Cap 15. HAILEE.

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Los días cada vez eran más complicados, el tamaño de la panza de tn ya era incalculable, la presión que su bebe hacía en sus órganos era dolorosa, respirar costaba y se movía demasiado, los momentos donde podía romantizar su embarazo habían acabado. No tenía energías para nada y no se soportaba ni ella. Pero sin duda lo más difícil era dormir, intentar dormir acostada era un recuerdo lejano, esta noche en particular se sentía más incómoda de lo normal, algo la tenía impaciente, el calor de hoy era peor que los de otros días y respirar no parecía una tarea automática. Al no poder conciliar el sueño decidió levantarse un poco para al menos aliviar un poco el calor infernal que sentía. De sus cosas favoritas en este momento era masticar hielo así que bajaría por unos cuantos, cuando puso sus pies descalzos en el suelo y sintió el piso frenco fue un mini placer y la motivó a caminar un poco. 

Cuando bajó las escaleras y se adentro en la cocina buscó un vaso y lo puso bajo el dispensador de hielo, lo lleno y cuando estuvo listo tomo uno entre sus manos y lo derritió un poco, cuando el agua helada mojo sus dedos dejó el hielo en el lavabo y se pasó las manos por la cara y el hielo, Repitió esto varias veces ya que el alivio que le causaba era incalculable en estos momentos. cuando siente que fue suficiente toma uno y lo pone en su boca para morderlo y que se derrita en su boca para comerlo.

Después de unos hielo ya se sentía mucho mejor, toma el vaso para  dirigirse a la sala y sentarse un momento mientras terminaba su snack nocturno, cuando da la vuelta a la barra de desayunos de su cocina un dolor punzante la detiene, la hace alarmarse y se encoge un poco. Paso rápido pero algo le dice que esto no está bien. Deja el vaso en la barra y espera unos segundos sosteniendo su barriga con una mano mientras que la otra estaba agarrando la barra con fuerza.

El dolor volvió y la hizo quejarse, era algo que pasaba desde su espalda baja y entrepierna hasta su abdomen. Estaba pensando si sería prudente llamar a Hailee cuando siente que pierde el control de sus esfínteres y siente por sus piernas correr un líquido caliente. Cuando ve el charco en sus pies deja de pensarlo.

-¡HAILEE! - Toma un trapo y limpia el líquido de las piernas. No escucha ruido arriba en su habitación y maldijo internamente. -Como te odio por poder dormir como un muerto… ¡Hailee! -Ahora se arrepentía de haber bajado sin zapatos, no quería resbalar. -¡Hailee! ¡Si no bajas ahora mismo prometo que te pido el divorcio!- Escuché ruido arriba en la habitación y en segundos Hailee bajaba las escaleras más rápido que un rayo y aparece en la cocina con cara de dormida pero buscando a su esposa.

-¿Qué pasa? ¿Estás bien? -Sus ojos aún se acostumbraban a la luz y tallaba su cara.

-¡Acción! -señalaba el desastre que había hecho al romper aguas y es cuando la cara de su esposa cambia al instante. Ya no había sueño, ya no había cansancio y no había duda. Solo pánico y shock.

-¡Demonios!- Sus manos se van a su cabeza y a su boca mientras solo veía el piso y a su esposa, le llega una contracción a Tn y eso es lo que por fin la hace reaccionar, eso y el grito que le escupió.

-¡Maldita sea Hailee! no me hagas creer que van a ganar las apuestas y te desmayes ahora. 

-ok ok ok, calmate, respira -Comienza a hacer ejercicios de respiración pero a este punto no se sabé quien lo necesita más si Tn o Hailee. -Muy bien, esto no es un simulacro. -Toma la manos de su esposa y la dirige a la puerta principal. -Llaves, maleta, control de la puerta, amor de mi vida. Llaves, maleta, control, esposa.

-¿Es enserio?

-¿Cada cuanto tienes contracciones?

-Y yo qué sé, yo las sufro tú las cuentas.

-Ok, tienes razón, espera. -Se detiene un momento en la puerta. -Zapatos, ponte estas sandalias y vámonos. -En un segundo tomo todo, abrió la puerta, corrió al auto, avienta las cosas dentro y regreso por su esposa, le ayudó a subirse y se fueron.

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