidiar con eso aun? -El tono de Jess era cauteloso.
-Aun no quiero, de verdad Jess es demasiado, necesito un respiro, así que tomaré esto una cosa a la vez.
- No lo tomes a mal. Lo entiendo perfecto, yo ya me habría vuelto loca, tu eres una mujer fuera de este planeta. Mirate. Solo preguntaba.
-Lo sé, lo sé… 
-Y… con Hailee… ¿Cómo van las cosas? ¿Cuándo regresa? -Su amiga suspira cuando escucha su pregunta. Era un tema que no sabía cómo abordar, pero les preocupaba a todos.
-Bueno, es lo que hay. Me llama todos los días preguntando por Alba, pero siempre es la misma conversación. “¿Cómo estás? ¿Cómo está Alba?” Mucho de lo mismo, nunca tiene tiempo para hablar y la llamada llega a su fin después de que pregunto cuándo vuelve. Siempre hay un “Pronto, lo prometo” 
-¿Cómo te sientes con respecto a eso? -No quería tomar partido, no quería dar su opinión, sólo queŕia saber cómo estaba su amiga. Se escuchaba cansada, fastidiada con ese tema. Pero no queŕia cerrar esa pequeña ventana en la que la dejaba asomarse un poco en esa situación en su vida actualmente.
-La verdad es que ya no lo sé y no me pienso dar el tiempo a averiguarlo ahora. Tengo mejores cosas en que pensar como en Alba, en estar bien para ella y en Nana. Ella eligió sus prioridades, no veo porque debo de preocuparme en que ella sea una cuando evidentemente no lo somos para ella. 

Jess apenas y tuvo un ápice de lo que Tn sentía, de lo que pasaba y le escondía cuando al final sus ojos por más que sus labios decían algo, ellos gritaban que le dolía. sus ojos la traicionaron acumulando sentimientos en ellos pero al segundo cambio de tema. Puso una barrera gigante y se hizo la fuerte.
Lo que Jess no sabía eran todas las lágrimas que derramaba por las noches, como después de acostar a Alba, que había noches que ya las lágrimas no tenían motivo, ya eran por todo, por la ausencia de su esposa, por Nana, porque se sentía sola, porque no se creía suficiente. Tn ya había perdido la cuenta de las veces que sus duchas se alargaron demasiado porque le gustaba llorar ahí, bajo la lluvia de agua tibia. Se había vuelto experta en ocultar sus ojos rojos e hinchados por las mañanas. 
Que realmente sus terapias eran muy pesadas, dolorosas, que salía de ahí con un gran vacío, que solo quería recostarse después de tomarlas y que alguien la abrazara toda la noche. Que se sentía rota en cada aspecto de su vida; Como mujer, como madre, como hija, como productora, como ser humano. Constantemente se sentía diminuta en su casa, últimamente prefería pasar el tiempo en su viejo apartamento que en su casa. La palabra hogar dejó de tener sentido. Se sentía vulnerable, pero sobre todo, se sentía cansada. Ya había cosas por las que ya no se sentía capaz de luchar… o aún peor. había cosas por las cuales ya no quería luchar. Se había dado por vencida. se rindió. Pero nada de eso le dijo a su amiga, a ninguna de sus amigas, ni a su familia, la única que lo sabía era su terapeuta.

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