My boy.

VI

—Entonces... —Yoongi soltó un suspiro mientras se dejaba caer en la fría acera— ¿te desahogaste?

  Después de haber introducido sus manos, Jimin lo golpeo repetidas ocasiones en el rostro, ganando así un labio roto y una herida en el pómulo.

—¡Mierda! —exclamó en respuesta— ¿Porqué golpear duele tanto?

  Ambos estaban agotados, cargaban con una rígida pesadez que parecía aligerarse, de momento. No tenían las razones suficientes para ser enemigos, la ira acumulada era la que hablaba por ellos, la que los hacía gritarse, la que daba las miradas indiferentes, la que no dejaba de criticar las acciones del otro. Esa llama que ardía y que parecía quemarlo todo.

—¿Qué te parece la idea de una tregua temporal?—propuso Jimin mientras intentaba calmar su respiración y el dolor de su mano.

  Los dos se encontraba sentados, recargado una de las paredes de un viejo edificio frente al arcade. El resplandor de las luces neon rebotaban fervientemente en sus rostros, sus ojos brillaban, inhalaban con dificultad el aire frío. Tenían tanto que decir, tanto para soltar y dejar ir pero siempre había algo que les hacia un nudo en la garganta.

   Vergüenza

  Ella te bañará, te ayudara a cepillar tu cabello y mantendrá tu mirada baja. Recreará aquellos recuerdos en tu cabeza, aquellos que se esconden bajo el sol, que guardas en una caja, que demuestran
desnudamente tu vulnerabilidad.

  Luego de unos minutos, de notar todo lo que en algún momento dijo al espejo mientras se quebraba en un millon de pedazos, entendió, que esta era una de las pocas oportunidades de dejar el pasado atrás.

—Una tregua será. —artículo Yoongi mientras sentía un pequeño espasmo nervioso en el estómago.

—Siempre tuve esa duda... —Jimin le observó detenidamente, con algo nuevo en su mirada—¿Porqué nunca te alejaste de él, Yoongi?

  Lástima. Destellante y a la vez muerta.

—No es tan fácil, yo no soy cómo tú...

  Jimin miró desconcertado a Yoongi, mientras que el miraba las luces neón e intentaba la compostura.

—¿Cómo yo? —"es un insulto" pensó Jimin— ¿Qué se supone que significa eso, Min?

—Yo nunca fuí... —el tiempo se detuvo por una fracción de segundo, justo cuando Yoongi inició el contacto visual— valiente, lo suficiente como tú.

  Calidez.

—Aún puedes irte, aún podemos dejarlo, esta demasiado ocupado idealizando a Jungkook que no se tomaría el tiempo de voltear a vernos —Jimin sujetó el brazo de Yoongi, con la necesidad de transmitirle un poco de aquel valor que un año atras él le habia regalado.

  Sujeta el agarre de Jimin, sus ojos son sinceros, denotan preocupación, una verdadera preocupación.

—Yo... no puedo dejarlo —dice Yoongi, las lágrimas comienzan a acumularse en sus ojos— Sabes... él esta empezando a ir a terapia, Namjoon lo lleva, parece mejorar, luce más estable. Solo quiero darle una última oportunidad —la voz rota y el temblor en las manos.

  Jimin suelta a Yoongi. Comprende que el amor ciego y la lealtad de Yoongi no se borrara con unas cuantas palabras de apoyo. Solo debe esperar. Solo tiene que darle tiempo.

Taehyung podrá hacerte sentir en el cielo, pero la caída es lo que jamás vez venir.

  Un breve asentimiento, es lo único que Jimin le puede ofrecer.