Cap 32. ¿Aún me amas?

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Escuchó la puerta cerrarse y con ella se fueron sus esperanzas. Sentía como si lo que su esposa había sentido todo este tiempo la invadiera en 2 segundos. Era tanta la desesperación y el dolor que lo quería romper todo, quería gritar, tirarse del cabello y tirarse al piso. Su pecho dolía tanto que le punzaba. La garganta le quemaba al intentar respirar. Le costaba tomar aire. Sus manos temblaban y todo lo veía borroso. Las lágrimas corrían tan salvaje que limpiarlas no valía la pena, el agua salada curia desde sus ojos hasta su cuello.Ella sabía que le había hecho daño, que se había equivocado, que lo había arruinado. Su corazón estaba en el piso, roto, hecho pedazos. Hizo lo que nunca quiso, romper el corazón de la persona que más ama, rompió su confianza, no cuido lo más valioso que tenía. Sin ella, nada tenía sentido, sin ella ya no quería nada, sin ella ya no había razón, sin ella todo es oscuro y sin color. Ella era su luz, su norte, su razón para despertar en las mañanas, el motivo de sus sonrisas. Lo único que tenía valor y sentido en su vida. Y lo echó todo al vacío. Cuando cerró la puerta todo se fue con ella, se sentía un cascarón vacío.

Perdió la noción del tiempo, no sabé cuánto tiempo estuvo sentada en el sillón abrazando su propio cuerpo llorando. Ya las lágrimas no salían pero su respiración era irregular, cada que recordaba lo que le dijo su Esposa un escalofrío recorría su cuerpo. La destruyó, jamas un “Te amo como a nadie” dolió tanto. Se sentía como la peor persona del mundo al hacerle daño a alguien que no lo merecía. Rompió sus votos, rompió su promesa pero sobre todo rompió a su esposa. Esto no podría perdonarselo, jamás. ¿y todo por qué? por un estupido contrato que ahora no tiene sentido para ella. Ahora entiende que ningún contrato ni todo el dinero del mundo vale lo que acaba de perder. Lo daría todo por no perderla, por no haberla roto así. 

Todo el día se quedó en el departamento de Tn, no comió, no respondió a nadie, simplemente se quedó vagando en los rincones y reviviendo los buenos momentos que vivieron en cada lugar, Cuando por algún motivo término en la habitación, busco algo que le brindará abrigo, el sol se ocultaba y comenzaba a hacer frío. Cuando abrió el closet y se encontró con todo lo que echaba en falta en su casa hizo sentido. Esto llevaba tanto tiempo y no lo vio, se sentía tan tonta, tan ciega. tan indigna. Tn merecía más, más que ella, más de lo que le ofrecía, más de lo que hizo por ella. Y eso dolía como el mismísimo infierno. Tomó una sudadera de Tn y lo apretó, lo abrazó como si se le escapara de entre las manos, inhalaba su olor y dolía, Ahora entendía por que todo le sabía al final, al último. Pero si hubiera sabido  que eran los últimos momentos hubiera hecho que duraran más, hubiera intentado más, hubiera dicho más cosas, las hubiera dicho diferente.

Tn pasó el día con su hija fuera de casa. estar con Alba siempre la hacía concentrarse sólo en ella, pero sabía que esto ya era algo que no podía ignorar, todo era más difícil, ya no solo era sobre ella. Ya todas sus decisiones involucran a Alba y solo quiere lo mejor para ella. Cuando regresó a casa respiró profundo e intentó prepararse mentalmente para lo que podría venir, esperaba que Hailee estuviera ahí pero no sabía en qué estado la encontraría. Su sorpresa fue no encontrarla en casa. Le dio un baño a Alba por el largo día fuera y después se ducho ella. cuando estaba a punto de entrar en la cama algo le decía que Hailee no estaba bien y odiaba ese sentimiento. 

Por más que intentó distraerse toda la mañana sabía que tenía que sacarlo y simplemente explotó, se sentía un poco mal por como lo hizo pero no se arrepentía. Le dolió profundamente todo lo que hizo Hailee estos meses y no le debía su arrepentimiento. Odiaba sentirse mal por ella, odiaba que este amor que tiene por ella simplemente no se esfume para odiarla libremente, sin culpabilidad, pero no es así. Ella no es así. Miraba el reloj y se decía a sí misma, si en 15 min no llega, la llamó. Llegaba la hora y daba un poco más de tolerancia. Hasta que era demasiado tarde para ignorar la ausencia de su esposa.
Un tono, dos, tres, cuatro… Lo volvía a intentar, sus nervios estaban de punta. Un tono, dos, tres…

Ecos de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora