Jungkook siempre tuvo su vida en orden.
Siempre hubo comida en la mesa, regalos en navidad, buenos amigos y amor paternal, nunca supo que era necesitar o anhelar algo.
Hasta que lo conoció a él, su primer amor. Su ferviente juventud se verá envuel...
—¿Cuál fue tu respuesta? —Lo solucionamos, eso es lo... —¡¿Cuál fue tu respuesta, Jungkook?! —desesperado y completamente intoxicado de ira preguntó por segunda ocasión Hoseok. —Le dije que lo perdonaba...
Hoseok se levantó, tomó sus pertenencias dirigiéndose hacía una zona más poblada del campo deportivo.
—¡Espera! ¡Hobi, puedo explicártelo! —gritó mientras intentaba alcanzarlo. —¡Explicarme ¿qué?, Jungkook! Qué todo el respeto que te tenías desapareció de la noche a la mañana por un tipo que conoces apenas hace dos meses. —su respiración intensa hacia que su pecho subiera y bajará con desesperación— ¡Despierta! Esto no es real, el te engañó... —No, no, Hobi, no lo entiendes. Él me ama no me haría algo así... —Se acostó con otra... —La llevó al baño del segundo piso, ella quería vomitar y no sabía donde había otro baño... —Tu y yo sabemos que eso no es cierto. —Pues no, tu no lo viste en toda la noche y yo no asistí a la fiesta. —El sí, muchas personas lo vieron. —Personas ebrias. —No creo que eso invalide lo que sucedió. —suspiró cansado— ¿tú crees que pensaban en tí? ¿cuando la llevó arriba? ¿cuándo se encerró en la habitación principal con Seulgi? —Me llamó anoche, llorando. —No dije que no sintiera culpa.
Por mucho que pudiera intentar, Jungkook no obtendría el visto bueno de Hoseok.
—El me ama. Es todo lo que me importa. —Que chico te haz conseguido —contestó con descaro— Cuando estés cansado de este juego estúpido me avisas. No quiero verlo y tampoco a ti.
Hoseok retomó su caminar.
—¡Si te quieres ir, vete! ¡No te necesito! —Hoseok solo asintió sin detener su caminar y sin mirarle por una última vez.
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Después del asonar del timbre, Jungkook salió huyendo de Taehyung . Sus manos temblaban, sus ojos lagrimeaban y solo podía balbucear algunas oraciones sin sentido. Taehyung busco con insistencia en cada lugar posible importándole poco saltarse la primera hora de clases.
Detrás de las gradas, hecho un ovillo de lagrimas, estaba Jungkook. No recuerda mucho de lo que hablaron, todo el evento con Seulgi había sido un malentendido, eso había dicho Taehyung.
—No me parece correcto que pienses así de tu novio y menos que al enterarte te abalances sobre el primer chico que te voltea a ver.
Esas fueron sus palabras, sin titubear y con voz firme.
"Como siempre había sido Taehyung."
No le importaban los demás, no importaba lo que llegarán a pensar de Taehyung o de él. Porque ahí, bajo las gradas, eran ellos dos. Solamente ellos dos, sin miedos, sin el pasado y sin el futuro.
—¿La besaste? —No. —¿La tocaste? —No. —¿Dormiste con ella? —No.
"No existe nadie más"
—Eres todo lo que quiero...
—Te amo, Jungkook. Nunca haría nada que te lastime.—se acercó lentamente para acunar el rostro enrojecido de Jungkook entre sus manos.— Cuando lloras, tu nariz se pone roja y tus ojos también. —tocó delicadamente su nariz —Con las lágrimas tus pestañas parecen más largas—secó sus lágrimas con los pulgares — y abultas los labios —le besó con suavidad —Luces hermoso cuando lloras.
Jungkook sorbio su nariz. Se sentía pequeño y alejado de la realidad, como si solo fuera materia simple y dispersa.
