Nirvana 13

CAPITULO IX: THE NEW UNABOMBER

-“Entonces nacerá el Anticristo y el salvador de la humanidad en éste juego. ¡Les doy la seguridad de que yo seré el salvador de la humanidad! Pero, ¿Quién será el anticristo? Yo, Sebastian Retter seré el encargado…”- la voz de Sebastian provenía de una radio que sostenía un pequeño niño, a lo que su padre la apaga. Ellos, junto con la madre y hermana subían como podían una camino muy empinado y estrecho, rodeado de árboles y sin asfaltar.
-Ya silencia eso, Bass-
-¡Pero es que estoy aburrido! Y ya estoy cansado de caminar- Respondió el niño
-Si tan sólo papá hubiera llenado el tanque de gasolina- Dijo una adolescente.
-¡Cállense!- Dijo el hombre-
-Cariño, ¿Y por qué tenemos que subir a las montañas? ¿Mejor no hubiera sido quedarnos en casa?- Dijo una mujer.
-¿Estás loca? ¡Las ciudades se harán un caos! ¿Qué no has visto películas? Es mejor refugiarnos en éstos lugares solitarios- Respondió
-Pero, ¿A dónde iremos?-
-Acamparemos algunas noches mientras yo construyo un refugio. ¡Fuí boy scout! No se preocupen por la comida, tenemos provisiones para 2 semanas y luego yo cazaré nuestros alimentos-
-¡Papá! ¡A penas y te levantabas del sofá!- Le gritó la adolescente y su mamá rió.
-¡Ja! ¡No han visto de lo que soy capaz!- Dijo el hombre, pero se interrumpió cuando vió a un hombre que lo esperaba parado en el camino. Éste estaba armado con una ametralladora.
- Papá, ¿Ése quién es? ¿Un militar?- Preguntó el niño que volteó a ver su papa y notó que se había puesto pálido.
-¿Papá?
-Puede que si; puede que haya más refugiados por acá. Manténganse atrás de mí - respondió con mucho miedo.
-¡Hola! ¿Qué tal? ¿Qué hacen por acá?- Preguntó el hombre armado, pero sin esperar respuesta sacó un arma. Dos sujetos más salieron de entre los arboles; uno agarró a la adolescente y otro a la mujer.
-¡Que! ¿¡Qué están haciendo?!- Gritó.
-¡Papá!-
-Lo siento, será mejor que entreguen todas sus pertenencias y se vayan… aunque no tenemos muchas mujeres en nuestro grupo, nos llevaremos a esas 2 por si no les molesta- Sonrió el hombre.
-¡Desgraciados, sueltenlas!- Gritó el padre. El hombre le disparó en la rodilla.
-¡Papá, no!- gritó el niño
-¡Papá!-
-¡Cariño!-
-Ahg, como odio a los héroes- Dijo el hombre armado y sacó un comunicador de su bolsillo:- Base, aquí canario. Tenemos a dos más y suministros, volveremos en breve. Cambio- No hubo respuesta- ¿Base?- En ese momento del comunicador empezaron a escucharse gritos, murmullos y mucha interferencia- ¿Base? ¡Qué pasa!-
-¡Ayuda!... ¡Nos atacan!... ¡Ayuda!-
-¿Me escuchas? ¿Quiénes están atacándolos? ¡Oye, responde!- Gritó.
-Es… el diablo- Luego de eso el comunicador se apagó y hubo silencio.
-Matemos a éstos dos rápido y volvamos- Dijo y sus cómplices asintieron. En el momento que apuntó al padre tirado en el suelo y estar a punto de jalar el gatillo, se escucho el suave sonido de un disparo y la cabeza del sujeto armado estalló.
Todos gritaron al ver al hombre caer, sus compañeros desenvainaron sus armas.
-¿¡Qué paso!?-
-¡Él! Él murió-
A la lejanía, por el camino, una figura oscura caminaba hacia ellos. Al acercarse pudo verse claramente que se trataba de un hombre que usaba una gabardina negra. Aunque estuviera lejos, podía notarse el brillo en sus ojos y el ansia de matar que tenía. Llevaba en sus manos un revólver, el cual apuntó rápidamente para volver a disparar.
Los armados comenzaron a dispararle, pero el hombre desapareció, reapareciendo al lado del que sometía a la mujer y le reventó la cabeza de un balazo. El otro, que pensó en apuntar su arma hacia la adolescente para usarla de rehén, quedó petrificado al ver a los ojos al misterioso hombre de gabardina negra. No podía ver nada más allá del infierno dentro de los oscuros ojos negros de esa forma de vida, que era humana, pero desbordaba una aura penetrante de deidad.
Moviéndose a una velocidad cegadora, se colocó a un lado y finalmente también le reventó la cabeza.
El niño comenzó a llorar encima de su padre, la mujer fue a socorrerlo y la adolescente se quedó viendo al hombre que, al verlo de cerca, noto que era joven.
-Nos… salvaste-
-A unos 4 kilometros al oeste, hay una pequeña cabaña donde hay suministros y un kit de primeros auxilios. Dirijanse cuanto antes a ese lugar y traten la herida de bala.- Respondió. Guardo su revólver y se echó una pesada mochila al hombro, la cual había estado cargando todo el tiempo y de donde provenían ladridos de un cachorro, luego de eso se fue caminando.
-¡Rapido! ¡Debemos llevar a tu padre a donde dijo ese chico!- Dijo la muejr que no podía mover a su hijo, ya que estaba mirando con trauma los cadáveres que le rodeaban.
-¿Pero confíamos en él?- preguntó el padre del niño
-Nos salvo la vida, ¿No…?-Murmuro la adolescente- Creo que… me enamoré - mencionó ella sin poder dejar de ver a la oscura figura que se alejaba…