Corriendo.
No había ni siquiera almorzado y ya se encontraba huyendo por las calles de Daegu. Una motocicleta a gran velocidad intentaba alcanzar a la escurridiza adolescente malhumorada.
Minji con la respiración errática y su mente dispersa solo podía pensar en alejarse lo más rápido que pudiera. Avanzó entre el tráfico de la avenida, recibiendo algunos insultos y tocadas de claxon por parte de los iracundos conductores. Las opciones para resguardarse eran pocas y aún podía escuchar el motor que la perseguía. Las ganas de llorar se hicieron presentes al igual que la presión en su pecho, se le dificultó respirar.
Una mujer le golpeó en el hombro mientras intentaba abrirse paso. Fue ahí cuando una idea se coló en su mente «Es miércoles y aún no acaba el mediodía». El mercado principal estaba a la vuelta de la esquina. Sería sencillo pasar desapercibida y perderse en el tumulto de gente. No lo pensó dos veces, al oír el rugir de la motocicleta avisando que venía tras de ella, tomó el suficiente tiempo para ser vista y guiarlos a su plan.
Su plan era simple, hundirse en el mar de gente del mercado y atravesarlo, pasando desapercibida y dándole la oportunidad de escapar. Por que una motocicleta no puede entrar al mercado libre de vehículos, ¿o sí?.
Cuando menos lo esperó escuchó a lo lejos el claxon y divisó como las personas abrían el paso.
«¡Maldita generosidad!»
Se alejó a gran velocidad, no esperó que uno de los pasajeros bajara desprevenidamente para atraparla. Sintió el impacto y un peso en la espalda, le fue imposible virar la mirada o mover su cuerpo, solo logró sacudirse en el suelo sin obtener nada. Al ver la llanta de la motocicleta tan cerca entendió que era el fin, la había atrapado y tal vez no llegaría a casa a almorzar.
—No tengo tu dinero, ¿de acuerdo?. Dame tres dias y te prometo que lo tendrás.
—¿Dinero? Yo no quiero tu dinero.
La voz pronunciada, similar a un arrullo tibio, de esos que al crecer dejan de dedicarte, le resultó conocida y a la vez se encontraba olvidada. Como rayo la verdad le atravesó.
—¿Jimin?
—Hola, pequeña escurridiza. —Jimin dejó de aprisionarle y se acercó a sacudir su ropa. —Disculpa la hostilidad, te llamé varias veces pero eres muy terca.
Vislumbrada, apenas y notó la persona que les acompañaba.
—Yo no pensé en taclearte así que merezco un abrazo.
—¡Yoongi! —corrió hacía él para cumplir con su deseo, su fuerza repercutió en el cuerpo de Yoongi haciéndole tambalear un poco, la caída fue evitada gracias a la manera firme en que Minji se aferró.
—Yo también.
Dejó transcurrir el tiempo necesario, no se privaría de el afecto que recibía y tampoco de demostrarle cuanto le quería. Minji fue la primera en romper el abrazo, se mantendría un poco más con sus brazos rodeándole la espalda; inmediatamente intentó huir de su mirada aprensiva, la vergüenza era evidente, negarla sería absurdo.
—¿A quién le debes dinero? —preguntó Yoongi.
—Unos tipos nos hicieron un préstamo hace un mes y aún no tengo su dinero.
—¿Porqué no me llamaste?, yo pude dártelo. —respondió en un susurro.
—Yoon, se que siempre me querrás y que buscas cuidarme, pero hay cosas que nadie puede arreglar.
—¿Tú mamá sigue enferma?
Minji solo asintió.
—¿Sigues en la escuela?
Titubeó un poco, al final lo negó.
—¿Qué pasó con los Kim? ¿No estaban dispuestos a pagar todo? —soltó a Minji, su enojo cada vez se hacía más evidente.
—Hace 4 meses llegó su abogado, solicitó una prueba de ADN, mamá se negó. Después de todo lo que nos hizo pasar, de todo lo que le prometió a mamá, aún se cuestionaba si yo era su hija. ¡Llevo su apellido, sus ojos y su marca de nacimiento y a estas alturas supone que no somos familia! ¿Sabes cuánto me odia la gente? ¿Cuánto he sufrido por una familia que nunca me perteneció? Este maldito pueblo no olvida. Para ellos fue sencillo, salir de pueblo chico e ir a la gran ciudad a que los fantasmas no les persigan.
—¿Taehyung y Namjoon permitieron esto?
Rió amargamente.
—En lo que a mi respecta son solamente una cabeza más de la hidra.
—Por eso aceptaste el dinero de Hoseok —Jimin interrumpió.
—Tarde o temprano saldrá a la luz, únicamente cobré por adelantado.
—Nos pones a todos en peligro.
—Lo siento, Jimin. Con mi madre a punto de morir, olvidé mi deber de proteger a los Kim.
—No le hables así. Todos estamos del mismo lado, no estuviste esa noche, así que la información que traficas es delicada y puede meternos a nosotros en problemas. —respondió Yoongi con aspereza.
—¿Firmaste el acuerdo? —cuestionó a Jimin. Su gesto se pasó del sarcasmo a un miedo paralizante.
Esté solo asintió.
—Lo lamento. —sollozó, dobló sus rodillas y justo antes de caer al piso Jimin le sostuvo.— Ha sido difícil, nadie le daba trabajo a mamá y cuando enfermó nadie me lo daba a mi.
Siguió llorando, mientras que al unísono soltaba balbuceos inentendibles. Al final del día, después de la dura jornada laboral, hacer la cena, tomar un baño y recostarse a dormir, Minji seguía siendo Minji; Una niña sin padre que jugaba por las mañanas a ser adulta.
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My boy.
FanfictionJungkook siempre tuvo su vida en orden. Siempre hubo comida en la mesa, regalos en navidad, buenos amigos y amor paternal, nunca supo que era necesitar o anhelar algo. Hasta que lo conoció a él, su primer amor. Su ferviente juventud se verá envuel...