Curse or blessing (Fred Weasley) (Harry Potter & Percy Jackson)

Chapter 18

La tranquilidad que inundaba la habitación en la que me encuentro llega a su fin en cuanto termino de contarle todo lo sucedido durante todos estos años en el campamento al chico frente a mí y a los oídos indiscretos que llevan todo este tiempo escuchando las palabras que salen de mi boca. Los pasos rápidos de Harry y Hermione resuenan en toda la sala, dando paso a dos pares de ojos llenos de preocupación y disculpa, respectivamente.

- No puedes volver a ese lugar – Comenta con voz seria el chico de cabellos azabaches frente a mi cama.

- Es mi hogar Harry. Allí está mi familia y mis amigos. Es el único sitio en el que estoy protegida y en el cual me enseñan a defenderme. Sino fuera por el campamento, créeme que no estaría aquí hoy – Alego con una pequeña sonrisa sincera decorando mis labios.

- Pero...

- Harry, durante estos años el mundo ha seguido tal y como lo conoces gracias a nosotros, porque nos hemos encargado de que los planes de Cronos no dieran fruto. Y este verano haremos lo mismo, no puedo abandonar a mi gente en la batalla más dura de todas, no lo veo justo – Comento con la seriedad inundando mi rostro.

- ¿Por qué tienes que luchar las guerras de los dioses? – Pregunta con inocencia la chica de cabellos castaños.

- Herms, siempre ha sido así, no me pidas que te explique algo que ni siquiera yo entiendo y con lo que no estoy de acuerdo. Si por mí fuera, Zeus sería el primero que movería su culo para luchar sus propias guerras – Comento con una sonrisa socarrona en mi rostro, escuchando como un trueno resuena en los cielos mostrando el desagrado que le han causado mis palabras al rey de los dioses.

Ruedo los ojos ante la molestia de la reina del drama, observando como los presentes se encogen en su sitio al escuchar su reclamo, les sonrío con delicadeza para que no se preocupen, sin embargo, se sobresaltan cuando las puertas se abren de repente dejando paso al director, a Fred y a un chico de gran estatura, al cual se le dificulta verle la cara pero que los presentes dan un grito de sorpresa cuando logran ver a través de la niebla. Su rostro luce decorado por un solo ojo en el centro de donde normalmente hay dos, sus dientes amarillos adornan una sonrisa sincera mientras que su ojo azul parece buscar en la sala con rapidez y preocupación.

- Hey grandullón, estoy aquí – Comento con una sonrisa en mi rostro que se agranda cuando su ojo se ilumina y viene corriendo como un niño pequeño hacia mi dirección.

Los rostros de los presentes se llenan de preocupación cuando observan como el chico me coge entre sus brazos y comienza a apretarme en un fuerte abrazo del que me acabo quejando con una risa y los ojos llenos de lágrimas por la emoción de volver a verle.

- Ty, me asfixias, hermano – Alego con dificultad mientras dejo palmaditas en sus fuertes brazos.

- Perdón, es que Tyson te echaba de menos y papá le contó a Tyson lo que pasó – Comenta dejándome de manera suave sobre la cama y acariciando mis cabellos de forma cariñosa.

- Estoy bien, ¿ves? Aunque si tuvieras ambrosía por ahí te lo agradecería – Digo regalándole un guiño travieso.

Tyson asiente fervientemente llevando sus manos hacia el bolsillo de sus pantalones, entregándome una pequeña bolsa sin apartar la vista de mi persona. Con rapidez decido abrir la bolsa descubriendo los pequeños panecillos que tantas veces han curado mis heridas tras una batalla, agarro uno con cuidado y lo introduzco en mi boca bajo la atenta mirada de los presentes.

- Mmmh... sabe a atún – Comento con una sonrisa en mi rostro al notar el sabor de mi comida favorita.

- Señorita Black, ¿podría decirme quien es este joven? Me lo encontré en el lago y no paraba de preguntar por usted – Pregunta con curiosidad el director, quien creo que adora el chisme.