CAPITULO VII: LA INVITACIÓN

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Anochecía en Cardiff. Un pequeño Volkswagen Golf de color amarillo aparcaba frente a un no tan famoso pero si muy concurrido bar llamado “La última copa”. Del auto bajo un hombre gordo de al menos unos 40 y tantos que vestía un desabrido traje de oficina con camisa a botones color gris y corbata café; además de una gabardina y un sombrero que no dejaba ver si era calvo o no.
Entró al bar que estaba bastante iluminado y se fue directo a la barra que estaba completamente vacía, salvo por una sola persona que se encontraba reposando su cabeza contra ella, probablemente borracho. El bartender limpiaba copas cumpliendo con su estereotipo. Todas las mesas se encontraban igual de solitarias.
A pesar de todos los asientos libres, el hombre se sentó justo al lado del borracho y luego de pedir una copa de whisky escocés, prestó mucha atención al televisor que se encontraba aparatado en la pared del bar.
En él, el canal de noticias “The World Right Now” traía lo último del momento, aunque realmente no lo era.
“Continuan las investigaciones de la masacre estudiantil en Francia” decía la noticia, donde una presentadora de nombre solo “Beth” narraba con algo de nerviosismo la información con todo lujo de detalles.
-“Esta masacre no tiene pies ni cabeza. No hay huellas, no hay rastros, no hay pruebas. Todos y cada uno de los estudiantes fueron masacrados de tal manera que no podemos ni imaginar un animal capaz de dejar cuerpos tan irreconocibles”- Comentó Beth-“Se reporta que la totalidad de la clase fue brutalmente asesinada; los cadáveres fueron encontrados todos en el salón por la mañana. El maestro de la clase también se encuentra entre las victimas, así que es probable que la masacre se llevara a cabo en las horas de la mañana a la hora de comenzar la clase. Lamentablemente, no hay reportes de nada ni nadie extraño que haya entrado al colegio”- Beth terminó de leer ya que fue interrumpida por una “Noticia de último momento”.
- ¿Si? ¿Si? ¡Oh! nos informan que Abi Roulan fue hallada sin vida en su departamento. Abi Roulan era la única estudiante que no se encontraba en la masacre y no habían rastros por ella en ninguna parte. Ni las cámaras de seguridad ni nadie la vió en la escuela. La policía allanó ésta tarde su residencia, pero la encontraron con las venas cortadas en su baño. Su cuerpo estaba ya en estado de descomposición. Los especialistas forenses estiman que su cuerpo llevaba al menos 1 semana descomponiéndose en su baño. Pero, ¿Cómo es ésto posible? Si testigos afirman haberla visto hace 2 dias en el colegio”-
-¡Que horrible!- Dijo el hombre cuando el bartender le trajo su Whisky.
-Ciertamente. El mundo se puso patas arriba desde el anuncio de ese juego- Opino el Bartender.
-Nahhgg- El borracho levantó su cabeza y escupió en el suelo.
-¡Oye!- Le gritó el Bartender.
-¡Eso es pura mierda! ¡Nada de eso importa! Más bien, se fueron al infierno antes de tiempo- Gritó.
-Señor, no diga eso. Es una lástima lo que les pasó a esas pobres víctimas - El hombre se quitó su gabardina y la colocó a un lado, pero no se quitó el sombrero.
-De todas formas, ¡Todos nos iremos al infierno! ¡Con esa estupidez de los apóstoles! ¡Nah! Para mi todo eso es mierda- dijo el borracho.
-¡Yo si creo en los apóstoles! Incluso creo que conocí a uno- Aclamó el hombre, el borracho y el bartender lo miraron incrédulos.
-¡Patrañas! Tú - Señaló al bartender- !Tráeme otra!-
-¿Quieren que les cuente la historia?-
-¡Nah! Eso no me interesa, ¡Ya nada interesa! No tengo nada que me interese-
-¿Cuál es su nombre señor?-
-¿Y a tí que te importa?-
-¿Qué tal si usted me cuenta porqué está así, y yo a cambio le cuento mi historia?-
-¡¿Qué gano yo con eso?!- Gritó
-Le prometo que pagaré su cuenta- Dijo el hombre.
El borracho vió el monton de botellas que le rodeaban y a regañadientes, acepto y de reojo miró al hombre del sombrero.
-¡Está bien! Mi nombre es Alder Uheldig. Dueño de la empresa de Bienes raíces numero uno en todo reino unido. ¡Y éste ha sido el peor día de mi vida!- Gritó.
-¿Y eso por qué?-
-“Todo empezó…”- Alder no lo sabía, pero el hombre que estaba frente a el tenia una mente excelsa. Posiblemente, la mente más brillante que existe y existirá en toda la humanidad. Una mente capaz de entender todo lo que iba más allá del entendimiento, y que, cuando empezó a relatar su día, pudo proyectar en su mente, todos los acontecimientos como si de una película se tratase.
El despertador sonaba y Alder se levantaba como un rayo de su enorme cama, en la cual estaba durmiendo aún una hermosa mujer rubia que se tapaba su cara con la almohada. Éste al levantarse trastabillo y agarrando su cartera que estaba en el suelo, le arrojo un par de billetes a la mujer que seguía durmiendo y corrió a vestirse sin bañarse antes. Revisó su teléfono y notó que, como todos los días, tenía un monton de llamadas y mensajes de sus amantes(entre ellas, Amanda), que le imploraban que por favor le contestase. Alder ignoro los mensajes y bajó al piso de abajo, comió unos pedazos de pastel de la nevera y fue corriendo a su auto.
-“¡Hoy es un gran día!”- Pensó y arrancó su auto, saliendo de su mansión. Mientras conducía, notó que su teléfono encendió. Era una notificación de un mensaje de Amanda, en donde decía “Me llegó una carta que era para Luck”- Pero volvió a ignorar el celular.
-Ese hijo de perra… ni siquiera me dijo que mamá había muerto ¡Y tuve que pagar todo yo! Los médicos ni pudieron identificar de que murió y me cobraron un ojo de la cara. Además ¿Por qué esta zorra me sigue llamando? Sólo quería mostrarle a Luck quien manda, pero ni siquiera es buena en la cama- Se quejó cuando dobló la esquina para llegar a un enorme edificio de ventanales grandes y negros, con un enorme letrero que decía “Tuyo y de nadie más ”.
Entró al edificio a paso rápido y se detuvo en la recepción. Donde la secretaria, de cabello y ojos muy oscuros, le sonrió de manera seductora.
-Hola cariño… ¿A donde vas?-
-Hola primor- le respondió Alder- dime,  bebé ¿Ya comenzó la junta?-
-Lo están esperando-
-Listo cariño. Recuerda lo nuestro más tarde, te llevare a comer lo que quieras-
-No se me olvidará…- Ella se mordio el labio y Alder se fue entrando al elevador muy apurado.
Al llegar al último piso, corrió hacía unas enormes puertas doradas. Se acomodó su corbata, peino su cabello, y tocó la puerta. Fue respondido con un “pase”.
Al entrar, Alder se colocó frente a la enorme mesa que había en el centro de la habitación, la cual estaba rodeada por un grupo de ejecutivos que tenían aspecto lúgubre y triste.
-Buenos días, señor Uheldig. ¿Cómo se encuentra el día de hoy?- Le preguntó un anciano canoso que se encontraba en el cabecera de la mesa.
-Muy bien, señor Arrascaeta. Pero mucho mejor gracias a la venta de la empresa que se realizó el día de ayer. ¡Fué un éxito!-
-Señor Uheldig, sobre eso, tenemos que hablar-
-¿Si, señor? ¿Hubo algún inconveniente?-
-La empresa que estaba interesada en comprar la empresa y salvarnos de la quiebra hasta ayer, retiro su compra ya que para ellos: “es una tontería comprar casas, si ya pronto nadie las necesitará ” refiriéndose al juego que se aproxima el 18 de agosto… Lo que quiero decir señor Uheldig, es que estamos en quiebra, y que para que el daño no sea más grave, haremos despidos masivos. Entre esos despidos, me temo que tendremos que prescindir de usted-
Alder, que hasta hace un momento estaba sonriendo, fue devorado por su rabia y coloco un rostro muy sombrio y lleno de furia.
-Eso es imposible… ¡No puede ser!-
-Señor Uheldig, lamentamos mucho tener que informarle ésto. Le pido por favor que se retire. Además, ya que la casa donde usted vive fue suministarda por la empresa, tendrá que abandonarla en un plazo de un mes. Ahora, le pido por favor que se retire-
-¡No voy a permitir ésto! Yo he levantado esta empresa. ¡Llevo 6 años aquí y…!- Alder fue interrumpido ya que unos hombres lo tomaron de la espalda y lo llevaron a rastras al elevador que, al bajar a la planta baja, salieron disparados y lo tiraron fuera del edificio.
-¿Qué es esto? ¡No me pueden sacar así! Esto es muy repentino. ¡No tiene sentido!- Gritó Alder, pero le cerraron las puertas en la cara. Él se asomó y pudo ver a la misma secretaria que hasta hace un momento estaban coqueteando y con quien, en incontable ocasiones habían tenido sexo. Pero aunque la llamara ésta le ignoraba, como si no existiese.
-¿Qué rayos esta pasando? ¡Bueno! ¿Quién necesita a esa perra?- gritó, pero al voltear a ver su precioso auto negro, notó que este estaba desvalijado. No tenía ventanas ni ruedas, y habían robado todas sus pertenencias.
-¡¿Qué rayos está pasando?!- Gritó con todas sus fuerzas- ¡Aquí nunca habían bandalizado de esa manera! ¿Y la policía? ¡Llamaré a la policía!- sacó su teléfono pero noto que le estaba entrando una llamada de un número desconocido.
-¡¿Si?! ¡¿Quién coño me habla!?- Gritó
-Muy buenas tardes, ¿Hablo con el señor Alder Uheldig? Lo llamamos de la clínica Saint Rose-
-¡Ya yo pagué todo!-
-Señor, tenemos la información de que hace una semana usted realizó una donación de sangre en nuestra institución, ¿Es correcto?-
-Si, ¡Pero no voy a donar más! ¡La enfermera era horrible!-
-Le hicimos un estudio particular a su donación, ya que su sangre tenia un color algo extraño. Determinamos en el examen que usted sufre de el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. En pocas palabras, señor, usted tiene VIH,. Desconocemos si usted sabia o no de su padecimiento, pero es un gran peligro…- Alder dejó caer su teléfono mientras estaba en shock.
- ¿Hola? ¿Señor Uheldig? ¿Hola?-
-No puede ser…- Murmuró éste y se fue caminando por la acera dejando su teléfono y su auto atrás.
La mente del hombre volvió al bar ya que Alder había culminado con su historia.
-¡Estoy seguro! Estoy seguro que debio ser la puta esposa de mi hermano Luck la que me pego eso. ¿O tal vez fue esa coreana del billar? Me empecé a sentir mal después de que estuve con ella…- Alder estrelló su cabeza en la barra de lo borracho que estaba.
-Sinceramente es una historia muy desgarradora-
-¿Desgarradora? ¡Lo perdí todo! ¡Estoy quebrado! Enfermo y sin nada-
-Lamento mucho oír eso, y perdón por pedirte que me lo contaras. Me gusta mucho oir desahogarse a otras personas… mi historia no es tan larga como la tuya-
-¡¿Si?! ¡A ver! Cuenta sobre ese Apostol-
-Un día conocí a una chica y a su pequeña hija, quienes iban en busca del padre de la niña. Les di refugio en mi cabaña, ya que en las cercanías de Manchester se sintió mucho mas el impacto del juego, a tal punto que esa zona parece un mundo post apocalíptico- Rió el hombre.
-Por esta zona la cosa ha estado mucho mas tranquila, casi todo funciona con normalidad- Dijo el Bartender.
-Si, pareciera que esa zona estuviera asi apropósito- Rió el hombre- Pues, nosotros solíamos salir a buscar suministros en bodegas y almacenes en las cercanías. Hasta que, al revisar en una gasolinera, conocimos a un buen hombre que al igual que nosotros estaba rebuscando para sobrevivir. Ese hombre tenia un aura diferente, si me preguntan. Tiene el aura de un protagonista de una película de acción, al cual la cámara enfoca en todo momento- El hombre tomó de su whisky.
- Lo invitamos a vivir con nosotros,  y por todo un mes todo estuvo muy tranquilo. Incluso, creo que la mujer a la que acogí se enamoro del chico, el cual era muy apuesto. Muy parecido a usted- Rió el hombre.
-¿Y si vas al grano?- Le dijo Alder.
-Cierto día, entraron unos saqueadores a la cabaña y golpearon al chico y a la niña; creo que los llevaron al bosque, donde la niña fue devorada por un oso. Mientras eso ocurria, golpearon fuertemente a la madre de la niña, hasta dejarla casi moribunda- Mientras el hombre narraba, Alder dejaba poco a poco y con miedo su bebida en la barra- A mi me golpearon muy fuerte en la cabeza. No recuerdo muy bien lo que paso, pero pude ver al chico volver a la cabaña. Su cuerpo estaba encendido en llamas, ¡Parecía un demonio! Sus ojos eran negros y de el brotaba una sed de sangre infinita. Cuernos filosos como los de un toro. ¡Cola parecida a una serpiente! En un santiamén, descuartizo a todos los saqueadores que nada pudieron hacer- El hombre agarró con fuerza el hombro de Alder y este se asustó - ¿¡Quieres saber el nombre de ese chico!?- gritó- Su nombre es… ¡Luck Uheldig! No supe nada mas de él, ya que lamentablemente morí ese dia…-
-Pero, pero… ¿Qué dices?-
-Alder… he venido aquí por algo muy importante- El hombre sonrió de oreja a oreja y su voz cambiaba constantemente.
-Ya tengo a los protagonistas de esta historia… pero tu también tienes la posibilidad de tener un papel protagónico… ¿Estás interesado? ¿Te gustaría alcanzar… a tu hermano Luck? ¡Si participas en este juego te salvaras del sida y podrás hacer el mundo que tu quieras!- Aclamó y le arrojó una pequeña tarjeta que cayo suavemente en las manos de Alder.
-Riquezas, mujeres y ver por el suelo a tu hermano… ¡Todo eso lo podrás conseguir!- Rió y sacó su cartera, pagando la cuenta de todo lo que habían bebido. Luego se levantó.
-¡Oye! ¿Pero que rayos esta pasando? ¿¡Quién eres?!-
Justo antes de salir el hombre de detuvo y volteo a verlo, quitándose el sombrero. La abertura que tenía en la cabeza aún chorreaba sangre.
-¡Mi nombre es Joel! Pero puedes llamarme como quieras. La tarjeta es una formalidad, solo di cualquier nombre que desees y apareceré. ¡Hasta entonces! ¡Nos veremos luego Alder Uheldig!- Rió a carcajadas y salió del bar, dejando a Alder mareado y sin idea de que demonios era esa cosa tan espantosa que se había sentado a su lado... y de que trataba este "papel protagonico”.
Miró la tarjeta, y sólo pudo ver una cara mal dibujada de color dorado con una particular sonrisa de oreja a oreja…

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