Curse or blessing (Fred Weasley) (Harry Potter & Percy Jackson)

Chapter 19

Aspiro el aire dejando que este entre por mis fosas nasales y realice el recorrido desde mi tráquea hacia mis pulmones, para acto seguido dejarlo salir por entre mis labios tratando de relajar mis pulsaciones y que el aire expulsado se lleve consigo todas las dudas que inundan mi mente y me causan inseguridad a la hora de enfrentar el examen que se encuentra sobre la mesa de caoba. Recorro con mi azulada mirada las palabras escritas en griego antiguo en la hoja de pergamino frente a mí (algo bastante considerado por parte de los profesores, pues de otro modo no hubiera podido realizar el examen debido a mi dislexia) y suelto un suspiro tratando nuevamente de desechar todos los malos pensamientos de mi cabeza.

La sala se encuentra en total silencio, la concentración reina en todo el lugar menos en mi cabeza, mis ojos se pasean por las letras tratando de hallar una forma de relajar mis nervios. Cierro los ojos durante unos segundos, suspiro y leo con cuidado la primera pregunta del examen de Encantamientos. Segura de mi respuesta, la redacto en perfecto griego para poder pasar a la siguiente. Desde ese momento en adelante el proceso se vuelve automático, las preguntas y respuestas se suceden una tras otra.

Deposito la pluma sobre el escritorio una vez he terminado de realizar el examen, repaso lo calcado en cada página escrita del pergamino y levanto la mirada de este para observar cómo se haya el ambiente a mi alrededor. Me encuentro en el Gran Comedor, el cual se ha habilitado con la cantidad necesaria de pupitres y sillas para que los alumnos de quinto podamos realizar los TIMOS con total tranquilidad. Las amplias mesas de las distintas casas han desaparecido y solo puedo observar a mis compañeros concentrados en sus respectivos exámenes.

Localizo dos cabelleras pelirrojas sentadas uno al lado del otro y no muy lejos de donde me encuentro en este instante, ambos se encuentran ensimismados en sus pergaminos mientras juegan con la pluma entre sus dedos.

Me levanto de la mesa dispuesta a entregar el examen una vez he realizado el repaso. El ruido que causa la suela de mis zapatos al chocar contra el suelo pasa casi imperceptible al oído de mis compañeros, puesto que he aprendido a amortiguar el ruido que realizo al andar.

Suspiro con tranquilidad una vez me deshago de la hoja de papel en la que he logrado plasmar todos mis conocimientos. Les echo un último vistazo a los gemelos para lograr observar cómo ambos se levantan de sus asientos con seguridad y se dirigen hacia el profesor Flitwick con el examen en la mano. Mis iris conectan con los del gemelo mayor, quien me dedica un guiño junto con su típica sonrisa socarrona y un "espéranos" que gesticula con los labios.

Le dedico un asentimiento de cabeza a la vez que dejo que mi cuerpo siga sus pasos hacia las puertas del Gran Comedor, las cuales abro para esperar a mi novio y mi cuñado en el otro lado de la puerta. Dejo mi espalda caer en la pared del pasillo mientras un largo suspiro sale de entre mis labios, logrando que suelte toda la tensión que acumulaba mi cuerpo a la hora de enfrentarme al examen.

Siendo sincera con vosotros, prefiero mil veces enfrentarme al León de Nemea que, a un examen, por muy preparada que esté. Por los dioses, soy una semidiosa con TDHA y dislexia, mi cuerpo está preparado para la batalla no para hacer exámenes de instituto.

- Hey cuñada, ¿cómo te ha salido encantamientos? – Pregunta el pelirrojo menor cuando llegan a mi lado.

- Porque nosotros lo hemos bordado – Comentan ambos hermanos a la vez, chocando los cinco.

Una sonrisa aparece en mi cara marcando los pequeños hoyuelos que siempre se me forman en las mejillas al sonreir, el brazo de Fred envuelve mis hombros acercándome a su cuerpo y dejando que su calor y su olor inconfundible inunde mis fosas nasales, consiguiendo relajar mi mente y cuerpo del todo.

- Si os soy sincera no quiero saberlo – Comento con una sonrisa socarrona en mi rostro y la mirada perdida en el horizonte.

- Preciosa, seguro que lo has bordado, no tienes de que preocuparte. Eres una persona muy inteligente y trabajadora, incluso con tu problema de TDAH – Comenta mi novio sujetando mi mandíbula y obligándome a que nuestros iris choquen.