Curse or blessing (Fred Weasley) (Harry Potter & Percy Jackson)

Chapter 16.

Encabezo la marcha tratando de hacer el menor ruido posible, miro por encima del hombro observando como ambos chicos se encuentran a mis espaldas. Suspiro dejando salir el aire de mis pulmones y levanto el brazo obligando a parar a los que se encuentran detrás de mía.

-       Vale, debemos tener cuidado, puede ser un perro, pero no hagamos movimientos bruscos – Comento con voz suave y lo más bajo que puedo, para acto seguido comenzar a subir las destartaladas escaleras que comunican con la habitación.

Me acerco a la puerta encajada que da paso a la vieja habitación del lugar. Es increíble como el lugar se encuentra lleno de pasadizos que te llevan a cualquier lugar. Asomo la cabeza con cuidado, observando como una habitación bastante vieja y descuidada se muestra ante mis ojos.

-       Ron, ¿te encuentras bien? – Pregunta la chica de cabello castaño con la preocupación adornando su voz.

-       Harry, es una trampa. Él es el perro, es un animago – Comenta con el nerviosismo y miedo mostrándose en su rostro.

La puerta que se encuentra a mis espaldas cruje, causando que vuelva mi cuerpo, dispuesta a proteger a los presentes, sin embargo, mi pulso se acelera cuando vuelvo a ver su rostro. Ese rostro que vi la noche que se presentó en mi habitación como si fuera un viejo amigo, porque yo ya sabía que él se encontraba en el castillo.

Flashback.

Me encuentro en mi habitación, la cual comparto con Hermione y Ginny, cosa que para ellas es extraña puesto que somos de cursos diferentes; sin embargo, las tres estamos encantadas, puesto que nos llevamos estupendamente entre nosotras. El cuarto presenta los colores escarlatas y dorados del estandarte de Gryffindor, las paredes del color del primero al igual que las cortinas y las sábanas de las camas, hilos dorados decoran cada lado de cada una de estas y los muebles son de color caoba.

Me planteo si llamar a Percy o no, puesto que allí a penas estará amaneciendo, pero mis pensamientos se ven cortados por unos pequeños pasos, para nada silenciosos, al otro lado de la puerta. Estos se paran al frente del cuarto, por lo que en total silencio y suave como una pluma, voy deslizando los pies por el suelo; como si fuera una leona preparándose para cazar a su presa.

Choco levemente mi espalda contra la pared que se encuentra a la derecha de la puerta, a la espera de que la persona, que gira la manilla, la abra. En mi mano izquierda aparece una daga con el mango de color azul, decorado por dos lunas y una gema del mismo color, la hoja, sin embargo, es de color plateado. Paso la daga hacia mi mano derecha, con la que agarro con fuerza el mango de esta y respiro con lentitud a la espera.

En cuanto la puerta es abierta con cuidado, salgo de detrás de esta agarrando el cuello de la camisa del sujeto y colocando la daga en su garganta. La luz de la luna ilumina el rostro de la persona, lo que causa que el arma tiemble en mi mano y acabe desprendiéndose de esta (transformándose en dos hermosos anillos conjuntos, ambos plateados, pero el segundo decorado con circonita azul), mi cuerpo da dos débiles pasos hacia atrás, mientras las lágrimas se agolpan en mis ojos.

- ¿Qué... haces tú... aquí?

Fin del Flashback.

Las lágrimas comienzan a correr por mi rostro, una vez que me fundo en un fuerte abrazo con el hombre frente a mí. Río contenta porque por fin le liberaran de la tortura a la que le han sometido. Sus brazos envuelven mi cuerpo, a la vez que acaricia mi cabello con dulzura.

-       No puedo creer que de verdad estés aquí – Susurro contra su pecho con la voz rota.

-       Esta vez, no me pienso alejar de ti, pequeña – Susurra con ternura en mi oído.