Donde Gianira Black es expulsada de su tercera escuela de magia y obtiene la oportunidad de estudiar en el lugar de sus sueños.
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Donde Gianira Black se da cuenta de sus sentimientos por cierto pelirrojo e intenta esconderlos para protegerlo de su c...
Aspiro con la intención de llenar mis pulmones con todo el aire posible, para luego soltarlo poco a poco, con la mirada fija en el objetivo hasta que suelto la flecha, dejando que se deslice por el aire hasta la diana. Se ha convertido en una costumbre el que intente refugiarme en el entreno, puesto que es el único momento del día en el que no le estoy dando vueltas a todo en mi cabeza.
Porque la verdad es que la ansiedad es una puta mierda, no sé cuánto tiempo llevo padeciendo esta enfermedad, pero sé decir que al final, te acabas acostumbrando a ella. Porque por mucho que quieras, no es una enfermedad que se pueda curar, siempre va a estar ahí al acecho, simplemente hay que saber que por mucho que te comas la cabeza esa voz no tiene la razón. Porque todos cometemos errores a lo largo de nuestra vida, pero de ellos aprendemos, puede que esa voz te los recuerde o te diga que has cometido errores que realmente no lo son; es por eso por lo que no hay que hacerle caso por muy difícil que resulta y necesitas buscar un refugio como yo, usa lo que más te gusta hacer, lee, canta, escribe, pero no le hagas caso a la voz que solo quiere que veas el lado negativo de las cosas.
- Sabía que te encontraría aquí – Comenta con voz serena.
- Hola, Profesor Lupin – Saludo sin apartar la mirada de mi objetivo.
- ¿Desde cuándo llevas aquí? – Pregunta con voz preocupada al observar las ojeras que comienzan a adornar mi rostro.
- No podía dormir – Alego con simpleza, mientras lanzo otra flecha.
La verdad es que he perdido la cuenta de cuantas flechas he lanzado desde que me escapé de la habitación anoche. Las palabras de Harry vuelven a resonar en mi cabeza, por lo que la meneo mientras alargo la mano a mi espalda a por la siguiente flecha para disparar; sin embargo, la mano del profesor de DCAO detiene mi acción.
- Ven, tengo que contarte algo – Alega señalándome que tome asiento al lado de una pequeña cestita. – Te he traído algo de comer, porque he supuesto que no habías desayunado nada, y por lo que veo tampoco has comido si quiera.
Le agradezco con la mirada, tomo asiento bajo el árbol apoyando mi espalda en la madera de este. Agarro la pequeña cesta entre mis manos y comienzo a sacar su contenido bajo la atenta mirada del hombre frente a mí.
- ¿Sabes? Te pareces demasiado a tu tío con su edad – Comenta con una sonrisa nostálgica en su rostro.
- Me lo dicen mucho, sobre todo Snape, creo que me odia por eso – Alego con una sonrisa socarrona.
- Anoche Snape pilló a Harry merodeando por los pasillos, junto con el mapa del merodeador.
Trago con dificultad al escuchar la mención del nombre del chico que me increpó el otro día solo por ser la sobrina del hombre que supuestamente ayudo a que mataran a sus padres. Un suspiro escapa de mis labios, cuando consigo que el trozo de sándwich que se había quedado atorado en mi tráquea baje hacia el esófago.
- ¿Qué pasa con eso? Yo no tenía el mapa en mi poder, ni siquiera sabía que existía – Comento con tranquilidad.
- Pasa que el nombre de Peter Pettigrew aparecía en el mapa. Y el mapa nunca se equivoca. Tenías razón Gianira, tu tío es inocente – Alega el hombre causando que la impresión aparezca en mi rostro.
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