VIII

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—Una vez intente hipnotizar a Namjoon para que dejará de beber tanto café. Era un maníaco, tomaba más de 7 tazas al día.

—¿En serio? ¿Cómo terminó eso? Presiento que nada bien.

—Te sorprenderías, ahora cada que alguien dice expresso, por alguna razón Nam empieza a estornudar.

  Ambos rieron. A pesar de la tensión y de las mil alarmas mentales, Jungkook optó por apagar su sentido común, probarse a si mismo que su novio era mejor de lo que las personas podían decir.

  Todo a su alrededor parecía estar a la expectativa. Como alguien aguardando a que una bomba explote y arrase con todo a su paso.

  Jungkook no dejaba de repetirse que pronto la verdad saldría a la luz, que el conocería al verdadero Taehyung, que todo se acomodaría y que el podría aceptar y adaptarse a ello.

   ¿Porqué? Porque lo amaba, lo supo desde el momento en que lo besó por primera vez, cuando lo acompañó a su casa y conoció a sus padres, incluso cuando Seokjin le dijo que no había duda de que su chico guardaba algo sucio dentro de sí. Nada de eso le importaba, sabía que uno decidía amar, que el sacrificio siempre vendría con el amor y que el estaba dispuesto, solo si era por Taehyung. Taehyung era amable, cálido —por sobre todo- nunca se atrevería a lastimarlo.


"No me ha dicho que me ama, pero puedo jurar que esta dispuesto a hacerlo también"


—¿Puedo hacerte una pregunta?- Mencionó Jungkook, estaba seguro de sus sentimientos y que estos no se verían afectados, aun si la respuesta que obtenía no era la que deseaba.

  Taehyung por un breve instante se tenso, algo apenas perceptible. Asintió luego de unos instantes.

—Tu... ya conocías a Jimin, ¿cierto?

—Es tonto negarlo, él probablemente no te lo diga, o confirme, pero si, lo conozco desde que tiene 10 años.— Taehyung hizo una pausa, intentando organizar su cabeza por un momento— él es alguien de mi pasado, que se encontraba mejor sin mi a su alrededor.

  Jungkook no podía culpar a las personas que constantemente le decían que algo no andaba bien con Kim, que su familia tenia cierto poder y que con el se apoderaban de todo. Taehyung parecía blando, suave, cálido y para nada peligroso, pero debía aceptar que con cada respuesta surgían nuevas preguntas.

  Todas las noches al irse a dormir no dejaba de pensar, de imaginar lo que la cabeza de su amado ocultaba.

 ¿Qué podría ser tan malo? 

 Tan malo como para no contarlo, tan mortal como para destruirlos.

—No quiero que te hagas ideas de mi...— Taehyung lo atrajo hacia él, recargando amablemente su espalda sobre su pecho y rosando con su mejilla con el cabello oscuro de Jungkook— yo quisiera borrar el pasado para que no dudes de elegirme a mi...

   Lo sujetó con fuerza, como si necesitara saber que no se iría y que de hacerlo, grabaría aquella sensación en su memoria. Sabía que en algún momento las cosas se complicarían y el miedo constante no se detenía.

Ser elegido.

  Amar se trata de eso, de una elección, con ella siempre vendrán los logros y los fracasos, siempre anhelo ser elegido, ser la opción principal de alguien, sentir que a pesar de las viejas cicatrices y los múltiples pensamientos tristes de su cabeza era capaz de ser amado, cuidado y por sobre todo, pertenecer a alguien.

Ser suyo.

—Taehyung... necesito que me mires a los ojos— Jungkook se incorporó y con sus manos acuno el rostro de su novio. Sus narices se rosaban, el viento tranquilo y el ambiente silencioso los abrazaba— No hay nada, nada, que en este momento quiera más que a ti. Los rumores son eso, rumores y esos se los llevara el viento. Mi amor por ti, es imborrable, solo no destruyas mi corazón, porque jamás podría pagarte con la misma moneda.

  Después de un breve momento, se besaron. No con necesidad, ni con deseo, sino más bien como si aquello fuera un sello que validaba su compromiso, amar y dejarse ser amado.

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My boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora